El pensador en sus palabras

"Poner al dinero como bien supremo nos conduce a la cat¨¢strofe". Jos¨¦ Luis Sampedro fue un intelectual siempre comprometido y cr¨ªtico con el capitalismo. En la ¨²ltima entrevista concedida a EL PA?S, en junio de 2011, el economista barcelon¨¦s ve¨ªa el mundo actual como "un tiempo esencialmente de barbarie".

"La Iglesia cat¨®lica est¨¢ retrasada con respecto a la sociedad espa?ola". El escritor opinaba en una entrevista en 2007 sobre el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y sus choques con la jerarqu¨ªa cat¨®lica espa?ola. Sampedro reprochaba al presidente socialista que mantuviera "en la escuela p¨²blica la ense?anza religiosa". El clero "no tiene nada que hacer en la escuela p¨²blica".

"La democracia est¨¢ corrompida. Hay que reinventarla". Con motivo de la publicaci¨®n de su novela La sombra del drago, en abril de 2006, "un testimonio de ideas sobre la vida actual", el pensador se refer¨ªa a asuntos como la guerra de Irak, la actitud del Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, fiel aliado de George W. Bush en el conflicto, y la incesante llegada de inmigrantes a las costas espa?olas, algo que ve¨ªa desde su retiro tinerfe?o: "A los inmigrantes no les atrae Occidente, es que all¨ª no pueden vivir...".

"En el amor no se puede recibir sin dar". La llegada a las librer¨ªas a comienzos del a?o 2000 de su novela El amante lesbiano motiv¨® una entrevista en el suplemento de libros Babelia. En ella se refer¨ªa a las relaciones de amor y sexo, y manten¨ªa que, en ocasiones, "el dominado hace su voluntad sobre el dominante porque hace que el otro le haga lo que ¨¦l quiere que le haga".

"A¨²n me tienta el teatro, pero ya no lo intento". Han pasado casi veinte a?os desde que el escritor Vicente Molina Foix convers¨® con Sampedro sobre su vida y gustos personales. Entre sus aficiones, el autor destacaba el teatro pero lamentaba no poder escribir m¨¢s obras para su representaci¨®n porque ello supon¨ªa "acostarse tarde, hablar con los directores y actores, cortar frases...".

Al hilo de los fastos de 1992 en Espa?a, los Juegos Ol¨ªmpicos en Barcelona y la Expo de Sevilla, el intelectual abominaba de los gastos de esos eventos y se refer¨ªa a los casos de corrupci¨®n que sorprend¨ªan casi a diario a la sociedad espa?ola. "No es que unos cuantos individuos carezcan de ¨¦tica, es que eso parece no importar a las instituciones, y eso es m¨¢s grave".