Helen Mirren regresa al trono
La actriz retoma el personaje de Isabel II en el espect¨¢culo teatral 'La audiencia' El papel de la soberana ya le vali¨® un Oscar por 'La reina' en 2007
El reinado de Helen Mirren en el universo teatral del West End ha quedado instaurado esta semana con su nueva encarnaci¨®n de Isabel II en la obra La audiencia (The Audience), objeto de la rendici¨®n un¨¢nime de la cr¨ªtica brit¨¢nica. La protagonista de la pel¨ªcula La reina (2006), que le procur¨® el Oscar y un c¨²mulo de premios, recupera y profundiza sobre las tablas en un personaje con el que transita a lo largo de seis d¨¦cadas de historia, desde la joven que accede al trono tras la muerte prematura de su padre hasta la soberana octogenaria y casi perenne que conocemos hoy.
Mirren est¨¢ soberbia en un papel escrito expresamente para ella por Peter Morgan, el guionista de aquel filme que elev¨® a una actriz muy respetada a la categor¨ªa de estrella. Bajo la batuta del director teatral y cineasta Stephen Daldry (Billy Elliot, Las horas) la producci¨®n toma el marco de las audiencias semanales que la reina de Inglaterra ha venido celebrando con los sucesivos primeros ministros para especular sobre el contenido de esas conversaciones, blindadas por el secreto de Estado pero que la ficci¨®n ha convertido casi en materia de psicoanalista.
A sus 67 a?os, la actriz se transforma en una veintea?era vestida de luto que, reci¨¦n heredada la corona, debe lidiar con el paternalismo de Winston Chrurchill o en una vieja dama rendida por la siesta durante su encuentro con el actual jefe de gobierno, David Cameron. Aunque no necesariamente por ese orden, porque la obra reh¨²ye el relato cronol¨®gico y opta por los saltos en el tiempo, inaugurando el desfile de pol¨ªticos en las sesiones reales con un John Major (a?os 90¡¯) lloroso ante la rebeli¨®n de sus correligionarios conservadores.
Doce han sido hasta la fecha los primeros ministros que han despachado regularmente con la monarca a lo largo de 61 a?os, en los que Mirren no s¨®lo nos muestra a su criatura teatral como a una verdadera profesional del oficio, sino principalmente como una personalidad que encara muchas crisis mientras va afianzado su autoconfianza y autoridad de forma casi imperceptible pero firme. La actriz se transmuta en la reina incisiva que inquiere a Anthony Eden sobre el conflicto del canal de Suez (1956), que medio siglo despu¨¦s denota cierta simpat¨ªa y humanidad ante la depresi¨®n y paranoias del laborista Gordon Brown y que nunca pudo sufrir a la ¨²nica mujer que ha ocupado el n¨²mero 10 de Downing Street, Margaret Thatcher (1979-90 en el poder).
El gran ausente de La audiencia es Tony Blair, un pol¨ªtico imprescindible a la hora de encarar la crisis de la monarqu¨ªa brit¨¢nica tras la muerte de la princesa Diana, pero cuyo personaje de ficci¨®n ya acapar¨® gran parte del protagonismo en la pel¨ªcula La reina. Porque esta obra, y a pesar de la solidez de su nutrido reparto, pertenece por entero a Helen Mirren, avasallada con toda serie de elogios por parte de los entusiastas cr¨ªticos brit¨¢nicos. Incluso el sector minoritario que no ha valorado la pieza teatral en la misma medida que el grueso de los colegas, aconseja pasarse por el teatro Guielgud de Londres tan solo para asistir a una interpretaci¨®n tildad cuando menos de ¡°magn¨ªfica¡±.
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