Wong Kar-Wai descubre el ¡®kung fu¡¯
Otro director chino que se pasa a las artes marciales. Con 'The grandmaster', el director de 'Deseando amar' entretiene moderadamente
Desde hace bastantes a?os mi escler¨®tica memoria se ve obligada a realizar esfuerzos ¨¦picos para recordar grandes pel¨ªculas que hayan recibido el bautizo en la Berlinale. Hablo, por supuesto, de mis exc¨¦ntricos gustos, ya que otros cronistas profesionales de los festivales de cine s¨ª podr¨¢n recordar con eterno agradecimiento que fue aqu¨ª donde descubrieron la imprescindible obra de directores como Bela Tar, Brillante Mendoza, Miguel G¨®mes, Hou Tsiao Tsen o Apichatpong Weerasethakul. Yo, sin embargo, asocio una larga ¨¦poca de la Berlinale a la exhibici¨®n de excelente cine estadounidense, a que este fue el escenario donde vi por primera vez Las amistades peligrosas, Delitos y faltas, El silencio de los corderos y La lista de Schindler. Pero el cine norteamericano de calidad desert¨® por razones que ignoro de un festival al que utilizaba como plataforma para su lanzamiento en Europa. O a lo peor fue al rev¨¦s, aunque es dudoso, ya que hasta los m¨¢s lerdos del negocio saben que los festivales se justifican o se potencian con la presencia de esas pel¨ªculas, directores, actores y actrices que casualmente pertenecen al gran cine estadounidense.
Repaso la programaci¨®n de la secci¨®n oficial en esta edici¨®n de la Berlinale y constato con el habitual escalofr¨ªo que escasean hasta l¨ªmites alarmantes los directores que me despiertan l¨®gicas expectativas. Tambi¨¦n abundan nombres del cine internacional que me resultan absolutamente desconocidos, pero que quiero imaginar que han sido seleccionados con inmejorable criterio por los que ya han visto sus pel¨ªculas. Y c¨®mo no tambi¨¦n aparecen algunos inevitables cl¨¢sicos de los festivales, artistas que tendr¨ªan muy cruda la existencia p¨²blica de su cine si no existieran estos templos de la cultura repiti¨¦ndoles indesmayablemente en el curso del tiempo lo profunda, singular, trascendente, revolucionaria y vanguardista que es su incomprendida obra.
Wong Kar Wai, ilustre presidente de un jurado en el que le acompa?a entre otros gente con presumible criterio como el actor Tim Robbins y la directora Susanne Bier, ha sido el encargado de inaugurar la Berlinale con su pel¨ªcula The grandmaster. Y sospecho que ha descolocado a muchos espectadores que consideran Deseando amar como una de las experiencias m¨¢s l¨ªricas y turbadoras que han tenido en el cine. Al final de?The grandmaster creo haber escuchado el t¨ªmido conato de aplauso de un par de espectadores (no quiero pensar que pertenecieran a la productora, la distribuidora o el departamento de?marketing de la pel¨ªcula) pero no ha tenido efecto contagioso. El silencio ha sido glacial e imagino que obedece al desencanto.
Resulta que el po¨¦tico, filos¨®fico, sublime y para mi gusto a veces esot¨¦rico Wong Kar Wai se ha permitido el gustazo de hacer una pel¨ªcula de kung fu. Por si quedara alguna duda de su amor al g¨¦nero cierra The grandmaster con una cita del intelectual Bruce Lee. Al igual que otros consagrados directores chinos, como Zhang Yimou y Ang Lee, Wong Kar Wai tambi¨¦n se ha sentido tentado por un g¨¦nero protagonizado por las infinitas acrobacias de gente que se embiste ritualmente y da incre¨ªbles volteretas en el aire utilizando espadas o sus letales manos y pies. Describe los c¨®digos de honor que practican dos grandes maestros del kung fu que se enfrentan con infinito respeto hacia la sabidur¨ªa del otro, la invasi¨®n japonesa de China provocando la tragedia de ambos, la traici¨®n del disc¨ªpulo favorito de uno de ellos que decide trepar colaborando con los invasores, la venganza contra este de la hija del traicionado y su imposible historia de amor con el hombre que compiti¨® noblemente con su padre.
Todo ello est¨¢ narrado con la fuerza visual que acredita a este director, con una voz en?off que narra con pretendido lirismo la tristeza y la derrota de unos personajes que viven las artes marciales como una actitud moral, como un modelo de conducta. Es una pel¨ªcula que me entretiene moderadamente, en la que permanece la capacidad de su director para crear im¨¢genes hermosas. Aunque sospecho que sus admiradores ancestrales no le perdonar¨¢n a artista tan trascendente cuando habla de los sentimientos que haya descubierto que las esencias, la naturaleza y los enigmas de la existencia pueden explicarse a trav¨¦s del kung fu.
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