Primavera lorquiana en la Gran Manzana
La ciudad celebra el viaje y la influencia del autor de ¡®Yerma¡¯ con una veintena de actividades Entre ellas, hay dos exposiciones
Habl¨® en sus versos del ¡°alba mentida de Nueva York¡±, de los ¡°cenicientos cristales de Broadway¡±, de ¡°arena, caim¨¢n y miedo¡±, destripando las avenidas de la Gran Manzana en poderosas im¨¢genes que marcaron un antes y un despu¨¦s en su poes¨ªa. Federico Garc¨ªa Lorca lleg¨® a esta ciudad en junio de 1929 y la dej¨® camino de Cuba en marzo del a?o siguiente. No aprendi¨® ingl¨¦s como se propon¨ªa al matricularse en la Universidad de Columbia, pero al marchar se llev¨® consigo el pu?ado de poemas que acabaron conformando su Poeta en Nueva York.
Sin aniversario redondo de por medio, lo cierto es que la misma ciudad que inspir¨® su canto angustiado y surrealista hace m¨¢s de ocho d¨¦cadas, se rinde en los pr¨®ximos tres meses ante el autor de Yerma. Parad¨®jicamente fue tambi¨¦n Nueva York donde sus familiares acabar¨ªan asent¨¢ndose en el exilio y donde falleci¨® el padre del poeta. Pero antes, en el origen, est¨¢ aquel viaje de estudiante. Eso es lo que en esta primavera de 2013 se celebra: los versos que de ¨¦l surgieron y el reencuentro de la ciudad con el poeta.
El intenso programa de actividades incluye desde un concierto de Patti Smith (programado la misma fecha del cumplea?os de Lorca, 5 de junio), hasta una conferencia a cargo de Gonzalo Sobejano en la Universidad de Columbia, pasando por la representaci¨®n de los T¨ªteres de Cachiporra en el Teatro SEA del Lower East Side; spoken word con acento flamenco organizada por La Bruja ; una reuni¨®n de expertos acad¨¦micos en NYU el 9 de abril; o un paseo por el Nueva York del poeta en la llamada Ruta Lorca organizada por el grupo El Pie Izquierdo.
¡°En el mundo cultural la influencia de Lorca no acaba nunca. El Lorca de Nueva York es el m¨¢s moderno¡±, se?ala Javier Rioyo, director de Instituto Cervantes en esta ciudad, en cuya sede se celebrar¨¢n proyecciones de pel¨ªculas basadas en la obra de Lorca, charlas y presentaciones con un ¨¢ngulo ¡°espa?ol y literario¡±. El Cervantes es uno entre la docena de centros e instituciones como el King Juan Carlos Center, City University of New York o BOMB magazine que participan en el concurrido homenaje, que cuenta hasta con un programa radiof¨®nico, Radio Lorca, a cargo de la emisora ArtonAir. El programa y las exposiciones han sido organizadas por la Fundaci¨®n Federico Garc¨ªa Lorca, Acci¨®n Cultural Espa?ola y New York Public Library, con ayuda de La Caixa.
Lleg¨® a la ciudad en junio de 1929 y la dej¨® camino de Cuba en marzo de 1930
Sobre el origen de tan variado proyecto habla, en conversaci¨®n telef¨®nica, Laura Garc¨ªa Lorca, directora de la Fundaci¨®n: ¡°Empezamos a pensar c¨®mo inaugurar el Centro Garc¨ªa Lorca de Granada y qu¨¦ tipo de programaci¨®n se puede armar en torno a un legado. Hemos tratado de poner de relieve el sentido de la obra de Lorca hoy, con un programa para todo tipo de p¨²blicos, que fomente el di¨¢logo entre artistas. La respuesta ha sido fant¨¢stica¡±. En el centro del hurac¨¢n lorquiano que se cernir¨¢ sobre Nueva York desde la semana que viene estar¨¢, en la sede central de la Public Library, la exposici¨®n Back tomorrow: A poet in New York, que presenta por primera vez al p¨²blico la serie casi completa de dibujos que el granadino realiz¨® en la ciudad y su ¨²ltimo manuscrito de Poeta en Nueva York, el mismo que Lorca dej¨® con una nota a su amigo Jos¨¦ Bergam¨ªn, y cuya misteriosa desaparici¨®n sembr¨® durante d¨¦cadas un mar de dudas. La idea original fue organizar esta muestra en el centro de la Fundaci¨®n en Granada y que la exposici¨®n viajara m¨¢s adelante a Nueva York, explica Garc¨ªa Lorca, pero sucesivos retrasos en la apertura de esta sede alternaron el orden de la itinerancia.
La muestra, comisariada por Christopher Maurer y Andr¨¦s Soria Olmedo, re¨²ne objetos personales como su guitarra y pasaporte, fotograf¨ªas y otros manuscritos, y no sigue un orden cronol¨®gico. ¡°Hemos querido enfocarnos en temas clave de la vida neoyorquina de Garc¨ªa Lorca: su vida de estudiante en Columbia; su reacci¨®n a Wall Street (est¨¢ en el momento del crash de 1929 y presencia la desesperaci¨®n e histeria); su encuentro con la riqueza de la cultura afroamericana y con el prejuicio racial; su prodigiosa capacidad para transformar la realidad; y por fin la historia misma del manuscrito¡±, apunta Maurer. Adem¨¢s este acad¨¦mico subraya el eco que aquel Nueva York derrumbado por el crash tiene en el presente: ¡°Estamos viviendo las consecuencias de los males sociales se?alados por Lorca en 1929¡±.
La muestra re¨²ne objetos personales como su guitarra y su pasaporte
Paul Holdengr?ber, creador de la heterodoxa y ya legendaria serie LIVE NYPL, organizar¨¢ uno de sus happenings literarios con escritores, poetas y cantantes. ¡°No se tratar¨¢ de una reacci¨®n a la exposici¨®n sino de reunir a una serie de artistas que compartir¨¢n su amor por Lorca, una figura cuya obra es admirada por gente como John Ashbery, Leonard Cohen o Jim Harrison. Podremos escuchar grabaciones originales in¨¦ditas que nos ha dado la Fundaci¨®n. Para m¨ª es muy importante el elemento sorpresa y este ser¨¢ tambi¨¦n un regalo para la ciudad¡±, asegura Holdengr?ber, que considera que el misterio es un elemento fundamental en la fascinaci¨®n que producen Lorca y su obra.
Durante la elaboraci¨®n de Poeta en Nueva York Lorca viaj¨® a Vermont con Phillip Cummings y esta estancia es precisamente el eje de otra muestra. Ya de vuelta en Espa?a el poeta medit¨® y trabaj¨® sobre el material neoyorquino durante varios a?os, elabor¨® una conferencia para presentar los poemas e incluso contempl¨® la posibilidad de publicar sus versos en dos libros. Pero en los primeros d¨ªas de julio de 1936 ya estaba decidido y se acerc¨® a la revista Cruz y Raya y al no dar con Bergam¨ªn le dej¨® Poeta en Nueva York y una nota en la que promet¨ªa volver al d¨ªa siguiente, prop¨®sito que se vio tr¨¢gicamente truncado por la guerra y su fusilamiento.
Escribi¨® el poeta ¡°la aurora de Nueva York gime por las inmensas escaleras buscando entre aristas nardos de angustia dibujada¡±. Ahora la aurora anuncia una celebraci¨®n de sus versos en la primavera m¨¢s lorquiana de la que hay recuerdo en la Gran Manzana.
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