¡°Me decepciona que el arte moderno est¨¦ m¨¢s expuesto que la m¨²sica¡±
El m¨²sico franc¨¦s reflexiona sobre el arraigo de la m¨²sica contempor¨¢nea Es el ¨²ltimo ganador del Premio BBVA Fronteras del Conocimiento en M¨²sica Contempor¨¢nea
Al otro lado del tel¨¦fono se escucha un carraspeo. ¡°Perdone, estaba en medio de algo...¡±. Pierre Boulez (Montbrison, 1925), uno de los m¨²sicos m¨¢s influyentes del siglo XX, fundador de un transgresor lenguaje a duras penas superado por ning¨²n compositor emergente que se precie, se encuentra hoy muy delicado. A los 87 a?os ha cancelado todas sus actuaciones hasta el pr¨®ximo septiembre. ¡°Estoy mejor, pero no en plena forma. Espero que en junio ya me encuentre bien. Pero lo he tenido que cancelar todo. Si no est¨¢s bien f¨ªsicamente, no desprendes la energ¨ªa que esto requiere¡±. Regresar¨¢ justo para estar en Lucerna, en su amada academia. Eso no se lo pierde.
El relevo generacional en la m¨²sica, la b¨²squeda del Santo Grial de la innovaci¨®n siguen siendo una de sus obsesiones. Por eso ha recibido el Premio BBVA Fronteras del Conocimiento en la categor¨ªa de M¨²sica Contempor¨¢nea (dotado con 400.000 euros). Le gusta ayudar a los que vienen, dice, como no lo hizo nadie con ¨¦l. Inocular ese virus de la transgresi¨®n, casi violenta, en la m¨²sica. Aunque despu¨¦s de tantos a?os, por la p¨¦sima educaci¨®n musical que hay ¡°en todos los pa¨ªses¡±, todav¨ªa suene a chino lo disonante.
Somos m¨¢s conservadores econ¨®micamente hablando. Menos arriesgados, nos asusta el futuro. Pero hay que que volver a inventar
Y eso es algo que le molesta mucho. Por ejemplo. ?Por qu¨¦ Jackson Pollock forma parte del lenguaje cultural moderno y Gy?rgy Ligeti no? ¡°Eso es lo que m¨¢s me decepciona. El arte moderno en general est¨¢ m¨¢s expuesto al ojo p¨²blico que la m¨²sica. Es mentira que a la gente no le guste. Recientemente en Chicago toqu¨¦ el concierto para viol¨ªn de Ligeti, y fue un ¨¦xito. Pero me he encontrado con m¨²sicos que por ejemplo no han tocado nunca Pierrot Lunair, de Sch?nberg. ?Es uno de los de los principales trabajos de la primera mitad del siglo XX!¡±.
Y ese alejamiento no tiene que ver con la dificultad de uno y otro lenguaje, cree el autor de obras ic¨®nicas de la modernidad como Marteau sans m?itre o Pli selon Pli. ¡°En absoluto. Algunos periodos de Kandinsky, por ejemplo, son exactamente igual de complejos y pertenecen a la misma ¨¦poca que Sch?nberg. Mire, la gente est¨¢ abierta a conocer cosas nuevas. El problema son las instituciones que a veces no las programan¡±. Y menos que lo har¨¢n.
La crisis, lamentan hoy los grandes promotores, contribuye a ese conservadurismo galopante. Los auditorios, con la soga de la taquilla al cuello, tiran de repertorio para asegurar un aforo que les d¨¦ de comer. Algo que incluso es complicado para los nuevos compositores. ¡°Supongo que somos m¨¢s conservadores econ¨®micamente hablando. Menos arriesgados, nos asusta el futuro. Pero hay que avanzar, porque todo cambiar¨¢ y hay que volver a inventar. Los Gobiernos ya no se preocupan del estado de los m¨²sicos ni de la m¨²sica. As¨ª que hay que compensar siendo m¨¢s arriesgados que nunca¡±.
?l lo hizo pele¨¢ndose con Stravinski, con Messiaen, con John Cage. Discuti¨® incluso a Sch?nberg la forma en que alcanzaba la ruptura a trav¨¦s de moldes demasiado cl¨¢sicos. ¡°El lenguaje arm¨®nico fue una de las debilidades de su escuela¡±, recuerda. Abri¨® camino en la manipulaci¨®n electr¨®nica del sonido desde su revolucionario Institute de Recherche et Coordination Acoustique-Musique, el famoso IRCAM, que todav¨ªa funciona en Par¨ªs. Y cuanto m¨¢s viejo, suele decir, m¨¢s radical. No como esta generaci¨®n, un tanto adocenada. ¡°Los m¨²sicos ahora son m¨¢s conservadores que en los sesenta. Son buenos, pero muchas veces se aferran al repertorio y les falta curiosidad para la m¨²sica del siglo XX. ?Cu¨¢ntas veces se toca a Alban Berg o al Stravinski m¨¢s dif¨ªcil, no al de Petrushka o La consagraci¨®n...? Me gustar¨ªa que hubiera m¨¢s atenci¨®n a la m¨²sica contempor¨¢nea. Volver al sol mayor no tiene ning¨²n sentido¡±.
Boulez pertenece a una generaci¨®n que encontr¨® en la ciencia el motor de propulsi¨®n de un arte que se estancaba ¡ªincluso empezaron a vestir m¨¢s como ingenieros que como artistas¡ª. Pero a veces se les acus¨® de una terrible frialdad musical m¨¢s cercana a las m¨¢quinas y a los n¨²meros que al hombre. ¡°Bach no ser¨ªa humano si lo miras as¨ª. ?l hizo tambi¨¦n muchos logros sistem¨¢ticos. Cuando la m¨²sica serialista se vuelve excesiva, se convierte en aburrida. Y eso desde luego no le gusta a nadie. Queremos algo que est¨¦ muy vivo para absorber la complejidad de la partitura, hay que buscar ese equilibrio¡±. Lo contrario que la extendida corriente historicista, cuyo abuso, opina, confiere una rigidez a la m¨²sica que complica la actualizaci¨®n de su discurso.
Entonces Boulez recuerda a Mahler. Aquella vez que les dijo a sus alumnos que la m¨²sica es como el agua de un r¨ªo, imposible de parar. Y explica como hoy, a veces, sus j¨®venes pupilos ¡°tienen un buen brazo¡±, pero carecen de cierta expresividad. ¡°No es solo llevar los tiempos. Lo importante es dar significado a lo que tocas. Y muchas veces est¨¢n ante la orquesta como pescadores. No saben qu¨¦ decir a los m¨²sicos¡±.
Pero no busquen soluciones al conservadurismo imperante en el pop o el rock, focos de inter¨¦s musical de la mayor¨ªa de j¨®venes. Tampoco ah¨ª ve la innovaci¨®n. ¡°Tienen algo que expresar¡ pero es un vocabulario muy limitado. Adem¨¢s, se convierte en algo muy popular enseguida. No creo en la m¨²sica que gana dinero con la reivindicaci¨®n¡±.
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