La gran burla de Elmyr de Hory
El C¨ªrculo de Bellas Artes consagra la obra del falsificador m¨¢s famoso de la historia del arte Picasso, Modigliani o Van Dongen eran sus especialidades
Si nos atenemos a la leyenda, las mejores obras de Elmyr de Hory?no est¨¢n en la exposici¨®n que ayer se inaugur¨® en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid sino que est¨¢n repartidas por las principales colecciones y museos del mundo. Suplantan obras de Picasso, Matisse, Monet, Degas, Van Dongen o Modigliani. Lo que aguarda en Elmyr de Hory. Proyecto Fake, singular propuesta para acercarse al relato de uno de los personajes m¨¢s divertidos, temerarios y finalmente tr¨¢gicos de la historia del arte, son casi una treintena de obras que el famoso falsificador hizo ¡°a la manera de¡¡± y que ahora cuentan la fascinante aventura de un p¨ªcaro de origen h¨²ngaro que puso en jaque al mercado del arte con la maestr¨ªa de un viejo pirata.
En la Espa?a del ¡°todo es falso¡± de Rajoy y la estafa sin fin, no pod¨ªa ser m¨¢s oportuno este gui?o a uno de los mayores farsantes de todos los tiempos. Su imagen de histri¨®n, exc¨¦ntrico y glamuroso, qued¨® definitivamente fijada a principios de los a?os setenta gracias al famoso filme-ensayo de Orson Welles F de Fraude, en el que el cineasta apuntaba hacia la modernidad del personaje, su radical discurso frente al orden establecido. Welles se pon¨ªa del lado del tramposo, asumiendo su propio papel de charlat¨¢n gigante en un mundo de falsas verdades. En una entrevista de 1973, Elmyr lanzaba el desaf¨ªo: ¨¦l no era un falsificador sino una v¨ªctima. ¡°La palabra me desagrada, y adem¨¢s no la encuentro justa. Soy v¨ªctima de las costumbres y las leyes del mundo de la pintura. ?El verdadero esc¨¢ndalo no es acaso el propio mercado? En un mero plano art¨ªstico, desear¨ªa considerarme como un int¨¦rprete. Al igual que se ama a Bach a trav¨¦s de ?istraj, se puede amar a Modigliani a trav¨¦s de m¨ª¡±.
¡°Frente a tanta invasi¨®n de arte de mesa camilla, de exposiciones conservadoras, de valor hist¨®rico pero no art¨ªstico, no pod¨ªan ser m¨¢s oportunas las preguntas aqu¨ª planteadas¡±, apunta Juan Barja, director del C¨ªrculo. ¡°Hoy la gente no va a ver una obra por su valor sino porque les dicen que es de mengano o de fulano. Y eso no es cultura. Esta exposici¨®n es saludable vinagre para la ensalada¡±.
La historia de Elmyr de Hory (Budapest, 1906-Ibiza, 1976) es la de una colosal venganza, la burla de un pintor de gran t¨¦cnica que, expulsado del sistema por la cr¨ªtica, decide re¨ªrse de quienes le han marginado. ¡°Consigui¨® su objetivo, ser reconocido como artista¡±, afirma Dolores Dur¨¢n, comisaria de la exposici¨®n, que ha rastreado entre los amigos del pintor para encontrar las escasas obras que existen con su firma: ¡°Hoy, que circulan tantos falsos elmyrs, lo dif¨ªcil es dar con uno real¡±. Un aut¨¦ntico Elmyr podr¨ªa alcanzar hasta los 100.000 euros.
El esc¨¢ndalo (y la leyenda) se destap¨® en 1967, cuando el magnate del petr¨®leo estadounidense Algur Hurtle Meadows, fundador del Virginia Meadows Museum de Dallas, empez¨® a sospechar que en los fondos de su magn¨ªfica colecci¨®n hab¨ªa gato encerrado. Dos a?os despu¨¦s, Clifford Irving publicaba Fake!, libro que reconstru¨ªa la historia del estafador. Para rizar el rizo, el esc¨¢ndalo salpicaba al propio Irving, que acab¨® en la c¨¢rcel unos a?os despu¨¦s por una falsa autobiograf¨ªa del exc¨¦ntrico y lun¨¢tico millonario Howard Hughes. ¡°Irving ha sido una pieza fundamental para poder montar esta exposici¨®n¡±, explica Dur¨¢n, ¡°es ¨¦l quien nos ha puesto en la pista de los cuadros¡±. Al pedir, a su vez, alguna pista para dar con Irving, Dur¨¢n a?ade misterio al escurridizo personaje: ¡°Ahora mismo est¨¢ tomando el sol en alguna playa de M¨¦xico¡±.
El sol, sin duda, es clave en esta historia. Cuando Elmyr recala en Ibiza en los sesenta, despojado de pasaporte (entra en Espa?a bajo la falsa identidad de Joseph Boutin) y perseguido por la ley, el ap¨¢trida decide echar anclas.
Vivi¨® 15 a?os en la isla, obstinado en defender su dudosa inocencia y convencido de que aquel era su lugar en el mundo. Sus amigos (famosos que iban de Ursula Andress a Natalia Figueroa) le adoraban y por eso cuando salt¨® la fatal noticia de su suicidio en diciembre de 1976 se?alaron a su amante, Mark Forgy (quien una semana antes hab¨ªa sido nombrado su heredero), como culpable de un fatal descuido. ¡°Antes de morir, Elmyr se hab¨ªa intentado suicidar no una, sino dos, tres y hasta cinco veces¡±, explica Dur¨¢n. Era su manera de evitar la amenaza permanente de la expulsi¨®n. Inger¨ªa gran cantidad de barbit¨²ricos, pero era rescatado en el umbral de la muerte por alg¨²n amigo. Forgy, sin embargo, lleg¨® tarde y la sombra de la duda cay¨® sobre ¨¦l. La extradici¨®n a Francia lleg¨® al d¨ªa siguiente, pero ya nadie pod¨ªa mover a Elmyr de la isla. En su cementerio blanco, descansa uno de los mayores falsificadores del arte. D¨®nde se atesoran sus m¨²ltiples fraudes sigue siendo un misterio, pero su triunfo es ya un clamor.
Babelia
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