Hamburguesa con de todo y un pepinillo
El MoMA dedica su gran exposici¨®n del verano a la obra temprana de Claes Oldenburg
Nacido en Estocolmo, Claes Oldenburg (1929) es uno de esos artistas que representa como pocos la esencia de lo que se puede entender como arte americano. Creador del expresionismo Pop, durante la d¨¦cada de los 60 decidi¨® que todo aquello que se pod¨ªa adquirir en las tiendas abiertas durante las 24 horas del d¨ªa, los famosos Delis, era susceptible de convertirse en obra de arte. Vinculado en su imaginario filos¨®fico con Warhol y Lichtenstein, los reyes del Pop Art, Oldenburg dio una personal¨ªsima pirueta para hacer que arte y negocio fueran una misma cosa.
Con unos principios muy lejanos de aquellos otros creadores que decidieron vivir de espaldas al mercado (los expresionistas abstractos, al menos en sus or¨ªgenes), Oldenburg hizo que la tienda fuera una obra de arte en si misma. Y todo lo que ella conten¨ªa para vender lo mas caro posible. En 1961 arrend¨® un amplio espacio en el Lower East Side neoyorkino y lo abri¨® bajo el r¨®tulo de The Store (La Tienda). Al igual que en los Delis del barrio, en la parte trasera del establecimiento, se amontonaban los objetos. Hab¨ªa vestidos, camisas, zapatos, sillas, cuchillos, tartas completas y en porciones... De todo. Pero a diferencia de las otras tiendas de la zona, el genero sal¨ªa de la mano del propio Oldenburg. En lugar de telas baratas, maderas o harinas y az¨²car, la mercanc¨ªa de The Store hab¨ªa sido hecha con alambres, papeles de viejos peri¨®dicos, escayola....y litros de pintura de los mas resplandecientes colores. Todo se despachaba en la parte delantera de la tienda.
El historiador y cr¨ªtico Will Gompertz cuenta en Qu¨¦ est¨¢s mirando (Taurus) que Oldenburg hab¨ªa desarrollado una forma de Pop Art que llevaba hasta las ¨²ltimas consecuencias la filosof¨ªa del movimiento al mezclar el comercio real con objetos reales en una calle comercial real. ¡±Dio resultado¡±, escribe Gompertz. ¡°La tienda de Oldenburg se convirti¨® en un lugar de moda para comisarios, coleccionistas y artistas que se arremolinaban all¨ª para husmear y comprar.¡±
Fue el lanzamiento al estrellato de Oldenburg. Pocos meses despu¨¦s, ya en 1962, present¨® al mundo su pieza mas c¨¦lebre, Dos hamburguesas con queso, con todo, una escultura en la que la comida basura era proclamada como la nueva Madonna del arte.
Pero si The store es su instalaci¨®n m¨¢s famosa, hay un antes y un despu¨¦s (que aun prosigue) en la vida de este este esencial artista. El MoMA exhibe hasta el 5 de agosto lo que est¨¢ siendo su gran exposici¨®n de la temporada, The street and the store, una enriquecida versi¨®n de la muestra que ya se ha podido ver en el Guggenheim de Bilbao y que tiene previsto seguir trotando por otras ciudades del mundo.
En el museo neoyorkino Oldenburg ocupa dos plantas de las salas temporales con m¨¢s de 150 obras.
La muestra arranca con las salas dedicadas al arte callejero (The Street). El grafiti y las esculturas de materiales de desecho como la arpillera o cortezas de ¨¢rboles, ocupan este espacio. Despu¨¦s, viene la gran performance del consumo con las obras de The store.
En la parte superior, como si de una exposici¨®n independiente se tratara, se acumulan las monumentales piezas para espacios p¨²blicos creadas con su esposa, Coosje van Bruggen. Son objetos de consumo como helados o tostadoras, como un reiterado ensalzamiento de la vida cotidiana.Remata la exposici¨®n una reproducci¨®n de su Mouse Museum, un museo en miniatura de formas geom¨¦tricas en el que se contienen m¨¢s de 300 peque?as piezas de finales de los a?os 50.
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