Autores atareados
La autoedici¨®n digital est¨¢ en plena expansi¨®n dentro del universo del libro Las editoriales encuentran nuevas voces y v¨ªas de difusi¨®n en las plataformas de autopublicaci¨®n La marca de los sellos tradicionales sigue siendo un referente
"T¨². S¨ª, t¨². T¨² controlas la era de la informaci¨®n. Bienvenido a tu mundo¡±. En diciembre de 2006 la revista Time nombraba personajes del a?o a los internautas. A los millones de personas an¨®nimas que alimentaban sitios como Wikipedia, YouTube, MySpace, blogs y enriquec¨ªan la web. Por esa ¨¦poca, ?ngel Mar¨ªa Herrera ten¨ªa junto a otros socios una peque?a editorial. ¡°Public¨¢bamos dos libros al mes, pero nos llegaban alrededor de trescientos. Hab¨ªa muchas obras que se estaban dejando de publicar y pensamos ?qui¨¦nes somos nosotros para decir qu¨¦ es bueno y qu¨¦ es malo? Por eso decidimos crear un lugar donde se publicase todo y fuera el gran p¨²blico quien decidiera. La decisi¨®n tuvo mucho que ver con esa portada de Time¡±. La plataforma de autoedici¨®n de libros en formato f¨ªsico y electr¨®nico Bubok naci¨® en 2008. ¡°Por entonces ¨¦ramos un bicho bastante raro. Las editoriales nos achacaban todas las pestes: que no hab¨ªa calidad, que publicaba cualquiera, que las nuevas tecnolog¨ªas amenazaban con romper el modelo. Pero hemos experimentado un cambio bestial: hemos pasado del rechazo a la aceptaci¨®n de hoy, cuando vemos a gigantes como Pearson comprar Author Solutions porque son conscientes de que hay que entrar en ese mercado¡±. El pasado verano, el grupo Pearson desembols¨® 116 millones de d¨®lares por la compa?¨ªa de servicios de autoedici¨®n Author Solutions para, adujeron, que Penguin participase ¡°en el ¨¢rea de mayor crecimiento de la econom¨ªa editorial¡± y fuese m¨¢s competitiva en la ¡°adquisici¨®n de clientes y la anal¨ªtica de datos, puesto que ambas ser¨¢n vitales para nuestro futuro¡±. ¡°Las empresas del mundo del libro se han dado cuenta de que la autoedici¨®n es un negocio muy rentable porque es el autor el que asume el riesgo. Antes se arriesgaba el editor, ahora lo hace el creador, pero tiene su recompensa: tradicionalmente se llevaba, como mucho, un 10% del precio de venta al p¨²blico y con la autopublicaci¨®n de sus obras se puede embolsar hasta un 70% u 80% de los beneficios. En el mundo anglosaj¨®n las editoriales est¨¢n apostando por la autoedici¨®n porque les permite tener otro caladero de autores, una nueva v¨ªa de ingresos y, sobre todo, una relaci¨®n directa con el lector¡±, asegura Javier Celaya, socio fundador de la consultora editorial Dosdoce.com.
Cincuenta sombras de Grey de E. L. James es el tanto m¨¢s rotundo que se ha apuntado la autoedici¨®n
Una noche, de guardia, el polic¨ªa Esteban Navarro aprovech¨® un rato muerto para navegar por Internet. Hab¨ªa o¨ªdo hablar de Amazon, pero no de Kindle Direct Publishing, su servicio de autopublicaci¨®n. Hizo clic. ?l llevaba 15 a?os escribiendo relatos y novelas y lo hab¨ªa intentado todo ¡ªconcursos, env¨ªo de manuscritos a editoriales¡ª, as¨ª que ?por qu¨¦ no probar? ¡°Vi que era muy sencillo y sub¨ª el archivo de El buen padre, le puse un precio de 0,99 euros y ah¨ª lo dej¨¦¡±, explica. Se olvid¨® durante un par de semanas, hasta que Amazon le envi¨® un correo comunic¨¢ndole que su libro hab¨ªa sido descargado 10 veces, tres de ellas en Estados Unidos. ¡°Entonces me anim¨¦ y en enero de 2012 sub¨ª una novela que hab¨ªa escrito 12 a?os atr¨¢s, La casa de enfrente. Misteriosamente, en 15 d¨ªas se coloc¨® entre los 10 primeros¡±. Al cabo de un mes y medio recibi¨® una llamada de Ediciones B. Quer¨ªan editar en papel La casa de enfrente. ¡°No han pasado ni dos a?os y mira qu¨¦ cambio: ahora me publican y me leen¡±. A¨²n no da cr¨¦dito: una editorial tradicional ha comprado los derechos de sus novelas, ha sido finalista de la ¨²ltima edici¨®n del Premio Nadal, es integrante de la llamada generaci¨®n Kindle ¡ªdenominaci¨®n que ¨¦l mismo acu?¨®¡ª y protagonista del Mes del Libro en Amazon.es. ¡°A nosotros mismos nos ha sorprendido positivamente la buena acogida de nuestro servicio de autoedici¨®n¡±, insiste Koro Castellano, directora de Kindle Espa?a. ¡°Tiene una f¨®rmula de ¨¦xito imbatible porque t¨² tienes control total sobre el dise?o de la portada, el precio, las correcciones, los pa¨ªses de venta¡ Es m¨¢s ventajoso que la edici¨®n tradicional, que supone un proceso m¨¢s largo. Con Kindle Direct Publishing en un par de d¨ªas puedes ser global de una forma r¨¢pida, f¨¢cil y gratuita¡±.
La edici¨®n de bolsillo de La casa de enfrente se puso a la venta el 14 de noviembre de 2012. Al d¨ªa siguiente Navarro se acerc¨® a la librer¨ªa m¨¢s grande de Huesca, donde vide, y vio su novela junto a Cincuenta sombras de Grey de E. L. James, el tanto m¨¢s rotundo que se ha apuntado la autoedici¨®n. La brit¨¢nica subi¨® una primera versi¨®n de la historia, por entonces titulada Master of the Universe, a fanfiction.net en agosto de 2009. En diciembre de 2010 traslad¨® la narraci¨®n a su propia web, 50shades.com, y en mayo de 2011 una peque?a editorial australiana public¨® el primer volumen de la trilog¨ªa. El entusiasmo digital llev¨® a los estudios de Hollywood a interesarse por la obra y a James a buscarse una agente literaria que le ayudar¨ªa a negociar un contrato multimillonario con Vintage Books (Random House). La escritora ha declarado que no tiene ninguna intenci¨®n de autopublicar ¡ªaunque con la estrategia adecuada podr¨ªa embolsarse m¨¢s dinero¡ª, sus pr¨®ximos libros pertenecer¨¢n al cat¨¢logo de Vintage.
Salvando las distancias, Navarro tambi¨¦n prefiere contar con el respaldo de una editorial convencional. ¡°Hay que pensar a largo plazo. Amazon te ingresa suculentos royalties y el anticipo de Ediciones B est¨¢ por debajo de lo que yo cobraba con ellos, pero ?cu¨¢nto tiempo van a estar mis libros en el top? Una editorial me asegura una expansi¨®n m¨¢s all¨¢ de Amazon: presencia en librer¨ªas f¨ªsicas y en otras plataformas como Fnac o Casa del Libro¡±, reflexiona Navarro, quien asegura ceder de buena gana el ¡°control total¡± sobre sus novelas. ¡°Ellos deciden el precio, la portada, etc¨¦tera, pero en este mundo no se puede ir en solitario. Si tengo que dise?ar la portada, ocuparme de las ventas, del stock, ?cu¨¢ndo escribo?¡±.
J. K. Rowling ha creado Pottermore, el ¨²nico lugar donde pueden comprarse los 'ebooks' de la serie del ni?o mago
Como Esteban Navarro, Bruno Nievas, Eva Garc¨ªa S¨¢enz o Eloy Moreno tambi¨¦n acabaron fichando por editoriales. ¡°Las plataformas de autoedici¨®n se est¨¢n convirtiendo en caladeros de nuevos talentos¡±, asegura Celaya. El descubrimiento de nuevas voces es uno de los principales objetivos de comunidades de escritores y lectores como Book Country de Penguin o Authonomy de HarperCollins. Hay otro, tanto o m¨¢s importante. ¡°Normalmente detr¨¢s de un escritor, bueno o malo, hay siempre un buen lector, de ah¨ª la apuesta de todas esas grandes compa?¨ªas. Para ellas esas comunidades son un gran canal de captaci¨®n de talento y de marketing porque los editores no solo pueden rescatar lo que vean interesante, tambi¨¦n vender el resto de libros de su cat¨¢logo¡±, se?ala Celaya. En realidad, no son solo un fil¨®n para los editores, tambi¨¦n pueden serlo para los escritores. V¨¦ase el caso de J. K. Rowling y Pottermore, un ecosistema creado para los fans del mago y el ¨²nico lugar donde pueden comprarse los ebooks de la saga. ¡°Eso es autoedici¨®n, lo que pasa es que muy poca gente lo ve as¨ª, y yo insisto a los editores en que ah¨ª est¨¢ el verdadero peligro. Que autores que hasta ahora iban por el canal tradicional de repente digan ¡®ya no necesito esos intermediarios¡¯. Eso es lo que ha hecho la se?ora Rowling, que ahora tiene una base de datos de millones de usuarios a los que poder enviar boletines, promociones de merchandising de Harry Potter o de cualquier otro de sus proyectos. Ese es el gran potencial, no tanto el margen econ¨®mico porque, aunque seguro que su porcentaje sobre venta ha aumentado, ha eliminado a unos intermediarios, pero ahora tiene a otros, como Sony, su socio tecnol¨®gico¡±.
En Book Country, como en Amazon o Apple, los autores pueden autopublicar sus obras sin coste alguno, la diferencia es que la comunidad de Penguin tambi¨¦n ofrece servicios editoriales de pago ¡ªdise?o de cubierta, registro en el ISBN, distribuci¨®n, correcci¨®n de estilo, campa?a de marketing¡ª como Authonomy, Bubok o Rocautores, la plataforma que la editora Blanca Rosa Roca puso en marcha el pasado diciembre y que propone un modelo h¨ªbrido. Todo autor novel que desee editar su obra puede enviarla a Rocautores, donde profesionales la evaluar¨¢n y redactar¨¢n un informe de lectura previo pago de 275 euros. Si ese informe es positivo, el autor podr¨¢ contratar su servicio de edici¨®n. ¡°Vamos m¨¢s all¨¢ porque seguimos siendo editores y al tener una editorial como Roca detr¨¢s creemos que hay que ser selectivos. Se trata del mismo proceso de edici¨®n con la diferencia de que en vez de invertir nosotros, es el autor el que invierte en s¨ª mismo¡±, explica Roca. Marca de aire es el primer libro electr¨®nico de Rocautores, una historia situada en la Espa?a de 2046 de Daniel Bilbao que encaja dentro de los g¨¦neros que ha trabajado Roca Editorial ¡ªnovela hist¨®rica, negra, rom¨¢ntica, thriller, narrativa juvenil¡ª en sus nueve a?os de existencia. ¡°Como editorial es muy inteligente crear estas plataformas porque no es lo mismo autoeditarse en Lulu que en la plataforma de Penguin. Yo a mis amigos tomando un caf¨¦ les dir¨ªa: ¡®Me publica Penguin¡¯ y en voz baja a?adir¨ªa ¡®bueno, su plataforma de autoedici¨®n¡¯. El reclamo de la marca es muy importante en el mundo digital¡±, apunta Celaya. Y precisamente es uno de los escollos con los que se topa el autoeditado. ¡°Las editoriales tradicionales tienen un valor, un sello de calidad, te compras un libro de Planeta o Alfaguara y sabes lo que te vas a encontrar. Al autopublicado te lo tienen que recomendar o tienes que conocer al autor porque carece de aval¡±, matiza Herrera.
La edici¨®n de libros se ha democratizado pero la historia se repite: publican muchos, triunfan unos pocos
El principal reclamo de los libros autoeditados es el precio. En Amazon.es seis euros y medio bastan para descargarse las siete novelas de Esteban Navarro. ¡°El precio es clave en Internet para comprar billetes, entradas, reservas de hoteles. Tambi¨¦n libros. Hasta ahora el editor solo pensaba en el precio dos veces en su vida: cuando lo sacaban en tapa dura y cuando sal¨ªa la versi¨®n bolsillo, y tienen que asumir que es un factor clave tanto para fomentar la demanda como para combatir la pirater¨ªa¡±, asegura Celaya, quien opina que el consumidor no tiene prejuicios a la hora de comprar libros electr¨®nicos de autores desconocidos y autoeditados. En cambio, cuando el precio es m¨¢s elevado, como es el caso del papel, Navarro cree que s¨ª hay mayores reparos. ¡°Seguimos teniendo cierto estigma y tengo una an¨¦cdota que lo ilustra: sorprend¨ª a unos compa?eros de trabajo comentando que si iban a gastarse diez euros en un libro prefer¨ªan que fuera de un escritor consagrado. No me lo tom¨¦ como una ofensa porque lo entiendo: por 0,99 euros te arriesgas, pero por 20 te lo piensas¡±.
Para Guy Kawasaki ¡°la belleza de la autoedici¨®n consiste en permitir a los escritores comprobar si a la gente le gusta su libro sin pasar por un editor tradicional¡±. Es parte de la aventura. ?l ha autoeditado sus dos ¨²ltimas obras: What the Plus! y APE: Author, Publisher, Entrepreneur. How to publish a book, un manual para todo aquel que se decida a probar por su cuenta. Sin embargo, por alentadora que sea la cita, no todos parten con la ventaja de Kawasaki, exdirectivo de Apple, especialista en marketing y empresario con una comunidad de cientos de miles de lectores en su blog y m¨¢s de un mill¨®n de seguidores en Twitter. Porque, seg¨²n Herrera, lo m¨¢s dif¨ªcil del autoeditado es darse a conocer. Las expectativas mejoran si ya cuenta con una comunidad que lee sus posts, retuitea sus mensajes de 140 caracteres o comparte sus comentarios en el muro de Facebook. Quienes carezcan de todo lo anterior tienen varias opciones: cruzar los dedos, apuntarse a un taller de marketing online para escritores o contratar a un profesional con habilidades digitales. ¡°Bienvenido al nuevo mundo, pero pasa lo que pasaba antes. Si tu editorial no te posicionaba correctamente, no invert¨ªa en ti, no te paseaba por ferias, tu libro pasaba desapercibido. Publicar no es sin¨®nimo de vender. Hay que empujar la obra. Y en autoedici¨®n, a no ser que despegues, te habr¨¢ comprado tu pareja, tus amigos, tu familia y poco m¨¢s. Esa es la realidad de la gran mayor¨ªa¡±, resume Celaya.
En lo que a difusi¨®n se refiere, los medios tradicionales tampoco ayudan. Los autoeditados acumulan titulares por sus ventas, pero no entrevistas o rese?as de sus obras. Aunque progresan adecuadamente: entre los 10 libros favoritos de 2012 de Michiko Kakutani, la influyente cr¨ªtica literaria de The New York Times, se encontraba The television was televised del periodista Alan Sepinwall, y en el mundo anglosaj¨®n est¨¢n surgiendo cooperativas de lectores como Awesome Indies que rastrean la inmensidad de las publicaciones autoeditadas y seleccionan las de mejor calidad. En Espa?a, Paula Corroto, responsable de la revista de libros electr¨®nicos EnCubierta, pretende abordar ¡°esa labor de prescripci¨®n que tanta falta hace entre los libros¡± que no han seguido el cauce habitual.
En los ¨²ltimos cinco a?os la publicaci¨®n de libros autoeditados se ha triplicado en Estados Unidos ¡ªen 2011 superaron los 235.000 t¨ªtulos¡ª. En Espa?a, a¨²n es dif¨ªcil hacer las cuentas ¡ªen Bubok se editaron 11.728 t¨ªtulos en 2012, en la categor¨ªa autor-editor del ISBN se catalogaron 6.590, Amazon no revela cifras¡ª. Hoy es posible publicar sin l¨ªmites, pero se lee tanto ¡ªtan poco¡ª como siempre. Y la edici¨®n de libros se ha democratizado, pero la historia se repite: se publica mucho, triunfan unos pocos. Ya lo dec¨ªa Lampedusa: que todo cambie para que todo siga como est¨¢.
Un club de lectura en la red
La l¨ªnea que une los puntos entre un ¨¢vido lector-comprador online y sus adquisiciones librescas no presenta el elefante esperado, sino sorpresas y alg¨²n tramo en blanco: seg¨²n un estudio reciente de la consultora Codex Group, en Estados Unidos el 61% de las compras de libros realizadas por lectores frecuentes se han tramitado por Internet, pero solo el 7% de ellos dice haber llegado hasta esos t¨ªtulos por canales cibern¨¦ticos. Las librer¨ªas tradicionales se quedan con el 39% restante de las ventas a ese p¨²blico y en ellas se producen el 20% de los descubrimientos. Conectar y rellenar estos aparentes blancos es ahora clave para las casas editoriales ¡ªcada vez m¨¢s involucradas en la venta directa¡ª.
El pasado febrero desembarc¨® Bookish, lanzada por Hachette, Penguin y Simon & Schuster, tres de los grandes grupos de la industria del libro, que cuenta con el apoyo de otras 16 editoriales y el peri¨®dico USA Today. Se trata de un espacio h¨ªbrido entre librer¨ªa, espacio de tertulia y suplemento literario, que ofrece entrevistas con autores, v¨ªdeos promocionales, avances de los primeros cap¨ªtulos y un sofisticado sistema de recomendaci¨®n de nuevos t¨ªtulos a partir de la informaci¨®n del usuario. "Tratamos de conectar a los lectores con los libros y los autores que m¨¢s les gustan. Otros actores han cumplido este papel, tanto libreros como suplementos y revistas, y ellos siguen ah¨ª. Nuestro trabajo es un complemento, porque sin duda tienen un l¨ªmite de espacio, de acceso y especializaci¨®n", explica en conversaci¨®n telef¨®nica Ardy Khazaei, director del proyecto. "Amazon es una tienda y tenemos un v¨ªnculo con ellos, pero nosotros queremos ir, ofrecer algo m¨¢s que producto. Las rese?as de los usuarios las presentamos de otra manera y no son lo principal, la tecnolog¨ªa ofrece muchas formas posibles de recomendar y personalizar la informaci¨®n".
En el mismo flanco se sit¨²a Zola Books, una iniciativa que tambi¨¦n pretende aunar conversaci¨®n en torno a libros con informaci¨®n y producto, concentr¨¢ndose en ventas de libros electr¨®nicos (por el momento solo del grupo Macmillan) y en conectar a sus seguidores con librer¨ªas independientes. "Existen webs para comprar libros, para hablar de libros, otras en las que puedes leer rese?as de cr¨ªticos especializados y blogueros. Puedes dar con el twitter de tu autor favorito o con su blog, pero no hay un espacio en el que escritores, lectores, libreros, cr¨ªticos, blogueros y editores puedan reunirse en torno a los libros que les gustan. En el mundo real estos encuentros se producen en librer¨ªas, clubes de libros y dem¨¢s lugares, ?por qu¨¦ no pueden ocurrir en el ciberespacio?", se pregunta Joe Regal, director de Zola.
Entre todo este furor por atrapar al lector-comprador sobresale Goodreads. Esta red social literaria naci¨® en 2007 en California y en 2013 logr¨® la apabullante cifra de 16 millones de usuarios registrados, que compart¨ªan con su c¨ªrculo de amigos o con otros lectores al azar, sus lecturas y recomendaciones. Crearon clubes de lectura en los que ir comentando un determinado libro o g¨¦nero, publicitaban lo que estaban leyendo, las listas de lo ya le¨ªdo o lo que pretend¨ªan leer. Goodreads contaba con la carta de la independencia en las recomendaciones, algo que cobr¨® a¨²n m¨¢s valor a ojos de la industria tras varios esc¨¢ndalos de manipulaci¨®n de rese?as en Amazon que obligaron al gigante librero a cambiar las normas de su comunidad. En 2008 la compa?¨ªa de Jeff Bezos compr¨® otra red social de libros, Shelfari, y tambi¨¦n es socia de Librarything, as¨ª que un acercamiento a Goodreads parec¨ªa cuesti¨®n de tiempo, y el 28 de marzo se hizo p¨²blico: Amazon hab¨ªa comprado la popular plataforma creada por Otis Chandler. Los detalles de la millonaria transacci¨®n no han trascendido, pero se sabe que su fundador permanecer¨¢ al mando para "garantizar la independencia de las rese?as".
La historia de c¨®mo el comercio electr¨®nico trata de sustituir la experiencia de entrar a una tienda y hablar con un dependiente, por algo m¨¢s cercano a ojear una revista, tiene un claro antecedente en el mundo de la moda con tiendas como Net-a-porter, que apost¨® por una fuerte l¨ªnea editorial en la presentaci¨®n de los productos accesibles a golpe de clic. Se trata de acercar informaci¨®n y transacci¨®n, o dicho de otra manera, con los libros se pretende recuperar el trazo directo que tradicionalmente ha unido a lectores potenciales con los t¨ªtulos que se ajustan a sus inquietudes. Pero la informaci¨®n viaja en dos direcciones y al vendedor los datos que recaba online sobre los gustos de su cliente le permiten afinar el tiro y restringir la oferta. No es Big Brother, es Big Data.
Babelia
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