Goteras sobre el almac¨¦n del Prado
Una filtraci¨®n da?¨® el 11 de marzo varios dibujos del XVIII y una pintura de Jan Brueghel 'El Viejo' Los restauradores trabajan en el rescate de las obras
Las lluvias de marzo trajeron consigo algo m¨¢s que agua al Museo del Prado. Tambi¨¦n trajeron un gran disgusto a su director, Miguel Zugaza, a su equipo de restauradores y t¨¦cnicos y al propio Patronato de la pinacoteca. Un susto, primero, y un disgusto, a continuaci¨®n, que podr¨ªan haber sido de dimensiones b¨ªblicas pero que, afortunadamente, se quedaron en lo que el propio director del centro consideraba ayer ¡°un percance desafortunado¡±. Una filtraci¨®n de agua en los almacenes da?¨® el 11 de marzo una decena de dibujos y pasteles de pintura espa?ola del siglo XVIII y, sobre todo, un ¨®leo de la importancia de Banquete de bodas, del flamenco Jan Brueghel El Viejo (1568-1625). Otras fuentes afirman que son m¨¢s los lienzos afectados.
¡°A nadie le gusta que pase esto, desde luego, pero, aunque no queremos restarle importancia, creemos que no fue para tanto¡±, explic¨® el m¨¢ximo responsable del Prado, quien asegur¨® a este diario que cosas as¨ª ¡°pueden suceder en un momento dado en cualquier museo, viejo o nuevo¡±.
El episodio no trascendi¨®. Miguel Zugaza y su equipo se reunieron nada m¨¢s conocer los hechos, informaron de manera inmediata al Patronato del museo, a su presidente, Jos¨¦ Pedro P¨¦rez-Llorca, y al equipo de t¨¦cnicos y decidieron que lo mejor era no contar el incidente extramuros. No hubo comunicado alguno. ¡°Debatimos sobre si contarlo o no, y decidimos que no era un tema de tanto recorrido como para informar, y que era el momento de dejar trabajar a los restauradores con tranquilidad¡±, explica Miguel Zugaza. Ahora, m¨¢s de un mes despu¨¦s, EL PA?S ha conocido a trav¨¦s de una fuente del propio museo los detalles de la inundaci¨®n, corroborados ayer por el propio Zugaza. La instituci¨®n, afirma la fuente, ¡°vivi¨® un aut¨¦ntico revuelo con lo sucedido¡±.
Aquel 11 de marzo, lunes, se produjo un cortocircuito en la zona de los dep¨®sitos, lo que ocasion¨® una ca¨ªda de tensi¨®n el¨¦ctrica. Fue precisamente gracias a ese cortocircuito que los responsables de la pinacoteca pudieron tener noticia de las filtraciones de agua. El percance el¨¦ctrico sobrevino como consecuencia de la filtraci¨®n y el goteo de agua a trav¨¦s de tres peque?as toberas integradas en un conducto de extracci¨®n perteneciente al sistema contra incendios del museo. Dichas toberas tienen incorporado un ventilador que, en caso de fuego, se activa de forma aut¨®noma. ¡°El problema¡±, explicaba ayer Miguel Zugaza, ¡°fue que el agua rebos¨® el per¨ªmetro de esas peque?as toberas y recorri¨® el camino hasta el dep¨®sito, y empez¨® a gotear¡±. En concreto, el agua empez¨® a caer por encima de un fluorescente situado en el almac¨¦n, y eso fue lo que ocasion¨® el cortocircuito.
La filtraci¨®n se prolong¨® por espacio de al menos 24 horas antes de que los sistemas de seguridad del Prado la detectaran. Otras fuentes afirman que el agua cay¨® durante todo el fin de semana anterior a aquel lunes. Esas toberas son las que, seg¨²n el dise?o de la remodelaci¨®n del Prado de Rafael Moneo, inaugurada en 2007, permiten, en caso de incendio, liberar gas noble, llamado F-13, utilizado habitualmente en este tipo de edificios para desplazar ox¨ªgeno y evitar as¨ª la propagaci¨®n del fuego. ¡°Se usa como sustituto del agua¡±, matiza Zugaza.
Los protocolos del museo se cumplieron con diligencia y velocidad. El director reuni¨® a su equipo y se tomaron las medidas adecuadas para restaurar de inmediato las obras da?adas y poner en marcha un dispositivo especial para evitar futuros incidentes. La v¨ªa de agua fue detectada, se tapon¨® y se dio soluci¨®n al problema seg¨²n los criterios tanto del equipo de t¨¦cnicos del museo como del propio Moneo. El arquitecto se hallaba en EE UU, pero desplaz¨® al Prado a uno de sus colaboradores.
El agua afect¨® concretamente a dos peines (soportes m¨®viles situados en los almacenes de los museos en los que se apilan las pinturas no expuestas).
El equipo directivo inform¨® con rapidez al patronato de la pinacoteca
¡°El equipo de restauradores del museo trabaj¨® de forma ejemplar¡±, asegura el director. Las obras de papel que sufrieron da?os, entre ellas varias del pintor espa?ol del siglo XVIII Joaqu¨ªn Inza, todav¨ªa est¨¢n siendo secadas por el m¨¦todo de evaporizaci¨®n. En cuanto a Banquete de bodas de Jan Brueghel El Viejo, su recuperaci¨®n corre a cargo de la restauradora Clara Quintanilla, que ha eliminado de la superficie la humedad producto del agua ca¨ªda.
Esta filtraci¨®n no es la primera de estas caracter¨ªsticas en el pasado reciente del museo. En los ¨²ltimos 20 a?os, las goteras han arruinado la tranquilidad de la pinacoteca hasta en seis ocasiones conocidas. En 1993, el agua gote¨® sobre la mism¨ªsima sala de Las Meninas de Vel¨¢zquez, lo que acabar¨ªa desembocando en la dimisi¨®n del entonces director, Felipe Gar¨ªn. En octubre de 1997, el m¨¢ximo responsable, Fernando Checa, tuvo que reconocer que hab¨ªa habido filtraciones de agua en varias salas del museo, entonces en obras. En junio de 1999 fue la Galer¨ªa Central la que sufri¨® los efectos de las goteras como consecuencia de una filtraci¨®n causada por la condensaci¨®n del sistema de aire acondicionado. Tambi¨¦n en 1999, y ya con cubiertas nuevas, volvieron las filtraciones. Y en 2008 y solo cinco meses despu¨¦s de la flamante inauguraci¨®n de la remodelaci¨®n, el espacio de ampliaci¨®n sufri¨® un duro rev¨¦s: el cierre temporal en horario de visita de tres salas, debido a un fallo en el sistema de climatizaci¨®n. El resultado: m¨¢s goteras.
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