Baile (libresco) con y sin vampiros
Ruman¨ªa es el pa¨ªs invitado a la 33? edici¨®n del Salon du Livre de Par¨ªs Trotski ya no forma parte de la pol¨ªtica, sino de la historia y proliferan sus biograf¨ªas
Aprovechando que el r¨ªo D?mbovita pasa por Bucarest y que Ruman¨ªa es el pa¨ªs invitado a la 33? edici¨®n del Salon du Livre (del 22 al 25 de marzo), los dos mensuales literarios m¨¢s populares de Francia, Lire y Le Magazine Litt¨¦raire, han dedicado, en un prodigio de imaginaci¨®n, sendos n¨²meros a ?el vampiro!, con desiguales art¨ªculos acerca de los autores que han ido construyendo el mito (de Le Fanu y Stoker a Anne Rice y Stephenie Meyer), y sus criaturas (de Carmilla y Dr¨¢cula a Lestat y la familia Cullen). En cuanto a los escritores rumanos, el sal¨®n ha invitado a una treintena, entre los que destacan Norman Manea, Radu Aldulescu y Ana Blandiana, ninguno, sin embargo, con historial de no-muertos (a pesar de que entre ellos haya varios represaliados por el Conducator). El sal¨®n tambi¨¦n ha invitado este a?o a Barcelona, ¡°la ciudad m¨¢s art¨ªsticamente viva, vanguardista y libre de Espa?a¡±: copatrocinados por el Institut Ramon Llull, asistir¨¢n una docena larga de autores en las dos lenguas oficiales, de Jaume Cabr¨¦ e Imma Mons¨® a Eduardo Mendoza y Alicia G¨®mez Bartlett. En cuanto al m¨¢s conspicuo de los vampiros, recomiendo a todos sus seguidores el exhaustivo volumen Dr¨¢cula anotado (Akal, 2012), editado por Leslie Klinger, un atrabiliario sabueso especializado en best sellers tardovictorianos que ya hab¨ªa publicado en Akal los tres gruesos vol¨²menes de su Sherlock Holmes anotado; les aseguro que despu¨¦s de empollarse el complet¨ªsimo tomo dedicado al m¨¢s c¨¦lebre vampiro transilvano, cualquiera puede encontrarse suficientemente preparado para triunfar en un concurso tipo saber y ganar dedicado monogr¨¢ficamente a la obra cumbre de Bram Stoker (acabo de enterarme, por ejemplo, gracias a una de sus ultraeruditas e in¨²tiles notas, de los horarios contempor¨¢neos de los trenes que sal¨ªan de la estaci¨®n de Paddington en direcci¨®n a Exeter). Por lo dem¨¢s, si tienen ocasi¨®n de darse una vuelta por Par¨ªs durante o despu¨¦s del sal¨®n, no se pierdan la visita al Mus¨¦e des Lettres et Manuscrits (MLM), una joven instituci¨®n, en pleno Boulevard Saint Germain, consagrada a ¡°la conservaci¨®n y puesta en valor del patrimonio escrito¡±, y que merecer¨ªa ser copiada en alguna de nuestras ciudades (en lugar de tanto museo car¨ªsimo y redundante de arte ¡°contempor¨¢neo¡±). Se trata de un peque?o museo particularmente atractivo, sobre todo ahora que inquieta el futuro del papel (las ventas del libro tradicional han bajado en Estados Unidos casi un 25 % desde 2007), como a su manera oblicua tambi¨¦n expresa el simp¨¢tico y muy difundido v¨ªdeo (b¨²squenlo en YouTube) Le papier ne sera jamais mort, de la empresa que comercializa el papel higi¨¦nico La Tr¨¨fle. Por cierto que hasta el 5 de mayo la exposici¨®n temporal del MLM est¨¢ dedicada a Verlaine emprisonn¨¦, y en ella se exhiben manuscritos y versos redactados por el poeta durante su encarcelamiento en B¨¦lgica tras la crisis de celos y alcohol que le llev¨® a descerrajarle un par de tiros a Rimbaud. Y es que, como ya constataba amargamente Cernuda en aquellos inolvidables versos de Birds in the night (en Desolaci¨®n de la quimera), ¡°Hoy, como el tiempo ha pasado, como pasa en el mundo, / Vida al margen de todo, sodom¨ªa, borrachera, versos escarnecidos, / Ya no importan en ellos, y Francia usa de ambos nombres y ambas obras / Para mayor gloria de Francia y su arte l¨®gico¡±.
Bronstein
Con todos sus defectos, prejuicios y carencias la monumental biograf¨ªa de Trotsky (1954-1963), de Isaac Deutscher, contin¨²a siendo, adem¨¢s de la m¨¢s completa jam¨¢s escrita sobre el personaje, una de las mejores biograf¨ªas pol¨ªticas publicadas en la segunda mitad del siglo XX. Ahora que, como apuntaba un cr¨ªtico, Trotski ya no forma parte de la pol¨ªtica, sino de la historia, proliferan las biograf¨ªas del profeta desarmado de la revoluci¨®n mundial. Y tambi¨¦n se multiplican sus apariciones como personaje literario, como en las novelas Laguna, de Barbara Kingsolver (Lumen), o El hombre que amaba a los perros, de Leonardo Padura (Tusquets), por no mencionar sus vistosos cameos en Fin de las noticias del mundo (1982), de Anthony Burgess, o en Las aventuras de Augie March (1953), de Saul Bellow, quien, por cierto, ten¨ªa en su agenda una cita con Trotski al d¨ªa siguiente de que el piolet de Ram¨®n Mercader perforara el bien amueblado cerebro del l¨ªder sovi¨¦tico. En los ¨²ltimos a?os, y aprovechando la apertura de los archivos en Rusia, han aparecido, entre otras, las bios de Dmitri Volkogonov (1996; no traducida al espa?ol) y la de Robert Service (2009), publicada por Ediciones B. Por lo dem¨¢s, el mejor ensayo sobre la fase final (exilio y asesinato) del l¨ªder sovi¨¦tico se encuentra en Stalin¡¯s Nemesis, de Bertrand M. Patenaude (2009, Faber), un libro apasionante que sigue in¨¦dito en espa?ol. La nueva y breve biograf¨ªa (240 p¨¢ginas) de Joshua Rubenstein, Le¨®n Trotsky, una vida revolucionaria (Pen¨ªnsula), bebe abundantemente de las anteriores, aunque su autor ha consultado una enorme cantidad de archivos y fuentes primarias. Se trata de un relato riguroso de la vida y actividades del revolucionario que guarda el debido equilibrio entre la admiraci¨®n por el personaje y la cr¨ªtica a sus acciones y decisiones, en especial respecto al uso de la violencia ¡°revolucionaria¡±, que, al igual que Lenin, Trotski siempre consider¨® requisito necesario e inevitable para la toma del poder por el proletariado.
Matrimonios
A menudo pienso que las relaciones entre la Agencia del ISBN y la Federaci¨®n de Gremios de Editores (FGEE) son como las de esos matrimonios en los que un c¨®nyuge no se entera de lo que hace el otro. Ah¨ª tienen por ejemplo, la lista de materias de los libros editados, que en el caso de la Agencia se basa en las directrices del IBIC (International Book Industries Categories) y que en los estudios de la FGEE van a su aire (v¨¦anse las estad¨ªsticas de comercio interior de 2011, publicadas en 2012, cuando la norma del IBIC ya estaba en vigor). M¨¢s llamativas, sin embargo, resultan las discrepancias sobre tiradas medias de los libros: las que maneja la Agencia son, aproximadamente, la mitad de las que reconoce la FGEE en sus publicaciones. Me pregunto: ?cu¨¢ndo ser¨¢ posible unificar de una vez todas las estad¨ªsticas referentes a la industria del libro? Por lo dem¨¢s, ¨¦chenle un vistazo a la nueva traducci¨®n (Alejandro Garc¨ªa Schnetzer, Seix Barral) de la c¨¦lebre Carta sobre el comercio de libros, de Denis Diderot, para comprobar que ya en el XVIII preocupaban algunos de los problemas que hoy siguen agobiando al sector. Atentos a un par de perlas del c¨¦lebre enciclopedista metido a librero y editor: ¡°El fondo editorial de un librero es la base de su comercio y de su fortuna¡±. Y esta otra: ¡°Si hacemos cuentas, de cada diez proyectos solo hay uno, y a¨²n es mucho, que da resultados, s¨®lo cuatro cubren los gastos a la larga, y los cinco restantes que ocasionan p¨¦rdidas¡±. En todo caso, a ver qui¨¦n es el guapo (o la guapa) que hoy, cuando las grandes corporaciones exigen a cada libro rentabilidades que casi ninguno puede ofrecer, tiene en cuenta esa prudente pauta.
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