?Interesan o no los toros?
Las corridas de toros, ante la posibilidad de que una ley las declare Bien de Inter¨¦s Cultural El Constitucional decidir¨¢ pr¨®ximamente sobre el recurso del PP a la prohibici¨®n de Catalu?a
Espect¨¢culo o cultura. Ser o no ser. He ah¨ª la cuesti¨®n. El mundo de los toros asiste con enorme inter¨¦s a un intenso debate que pretende elevar el espect¨¢culo a la categor¨ªa de bien cultural. Espera que una nueva ley blinde la fiesta y la a¨ªsle de pretensiones abolicionistas; pero no olvida que el proceso ser¨¢ largo, sinuoso, complejo y de imprevisibles consecuencias jur¨ªdicas y pol¨ªticas. Adem¨¢s, sea cual sea el final del proceso abierto, nadie duda de que, por encima de dificultosos acuerdos parlamentarios, la fiesta depende, hoy, m¨¢s que nunca, de su propia capacidad para recuperar la emoci¨®n perdida y la vuelta de miles de aficionados que han huido de las plazas empujados por el aburrimiento y la sospecha de fraude.
El escenario actual est¨¢ plagado de protagonistas: el Tribunal Constitucional deber¨¢ decidir sobre el recurso de inconstitucionalidad que present¨® el PP contra la prohibici¨®n del Parlamento de Catalu?a; el Parlamento nacional ha iniciado la tramitaci¨®n de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para la regulaci¨®n de la fiesta como Bien de Inter¨¦s Cultural; y el Ministerio de Cultura se dispone a dise?ar un Plan Nacional de Fomento y Protecci¨®n de la Tauromaquia a ra¨ªz del documento elaborado por una comisi¨®n de expertos, que propone la aprobaci¨®n de una nueva ley taurina que reconozca la fiesta como parte del patrimonio cultural. Tambi¨¦n se hacen un hueco los partidos: el PP, a favor de la fiesta; los nacionalistas y la izquierda, en contra, y el PSOE, ni fu ni fa (¡¯los toros est¨¢n bien como est¨¢n¡¯); y quedan los taurinos, gratamente sorprendidos ante la intensidad del debate en su papel de testigos mudos e inoperantes, m¨¢s preocupados por sus intereses particulares que por devolver a la fiesta la pasi¨®n olvidada.
En plena crisis, el precio de las entradas para la pr¨®xima Feria de Abril de Sevilla ha subido un 3%
Antes de que se atisbe el final de la larga pol¨¦mica, surgen algunas preguntas: ?la declaraci¨®n de BIC ser¨¢ la salvaci¨®n de la fiesta? ?Volver¨¢n las corridas a Catalu?a en el caso de que el TC acepte el recurso del PP? ?Qu¨¦ efectos tendr¨ªa esa ley que proponen los expertos de Cultura?
Se habla hasta la saciedad de blindaje de la fiesta, que nada ni nadie podr¨ªa prohibirla en el futuro, que las competencias que ahora est¨¢n en manos de las Comunidades Aut¨®nomas volver¨ªan al Estado, que fomentar¨ªa y proteger¨ªa la tauromaquia como valor cultural; en cambio, se habla, pero menos, de que se ha iniciado un complej¨ªsimo proceso jur¨ªdico y pol¨ªtico que no garantiza que el debate abierto derive finalmente en una inyecci¨®n de vida para la fiesta. La discusi¨®n est¨¢ pre?ada de buenas intenciones, pero la realidad es implacable. Que los toros sean declarados BIC provocar¨ªa una cascada de recursos de inconstitucionalidad por parte de las CCAA; el TC podr¨¢ dictar que los toros no est¨¢n prohibidos en Catalu?a, lo que no significa que se vuelva a abrir la Monumental de Barcelona; y Cultura ¨Co quiz¨¢, el propio Gobierno¨C se ha metido en un callej¨®n de dif¨ªcil salida pol¨ªtica con dos proposiciones de ley ¨Cla de la ILP y la de la comisi¨®n de expertos¨C sobre un mismo y espinoso asunto.
Pero queda lo m¨¢s importante: al tiempo que jueces, parlamentarios y el Gobierno reflexionan sobre el encaje legislativo de la fiesta, esta sigue adelante con su crisis de identidad, sus achaques y su incardinaci¨®n en la sociedad espa?ola. ?Interesan o no los toros? ?La grave situaci¨®n actual es solo a causa de la crisis econ¨®mica o, tambi¨¦n, porque la fiesta importa cada vez menos, arrastrada por la indiferencia de muchos, el feroz antitaurinismo de unos pocos, toros descastados y enfermizos, toreros acomodaticios y mec¨¢nicos y taurinos rancios y arribistas? ?Importa a alguien la destaurinizaci¨®n reinante en este pa¨ªs?
No se olvide que la ILP no la promovieron los profesionales del toreo, sino un peque?o grupo de aficionados de Catalu?a, una comunidad donde el toreo es casi una evocaci¨®n del pasado. La ILP no nace para actualizar y modernizar la fiesta, sino como un escudo frente a los ataques antitaurinos. Hay quien defiende, incluso, que la prohibici¨®n catalana ha servido de catarsis para un sector obsoleto, pero a¨²n est¨¢ por ver que toreros, empresarios y ganaderos lideren un movimiento que pretenda revolucionar el mundo de los toros y situarlo en el siglo XXI. ?Alguien conoce alguna propuesta para la temporada que acaba de comenzar? ?Alguna comisi¨®n est¨¢ estudiando c¨®mo resucitar el toro de lidia, el protagonista agonizante de esta historia? ?Qu¨¦ hacen unos y otros para que el p¨²blico acuda las plazas? Ah¨ª va un bot¨®n: en plena crisis econ¨®mica, el precio de las entradas para la pr¨®xima Feria de Abril de Sevilla ha subido una media del 3%.
La ILP no nace para modernizar la fiesta, sino como un escudo frente a los ataques antitaurinos
Eso s¨ª, el man¨¢ de la cultura parece que nos salvar¨¢ a todos. Ser¨ªa bueno que la tauromaquia fuera declarada Bien de Inter¨¦s Cultural, y magn¨ªfico que el TC suspendiera la prohibici¨®n catalana. Pero ser¨ªa mucho m¨¢s esperanzador que la fiesta de los toros alcanzara el esplendor de anta?o, que volvieran las tardes de gloria, que naciera de nuevo el toro bravo, fiero y noble, que surgieran h¨¦roes artistas, y que la emoci¨®n indescriptible que da sentido a esta fiesta volviera a sentirse en todo su esplendor. Y todo ello para evitar que se produzca la temible paradoja de que mientras la tauromaquia es elevada a los altares de la cultura, el espect¨¢culo se hunda sin remisi¨®n ante el hartazgo y la indiferencia de quienes un d¨ªa disfrutaron con ¨¦l.
El verdadero y m¨¢s grave problema de los toros es su supervivencia. De poco valdr¨¢ que sean algo m¨¢s, mucho m¨¢s, que un espect¨¢culo si dejan de interesar por falta de autenticidad. Y hoy corren el serio peligro de convertirse solo en un producto cultural, inmaterial y art¨ªstico, cuidado, mimado, protegido y fomentado como reliquia de una manifestaci¨®n que anta?o fue protagonista indiscutible de una forma de ser de un pueblo.
Cultura y espect¨¢culo. Ser o no ser. He ah¨ª la cuesti¨®n.
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