Pivir as¨ª

El Plan PIVE para revitalizar la venta de autom¨®viles ha logrado una extensi¨®n, con una nueva inyecci¨®n por parte del Estado de 150 millones de euros y otra de 40 millones m¨¢s para la renovaci¨®n de veh¨ªculos comerciales. Quiz¨¢ porque estamos provocando sentimientos m¨¢s de rencor que de reconciliaci¨®n durante esta dolorosa crisis, se critica la subvenci¨®n estatal a un sector que mueve intereses compartidos. El error estriba en que para muchos espa?oles, a los que se ha mantenido desinformados de manera interesada, los ¨²nicos sectores subvencionados ten¨ªan que ver con las artes o el teatro. La realidad era mucho m¨¢s sorprendente, con multitud de sectores incentivados con dinero del Estado, pero a los l¨ªderes de opini¨®n eso no les interesaba propagarlo. Nada hay m¨¢s agradecido que un est¨®mago.

Sin embargo, lo da?ino es alimentar agravios comparativos. Es cierto que resulta chocante que haya dinero p¨²blico para las fundaciones de los partidos pol¨ªticos mientras se recorta en becas y en investigaci¨®n cient¨ªfica. O que los fondos para incentivar la compra de veh¨ªculos salgan de partidas para la renovaci¨®n energ¨¦tica en este pa¨ªs atrasado e hipotecado en la dependencia del hidrocarburo. Pero todo es tan chocante ¨²ltimamente que el espa?ol parece estar sentado en una silla en mitad de la pista de los autos de choque. Sin embargo, con un poco de esfuerzo podemos entender el mecanismo mental que lleva a nuestros responsables gubernamentales a defender que el est¨ªmulo p¨²blico puede ser un motor econ¨®mico.

En un pa¨ªs con seis millones de parados, la generaci¨®n de empleo es el mejor negocio imaginable. Esta idea tan sencilla justificar¨ªa el Plan PIVE.Cabe pensar que la venta de autom¨®viles tambi¨¦n beneficia a las econom¨ªas m¨¢s fuertes de nuestro entorno, casas matrices del negocio que seguramente tienen m¨¢s voz en el o¨ªdo de Merkel que cualquier espa?ol medio. Ojal¨¢ no haga falta que todos los sectores que crean empleo en Espa?a tengan su oficina central en Wolfsburgo y que alguien con talento caiga en la cuenta de que estimular la econom¨ªa es m¨¢s inteligente que machacarla y que la mejor reforma laboral es la que ofrece ventajas a la contrataci¨®n y no solo tentaciones al despido.