Di¨¢logo de moda entre lo masculino y lo femenino
La pasarela de Par¨ªs consolida un rumbo m¨¢s pragm¨¢tico para el vestir del pr¨®ximo oto?o
?Qu¨¦ alquimia provoca que los dise?adores coincidan en una misma direcci¨®n? Es una de las preguntas m¨¢s recurrentes que recibe la industria de la moda, reunida estos d¨ªas en la semana de Par¨ªs. La respuesta m¨¢s c¨ªnica ve una conspiraci¨®n para hacernos comprar precisamente lo que no tenemos; la m¨¢s optimista, dota a los creadores de una sensibilidad capaz de traducir los cambios de su tiempo en abrigos, zapatos y trajes. Entre ellas, media una amplia escala de grises en la que entran consultores, an¨¢lisis de tendencias, estudios de mercado y el no precisamente imprevisible y pendular movimiento del deseo.
Lo cierto es que el pr¨®ximo oto?o/invierno las coincidencias marcan un cambio de rumbo. Para empezar, se acabaron los estampados, tan presentes las ¨²ltimas temporadas. Adem¨¢s, se imponen formas holgadas y generosas que acogen el cuerpo en lugar de constre?irlo y parecen invocar el sentido de protecci¨®n de la ropa. Hasta los zapatos aparcan sus recientes estridencias y proponen hormas y tacones casi c¨®modos. El resultado es una moda menos agresiva, m¨¢s acogedora. Pero, sobre todo, m¨¢s realista. Con m¨¢s abrigos que efectos especiales. Y con un tema primordial: el juego entre lo masculino y lo femenino.
Desde puntos de vista muy diferentes, Stella McCartney y Giambattista Valli suscribieron ayer esta m¨¢xima que lidera como nadie C¨¦line, pero que tambi¨¦n defienden Chlo¨¦ o Dries Van Noten. McCartney entrega una colecci¨®n que nace en el taller de un sastre para hombre, plagada de rayas diplom¨¢ticas. La dise?adora brit¨¢nica, sin embargo, reconstruye por completo las prendas con exagerados fruncidos, rayas que cambian de direcci¨®n sin previo aviso y solapas que se desprenden de las chaquetas y crean un sensual cuello halter. Solo un estampado ¨Cfrancamente prescindible- que quer¨ªa emular un papel de pared medio arrancado. Subidas a enormes zapatos de goma y con gorras con visera, las modelos tienen un aspecto, si no masculino, s¨ª notablemente ajeno a la coqueter¨ªa convencional.
No es ese exactamente el caso de las mujeres de Valli. El costurero italiano sabe que la delicadeza y feminidad no son atributos prescindibles para sus clientas, pero combina los drapeados y las lentejuelas con voluminosas chaquetas y chalecos de piel que parecen m¨¢s apropiados para un d¨ªa de esqu¨ª que para una noche de baile. A Valli le ha sentado bien crear su divisi¨®n de alta costura (dos a?os atr¨¢s) porque ha alejado su l¨ªnea de pr¨ºt-¨¤-porter del territorio de enso?aci¨®n perpetua en el que habitan los trajes de princesa. Le ha permitido que su discurso se enfrente a la realidad de las mujeres contempor¨¢neas y el resultado saca muchos elementos del guardarropa masculino. Pantalones, zapatos planos y pr¨¢cticos abrigos enriquecen su vocabulario. Por no hablar de su primer bolso, un paso imprescindible para construir una compa?¨ªa de moda hoy.
Pero si alguien sabe c¨®mo abrir agujeros en la pared que separa el armario del hombre y el de la mujer ese es Riccardo Tisci. Una nota en la que Antony Hegarty, cantante de Antony and the Johnsons, hablaba del futuro feminismo esperaba en cada asiento del desfile de Givenchy. ¡°Hemos abusado del cuerpo de las mujeres y de la tierra de la misma forma¡±, argumenta el m¨²sico. Mientras cantaba You are my sister, las modelos de Tisci desfilaban con cazadoras de cuero convertidas en cinturones y tomadas al asalto por las flores o con holgados jerseys y sudaderas sobre delicadas faldas bordadas. ¡°Se trata de tomar prestadas piezas de los hombres, pero a?adi¨¦ndoles feminidad y mezcl¨¢ndolas con otras de mujer¡±, seg¨²n las notas.
Amaya Arzuaga tambi¨¦n parti¨® de una pieza masculina, un chaleco, en su sexta temporada en la capital francesa. El resultado es una colecci¨®n magn¨ªfica, depurada y concisa que desmonta esta pieza y la deja irreconocible. Arzuaga se permite hasta 14 salidas en riguroso color negro y despu¨¦s entrega intensos golpes de naranja o verde petr¨®leo para articular una propuesta que se acerca a los principales frentes de la temporada ¨Clos pantalones, la silueta holgada¡- de una forma original e individual. ¡°Los americanos han convertido las pasarelas en algo m¨¢s soso y todos estamos a la b¨²squeda de pragmatismo¡ pero hay que intentar ofrecer algo propio¡±, sostiene.
?Qu¨¦ tendr¨¢ la ropa de hombre para que los creadores recurran a ella cuando buscan ofrecer propuestas m¨¢s realistas para mujer? Lo que s¨ª se puede comprobar estos d¨ªas es que pensar en ropa masculina ayuda a que los dise?adores se concentren m¨¢s en las necesidades de las mujeres y un poco menos en las suyas.
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