Contra la industria cultural europea

Esta noticia es la cr¨®nica de una demanda superanunciada. A partir de una modificaci¨®n de la directiva del IVA de mayo de 2009, que permite considerar como libro toda tecnolog¨ªa digital con un soporte f¨ªsico, se produjo un movimiento liderado por Espa?a, paso importante en la aspiraci¨®n de que el libro digital tenga el mismo tratamiento fiscal que el de papel.

Francia, que no inclu¨ªa una definici¨®n del libro electr¨®nico y que ve atacados sus intereses comerciales y culturales por la instalaci¨®n de multinacionales norteamericanas por razones fiscales en Luxemburgo, dio un paso adelante con una ley aprobada por la Asamblea Nacional, en la que estableci¨® que el libro electr¨®nico se sometiera al precio fijo y del tipo del IVA reducido de Francia, igual al del libro en papel. Pero, desde el primer momento, ese proyecto de ley suscit¨® gran controversia entre Francia y la Comisi¨®n Europea. Francia, que siempre ha alegado razones de peso en la neutralidad fiscal, por el hecho de que popularmente se considera el libro electr¨®nico como un Libro, mantuvo su proyecto de ley. Ahora, la Comisi¨®n confirma su discrepancia y anuncia que en el plazo de un mes llevar¨¢ al Tribunal de Justicia de la UE a Francia y Luxemburgo.

Luxemburgo quiere aprovechar la coyuntura y, fundament¨¢ndose en la propia comisi¨®n del Libro Verde sobre la reforma del IVA, propone la conveniencia de que los libros, con independencia de soporte, tengan el mismo tipo de impositivo. Una circular de su director general de Tributo lo unifica en el 3%. A mi juicio, la Comisi¨®n no ha tenido con Luxemburgo la beligerancia que ha tenido con Francia, pero por pura coherencia no ha tenido m¨¢s remedio que incluirlo en el dictamen. El hecho es m¨¢s irritante cuando se sabe que en Francia hay una s¨®lida industria editorial y en Luxemburgo ninguna, y que solo beneficia a multinacionales norteamericanas de distribuci¨®n que est¨¢n alterando las reglas del juego.

En Espa?a estamos en proceso negociador y hasta ahora no se no ha abierto ning¨²n expediente porque se han dado pasos coherentes. Nos queda conseguir que las descargas tributen como libro, es decir un 4%. La Comisi¨®n siempre alega razones de desviaciones de comercio si cada pa¨ªs adopta una posici¨®n distinta, lo cual es falso y absurdo porque normalmente no se producen desviaciones entre mercados idiom¨¢ticos. Adem¨¢s, alegan razones de control. Siempre le hemos dicho al Ministerio de Hacienda que el mundo del libro tiene un sistema de identificaci¨®n, con m¨¢s de 50 a?os de antig¨¹edad, llamado ISBN, y nadie da un ISBN a nada que no sea un libro. Vamos a ver lo que dice ahora el Tribunal de Justicia europeo. Francia tiene razones s¨®lidas y, en ¨²ltima instancia, lo que hay es un retraso en la toma de decisi¨®n de la UE para los intereses de la cultura europea.

Entiendo que dado que el parlamento espa?ol por unanimidad ha pedido reiteradas veces el establecimiento del mismo tipo de IVA para los libros y que tenemos una importante industria del libro y un idioma en expansi¨®n cuya presencia en Internet podr¨ªa aumentar con una fiscalidad razonable, es el momento de que la Hacienda espa?ola d¨¦ el paso adelante y se una a Francia.

Antonio Mar¨ªa ?vila es director ejecutivo de la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a.