¡°No me gusta la realidad, sino pertenecer a ella¡±

Se estren¨® en la narrativa con un novel¨®n desbordante de 800 p¨¢ginas, Los reinos de la casualidad, y ahora hace un alarde de s¨ªntesis en La arquitectura del aire. En este libro, Carlos Marzal re¨²ne centenares de aforismos que ha ido escribiendo a modo de ¡°chispas de interpretaci¨®n de la realidad¡±, no como ¡°verdades absolutas¡±. ¡°Toda larga meditaci¨®n tiene una esencia improvisada¡±, dice uno de sus fragmentos autobiogr¨¢ficos que previamente ha sido refutado por otro: ¡°Mis improvisaciones requieren de larga meditaci¨®n¡±. Ambos forman parte de la selecci¨®n de sus ¡°ocurrencias de escritor¡± que ha ido hilvanando a trav¨¦s del tiempo como el reverso moralista de este reputado poeta de la experiencia.

¡°Cuando muevo una coma, muevo todo lo que he hecho en el d¨ªa¡±, apunta otro aforismo del libro (Tusquets, colecci¨®n Marginales), que resume el oficio y la pasi¨®n por la escritura del premio Nacional de Poes¨ªa de 2002 (por el poemario Metales pesados) que siempre tuvo muy claro lo que quer¨ªa hacer con su vida: ¡°Jugar al f¨²tbol, escribir y leer¡±.

Relegado el f¨²tbol a ¡°pachangas con amigos¡±, Carlos Marzal (Valencia, 1961) cultiva ¡°casi todos los g¨¦neros¡± en los que encuentra ¡°vasos comunicantes¡±. ¡°Un aforismo me da una idea para escribir un art¨ªculo. A veces, mientras escribo un poema, concibo dos o tres aforismos, o al rev¨¦s. No obstante, creo que el aforismo, en mi caso, est¨¢ m¨¢s cercano al fragmento filos¨®fico que a la propia poes¨ªa. Me interesa el aforismo moral, el de pensamiento. Los que hac¨ªa Ram¨®n de la Serna, por ejemplo, tienen m¨¢s de poes¨ªa y algunos tambi¨¦n de chiste¡±, explica.

Lector de los grandes moralistas franceses como Chamfort o Fran?ois de La Rochefoucauld, del ¡°gran maestro Cioran¡±, le gustan tambi¨¦n autores espa?oles de aforismos como Jos¨¦ Bergam¨ªn o Juan Ram¨®n Jim¨¦nez y, en la actualidad, Ram¨®n Eder. ¡°Ahora hay un buen momento en el cultivo del aforismo¡±, a?ade. Su libro es una recopilaci¨®n de los ya publicados que concibi¨® antes de la era de Twitter. ¡°Ahora, cuelgo un aforismo del d¨ªa (de ese d¨ªa) en el blog, en Facebook y en Twitter. Parece un medio de difusi¨®n ex profeso para el g¨¦nero. Ojal¨¢ casi todo lo que se difunde en la Red no fuera tan trivial¡±.

¡°Amar es conocer, y a pesar de todo seguir amando¡±, asevera una de sus sentencias. ¡°Bueno, creo que este resume una gran verdad: todos tenemos algo de lo que avergonzarnos, ?no?¡±, se pregunta con un hablar pausado el tambi¨¦n traductor al castellano de poes¨ªa en catal¨¢n, de autores como Joan Vinyoli, Enric S¨°ria o Miquel de Palol. Los aforismos son retazos de pensamiento que pueden referir la realidad descrita en los peri¨®dicos o una realidad tan vieja como el diablo, al que Marzal tambi¨¦n saca a pasear en su m¨¢s reciente libro: El diablo siempre duerme con los ojos abiertos.

La visi¨®n apocal¨ªptica de su primera poes¨ªa ha ido palideciendo con el paso del tiempo. ¡°Cuando era m¨¢s joven, como suele suceder a todos los j¨®venes que son inmortales, te permites el lujo del catastrofismo y de la negatividad, y cuando uno va cumpliendo a?os y le pasan m¨¢s cosas y se da cuenta de lo fr¨¢gil y fugaz que es todo, uno tiende a desarrollar como defensa el vitalismo. Me gusta mucho la realidad, no la que nos circunda, pero s¨ª el hecho de pertenecer a ella. Me he vuelto m¨¢s vitalista y cantor de lo que era¡±.

Marzal es uno de los poetas m¨¢s destacados de su generaci¨®n, que se suele englobar bajo la etiqueta de la poes¨ªa de la experiencia. ¡°Me va a acompa?ar de por vida. Es muy c¨®moda, para los estudiosos y periodistas. Me sigue pareciendo bien. Al escritor se le pide experiencia¡±, sostiene.

?M¨¢s que imaginaci¨®n? ¡°Experiencia pasada por la imaginaci¨®n¡±, responde.

¡°El escritor vive por obligaci¨®n. No creo que haya vivido m¨¢s un cazador de leones que un se?or que no ha salido de su habitaci¨®n. No ha vivido m¨¢s Hemingway que Pessoa o Proust. Ni Bruce Chatwin que cualquier poeta que no ha salido de su ciudad. Creo que lo que se vive es una interiorizaci¨®n de la experiencia propia. Se puede hacer a trav¨¦s de la aventura, un m¨¦todo maravilloso, o a trav¨¦s del sedentarismo m¨¢s puro¡±, se?ala el poeta.

¡°Me cansa todo lo que no exige esfuerzo. Sin resistencia al avance, no avanzo¡±, afirma otro de sus ¡°fragmentos autobiogr¨¢ficos¡± que el propio Marzal explica: ¡°Me gusta que el arte oponga un cierto grado de resistencia, no una dificultad gratuita. No me apasiona lo oscuro, pero lo mejor del arte requiere una capacitaci¨®n, un inter¨¦s por tomarse la molestia de profundizar¡±.