R. D. E.
Espa?a funciona como una Rep¨²blica Deportiva. Presidida, eso s¨ª, por la Casa Real, que vibra en gestas atl¨¦ticas, liberada de las miradas cr¨ªticas cada d¨ªa m¨¢s exigentes con su papel y sus tropiezos. Ha sido un patinador, Javier Fern¨¢ndez, coronado campe¨®n europeo, el francotirador en una disciplina no demasiado extendida en el pa¨ªs. El balonmano nos tiene acostumbrados a recordar que sus ¨¦xitos se asientan sobre cierto abandono, ahogados bajo la inagotable marea del f¨²tbol. En la semana de un Real Madrid-Bar?a, la arrolladora victoria del balonmano espa?ol en el Mundial suena a aviso de clarines contra la monoman¨ªa por el f¨²tbol, la obsesi¨®n por convertirnos en espectadores de un solo deporte.
Al pie del podio, el entrenador Valero Rivera, otro de esos cerebros exigentes en su territorio, reafirm¨® que en un periodo de crisis nacional el deporte se salva de la debacle. Y lo que habr¨ªa que pensar es por qu¨¦. M¨¢s all¨¢ de los o¨¦, o¨¦, en el deporte espa?ol se han producido varias coincidencias provechosas. Por un lado cada d¨ªa su gesti¨®n es m¨¢s profesional, con exjugadores en tareas directivas, sacudi¨¦ndose a las ¨¦lites habituales. Ha logrado ser lugar de encuentro colectivo, donde el m¨¦rito se reconoce de modo transparente frente a la ceguera nacional ante investigaci¨®n, ciencia y saberes no medibles en medallas.
Las ayudas estatales al deporte son una constante pocas veces contestada, combinada con el esfuerzo de clubes, a veces tan diminutos como perif¨¦ricos, pero que establecen una base real y eficaz. Los medios hace tiempo que tratan al deporte con generosidad, lucr¨¢ndose mutuamente de los ¨¦xitos nacionales, propiciando la valoraci¨®n de los padres en la formaci¨®n de sus hijos. La sociedad deja al deporte fuera de sus rencillas y los partidos pol¨ªticos, incapaces de sentarse a dialogar sobre dramas como el desempleo, parecen ponerse solo de acuerdo en promocionar las competiciones y celebrar los triunfos.
Si tres, cuatro cosas m¨¢s en Espa?a recibieran esos impulsos, quiz¨¢ hoy tuvi¨¦ramos algo m¨¢s que celebrar. Si cuando alguien pretende desmantelar el sistema p¨²blico de salud, enconar la reflexi¨®n sobre el futuro educativo o prostituir la exigencia cultural encontrara un pa¨ªs enfrente tan unido como se une para los eventos deportivos, habr¨ªa muchas m¨¢s razones para sumarse a la fiesta.
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