Saint Laurent siembra el desconcierto en Par¨ªs
Hedi Slimane conmociona la semana de la moda con una colecci¨®n ¡®grunge¡¯ Chanel aspira a la dominaci¨®n mundial Los dise?adores de Valentino brillan con vestidos inspirados en las pinturas flamencas
La segunda colecci¨®n de Hedi Slimane para Saint Laurent ha agitado la semana de la moda de Par¨ªs. Tras la pol¨¦mica que rode¨® su esperado debut el pasado octubre, la curiosidad por el siguiente paso del dise?ador franc¨¦s era elevada. Su respuesta fue una oda al grunge tan literal que dej¨® a la audiencia estupefacta. El lunes por la noche, el p¨²blico sali¨® del desfile con m¨¢s preguntas que respuestas.
Por desgracia, un a?o despu¨¦s de su llegada a Saint Laurent, Slimane no ha concedido ni una sola entrevista. Los interrogantes, por lo tanto, quedan en el aire. El primero es: ?qu¨¦ objetivo persigue esta colecci¨®n? Los vestidos de mu?eca combinados con chaquetas de punto y camisas de cuadros, las medias de rejilla, las cazadoras de piel y las botas moteras est¨¢n hechos de la misma arcilla que la colecci¨®n masculina que present¨® en enero; tambi¨¦n la m¨²sica, de la banda Thee Oh Sees, enlaza con la de aquel desfile. Es la misma clase de ropa que ahora mismo llevan las adolescentes en Los ?ngeles y que hace 20 a?os dio pie al kinderwhore.
Todo esto, ?qu¨¦ relaci¨®n mantiene eso con el legado del maestro? Ninguna. Pero Pierre Berg¨¦, eterno socio y compa?ero vital del dise?ador, transmiti¨® su satisfacci¨®n v¨ªa Twitter. ¡°Yo ten¨ªa raz¨®n al estar confiado: la colecci¨®n de Hedi Slimane para YSL ha sido sensacional. Un Yves rejuvenecido que roza la famosa colecci¨®n 40¡±. En los a?os setenta, Yves Saint Laurent provoc¨® un esc¨¢ndalo al subir a la pasarela versiones de los trajes a?os cuarenta que sus amigas encontraban en los mercadillos. En opini¨®n de Berg¨¦, por lo tanto, esa actitud es la que Slimane est¨¢ recuperando. Muchos no lo ven como ¨¦l.
El creador franc¨¦s, de 45 a?os, ha pasado cinco retirado del dise?o y centrado en la fotograf¨ªa. A trav¨¦s de libros y exposiciones, ha dejado constancia de su obsesi¨®n con la juventud. Desde su llegada a Saint Laurent, sus decisiones han ido en la misma direcci¨®n: ha recuperado el logo de la l¨ªnea de pr¨ºt-¨¤-porter que Yves cre¨® en 1966 para responder a una nueva clientela, m¨¢s joven y moderna que la de los salones de alta costura de los a?os cincuenta. Slimane se dirige sin tapujos a la juventud de ahora y algunas invitadas, como la cantante Sky Ferreira, estaban encantadas con la propuesta. Ahora bien, ?es ese el papel que debe jugar una firma con semejante historia en un momento como el actual? Otra pregunta en el aire.
Hedi Slimane conoce bien este negocio y es dif¨ªcil que no anticipara que una colecci¨®n tan radical en su planteamiento, que se mantiene en sus trece de la primera a la ¨²ltima salida, suscitar¨ªa interrogantes y reacciones airadas. ?Era ese el objetivo? ?Hay una provocaci¨®n a lo Marcel Duchamp en todo esto? El t¨¦rmino grunge (que significa suciedad) se acu?¨® a principio de los noventa para definir al punk-metal que ven¨ªa de Seattle y ?qu¨¦ es finalmente el punk? Desaf¨ªo. Confrontaci¨®n.
Estas teor¨ªas conviven desde el lunes con otra mucho m¨¢s simple: Slimane ha entregado una colecci¨®n sin valor que ofrece ropa que podr¨ªa estar en una tienda de segunda mano a precios astron¨®micos. A la ma?ana siguiente de su desfile, dos veteranas periodistas estadounidenses recordaban lo que le sucedi¨® a Marc Jacobs cuando subi¨® el grunge a la pasarela de Perry Ellis en 1993: fue despedido de la compa?¨ªa. Veremos cu¨¢les son los pr¨®ximos pasos de Slimane. Lo que de momento ya ha conseguido es ser el tema de cualquier conversaci¨®n en Par¨ªs.
Hasta tal punto llega el desconcierto que ni un mundo entero consigue distraer del todo la atenci¨®n. Pocas horas despu¨¦s del desfile de Saint Laurent, Chanel convoc¨® a sus invitados alrededor de un gigantesco globo terr¨¢queo en movimiento. Peque?as banderas con el logo de la compa?¨ªa se?alaban las 185 tiendas propias y los m¨¢s de 300 puntos de venta en todo el planeta. Se cumple un siglo desde que Coco Chanel abriera su primer local y 30 a?os desde que Karl Lagerfeld llegara a la casa. ?El mensaje de la colecci¨®n? ¡°La globalizaci¨®n¡±, en palabras del alem¨¢n. ¡°Pero esto no trata de m¨ª, sino de una compa?¨ªa que ha invertido y se ha multiplicado gracias al trabajo de muchos. Yo no impongo nada. Solo hago propuestas. Ahora hay muchos otros pa¨ªses en el mundo que tienen m¨¢s dinero que los europeos y nosotros tenemos que ayudarles a gastarlo. Hay que seducirles¡±.
Su idea para oto?o/invierno 2013 es un cambio de proporciones con pr¨¦stamos de todo el globo: cuellos de quimono, piernas cubiertas de cuero, cascos de piel en vivos colores, hombros redondeados y faldas cortas con volumen. Juegos de superposiciones y trampantojos construyen una silueta llena de equ¨ªvocos. En la gama de gris, negro y plata que tanto le gusta al dise?ador. ¡°Una paleta misteriosa¡±, admite. Tambi¨¦n ¨¦l, enigm¨¢tico, juega al despiste con su edad. Podr¨ªa haber nacido en 1933 o en 1938, nadie lo sabe exactamente. ¡°Mi inspiraci¨®n siempre surge del boceto, no pienso en un tema. Tampoco me gusta analizarme mucho porque dicen que el psicoan¨¢lisis mata la creatividad¡±, defiende.
Entre tanto misterio, la propuesta de Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli en Valentino brilla por su imperturbable defensa de la belleza en su acepci¨®n m¨¢s cl¨¢sica y deslumbrante. Son cinco ya los a?os que llevan al frente de la casa y la f¨®rmula no tiene visos de agotarse. Sobre todo porque, tras un breve titubeo inicial, los italianos han logrado un perfecto equilibrio entre pasado y presente. Entre la herencia recibida y el futuro por escribir. Entre la tradici¨®n y la juventud. Sus vestidos est¨¢n esta vez inspirados en las pinturas flamencas y aspiran a enmarcar el rostro con ingeniosos cuellos y escotes. Son piezas que provocan un placer est¨¦tico tan puro y limpio que desarma hasta al observador m¨¢s c¨ªnico. Como un oasis de gracia y sosiego en un mundo sucio y sobresaltado.
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