La hora global de la literatura en euskera
De la modernidad a la expansi¨®n actual, las letras vascas se han consolidado en los ¨²ltimos 25 a?os Tres generaciones de escritores coinciden en plena producci¨®n
Ramon Saizarbitoria (San Sebasti¨¢n, 1944) recuerda que empez¨® a escribir en euskera porque nadie lo hac¨ªa. Sin lecturas en su lengua literaria, sin pensar en ser traducido, sin otra ambici¨®n que llenar un vac¨ªo en el p¨¢ramo cultural del franquismo, el veintea?ero Saizarbitoria se convirti¨® en novelista. ¡°Quer¨ªa escribir para que hubiera escritores vascos. Era un amateur de la literatura, como lo fuimos del teatro o de la pol¨ªtica¡±, explica. ¡°Trataba de traer a la literatura vasca lo que ve¨ªamos en el mundo que nos rodeaba para sacarla del atraso¡±. El amateur de la pol¨ªtica fue elegido concejal en la lista de Euskadiko Ezkerra de la primera corporaci¨®n democr¨¢tica del Ayuntamiento de San Sebasti¨¢n; el de la literatura escribi¨® tres novelas ¡ªEgunero hasten delako (Porque empieza cada d¨ªa), Ehun metro (Cien metros) y Ene Jesus (Jes¨²s, Mar¨ªa y Jos¨¦)¡ª que pusieron los cimientos de la renovaci¨®n literaria en euskera. Cuando con la Transici¨®n llegaron otros muchos a la pol¨ªtica y a la literatura abandon¨® las dos actividades. ¡°Era el momento de dejar paso a los profesionales¡±.
El silencio de Saizarbitoria dur¨® dos d¨¦cadas. Volvi¨® a encontrarse con los lectores en 1995 con Hamaika pausu (Los pasos incontables), la novela que fue calificada como la memoria de una generaci¨®n de vascos. Ahora publica la versi¨®n en castellano de Martutene, una obra monumental (casi 800 p¨¢ginas), que ha obtenido el premio de la Cr¨ªtica en euskera. Martutene es, en palabras de Jon Kortazar, catedr¨¢tico de Literatura vasca de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, ¡°un monumento a la creaci¨®n¡±. En la larga trayectoria de Saizarbitoria se reflejan los cambios sufridos por la literatura en euskera: de un clima hostil de salida a la consideraci¨®n de escritor can¨®nico en un sistema literario con buena salud al que se siguen incorporando nuevos autores.
Invisibilidad, censura y sospecha. El poeta Gabriel Aresti (Bilbao, 1933-1975), el acad¨¦mico Koldo Mitxelena (Errenteria, 1915-San Sebasti¨¢n, 1987) o la aparici¨®n de la editorial Lur fueron claves en la salida de los tiempos oscuros. Bernardo Atxaga (Asteasu, 1951) lo define como ¡°un tri¨¢ngulo nefasto¡± en el que la literatura vasca ¡°no contaba con un umbral que garantizara su futuro¡±. La invisibilidad cerraba el tercer ¨¢ngulo de unas letras que hab¨ªan llegado a la segunda mitad del siglo XX en manos del clero y ahogadas por la censura y la sospecha. ¡°El cambio decisivo se dio a lo largo de la d¨¦cada de los setenta¡±, se?ala Atxaga. ¡°Hubo un empaste inesperado entre lo que en el mundo se consideraba moderno y la cultura vasca¡±.
El cambio decisivo se dio en la ¨¦poca de los setenta. Hubo un empaste entre lo moderno y la cultura vasca¡±, dice Atxaga
Junto a Martutene coinciden en la mesa de novedades las traducciones al castellano de las novelas de Kirmen Uribe (Lo que mueve el mundo), la primera que publica tras recibir el Nacional de Narrativa por Bilbao-New York-Bilbao en 2009, y Harkaitz Cano (Twist). En el a?o en que se celebra el 25? aniversario de la publicaci¨®n de Obabakoak, de Atxaga, un escritor veterano y dos de la generaci¨®n de los setenta siguen el ahora camino natural de la traducci¨®n al encuentro con una comunidad de lectores m¨¢s amplia. Sin el escal¨®n del ¨¦xito de Obabakoak, la primera obra escrita en lengua vasca que consigui¨® el premio nacional de Narrativa, la m¨¢s traducida y la m¨¢s le¨ªda, no se explica el salto desde la penuria a la normalidad en menos de cuatro d¨¦cadas.
Con el boom Obaba, la literatura vasca inici¨® un recorrido que en 25 a?os ha sido m¨¢s importante que el realizado en los dos siglos anteriores. ¡°La publicaci¨®n de Obabakoak fue el punto de inflexi¨®n. La literatura escrita en euskera ahora tiene un papel en la vida cultural, se ha incorporado a la Rep¨²blica de las Letras¡±, defiende el escritor Iban Zaldua, autor del ensayo sobre literatura vasca Ese idioma raro y poderoso (2012).
Por vez primera en la historia coinciden tres generaciones de escritores en plena producci¨®n en lengua vasca. Los que abrieron el camino siguiendo la estela de Aresti siguen publicando. Destacan, adem¨¢s de Saizarbitoria y Atxaga, Anjel Lertxundi (Orio, 1944) ¡ªpremio nacional de Ensayo en 2009 por Eskarmentu paperak, publicado en castellano bajo el t¨ªtulo Vida y otras dudas, que el pasado a?o public¨® Paper festa. Minimalia / La fiesta del papel. Minimalia, una colecci¨®n de peque?os ensayos, entre el microrrelato y el cuaderno de notas de escritor¡ª, Koldo Izagirre (Egarri egunak portualdean, 2011) y Joseba Sarrionaindia, prol¨ªfico autor de novela, relatos, ensayo y poes¨ªa, en paradero desconocido desde su fuga de prisi¨®n en 1985, donde cumpl¨ªa una condena de 27 a?os por pertenencia a ETA.
Kirmen Uribe (Ondarroa, 1970), Unai Elorriaga (Bilbao, 1973) y Harkaitz Cano (Lasarte, 1975), los tres escritores vascos que destacan en su grupo de edad, eran adolescentes en el momento del despegue de Obabakoak. Se encontraron la lengua unificada y desarrollada y un sistema literario construido que proyecta sus obras dentro y fuera del Pa¨ªs Vasco. ¡°Atxaga demostr¨® que es posible ser escritor en euskera, ser le¨ªdo y ser traducido. Nos dio ilusi¨®n a la comunidad y a los autores¡±, reconoce Uribe, premiado con el Nacional de Narrativa, siete a?os despu¨¦s de que el galard¨®n recayera en SPrako tranbia (en castellano, Un tranv¨ªa en SP), de Elorriaga. ¡°Nosotros hemos heredado una lengua literaria, unas editoriales, unos lectores, unos cr¨ªticos; todav¨ªa con carencias, pero el sistema funciona. Ya ten¨ªamos todas las piezas sobre la mesa para empezar a jugar. Y tambi¨¦n el prestigio. Es una literatura reconocida fuera del Pa¨ªs Vasco¡±.
Hemos heredado una lengua literaria, lectores, editoriales y prestigio exterior; el sistema funciona¡±, a?ade Uribe
El impacto de Obabakoak fue tan grande que ensombreci¨® a quienes publicaron poco despu¨¦s. Zaldua agrupa a los escritores Karlos Linazasoro, Xabier Montoia, Jon Alonso y Aingeru Epaltza en una generaci¨®n de ¡°autores m¨¢s librescos¡±, que surgi¨® entre los escritores que empezaron y que ahora tienen alrededor de 40 a?os. ¡°No han seguido el camino de la profesionalizaci¨®n y no han conseguido la proyecci¨®n de los m¨¢s j¨®venes, que s¨ª han entendido la importancia de la imagen y la promoci¨®n y han sabido jugar sus cartas para contactar con el mercado¡±, destaca.
Uribe entiende que el boom Obabakoak se desinfl¨® antes de que otros autores fueran reconocidos fuera. ¡°Fue necesario, pero acarre¨® una visi¨®n reducida de la literatura vasca¡±, puntualiza. ¡°La diferencia es que ahora la atenci¨®n no est¨¢ centrada en un solo libro, un solo autor, sino que es plural¡±.
El compromiso con la literatura que han mostrado los miembros de la generaci¨®n intermedia, cree el autor de Lo que mueve el mundo, no es suficiente para romper los m¨¢rgenes de la literatura en euskera. A falta de estudios espec¨ªficos, se estima, por cruce de datos sobre h¨¢bitos culturales y estudios de edici¨®n, que tiene entre 15.000 y 20.000 lectores potenciales, que pueden llegar a los 40.000 en casos excepcionales, seg¨²n los c¨¢lculos del soci¨®logo Harkaitz Zubiri. ¡°Hay que poner algo m¨¢s que libros de calidad; la historia no est¨¢ hecha solo de textos sino de la percepci¨®n que tenemos de ellos. Hay que tener una presencia y ser traducido¡±, a?ade Uribe.
Lourdes O?ederra (San Sebasti¨¢n, 1958) acaba de publicar Intemperies (babes bila), 14 a?os despu¨¦s de ganar los premios de la cr¨ªtica y Euskadi de Literatura con Eta emakumeari sugeak esan zion. Karmele Jaio (Vitoria, 1970) ha sumado a su obra a finales de 2012 los relatos de Ez naiz ni; Zaldua, otra colecci¨®n de relatos reunida en Idazten ari dela duen idazlea edo literatura gaixotasun gisa. La galer¨ªa de escritores se ha ampliado en los ¨²ltimos a?os con mujeres j¨®venes, muchas de ellas residentes en el extranjero, como Garazi Goia (Segura, 1978), ingeniera de telecomunicaciones residente en Londres, o Irati Elorrieta (Algorta, 1979), autora de la colecci¨®n de relatos Burbuilak, que trabaja en Alemania.
Se estima que el euskera tiene entre 15.000 y 20.000 lectores potenciales que pueden llegar a los 40.000
Eider Rodr¨ªguez (Errenteria, 1977), con tres libros publicados; Uxue Alberdi (Elgoibar, 1984); Irati Jim¨¦nez (Mundaka, 1977), y Katixa Agirre (Vitoria, 1981), entre otras, se han incorporado a la n¨®mina de nuevas voces de mujeres en la literatura vasca. Jaio, con la traducci¨®n de su novela Musika airean (M¨²sica en el aire) lista para ser publicada en castellano, advierte que parecen m¨¢s porque buena parte de sus libros se han concentrado en los ¨²ltimos ocho a?os. ¡°Las mujeres no somos m¨¢s del 15% de los escritores en euskera¡±, puntualiza. ¡°No solo es un derecho que publiquemos sino que es necesario para completar una literatura con el punto de vista de las mujeres. Las experiencias de las mujeres, las relaciones personales est¨¢n entrando en las historias que cuentan las nuevas autoras¡±.
La memoria intergeneracional est¨¢ muy presente en las obras de Uribe. Twist parte del caso Lasa y Zabala, miembros de un comando de ETA asesinados por los GAL. Martutene entreteje las heridas de la guerra civil y el terrorismo. ¡°Lo que ha ocurrido en el Pa¨ªs Vasco debe ser tratado en la literatura¡±, se?ala Uribe. ¡°En Lo que mueve el mundo traslado la acci¨®n de Euskadi a B¨¦lgica, pero hablo del drama de la muerte de un ser querido en circunstancias de violencia y de la importancia de la memoria en la reconciliaci¨®n y en la identidad de la persona¡±. La violencia entr¨® en la novela en euskera con Ehun metro (1976), en la que se reconstruye la existencia de un miembro de ETA en los cien metros que recorre antes de caer abatido por las balas de la polic¨ªa. La ficci¨®n en torno al victimario, con una presencia mayoritaria en la narrativa en euskera que ha abordado el tema de la violencia, se ha ampliado a otras aproximaciones en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas, recuerda Zaldua, con t¨ªtulos que se acercan al mundo de las v¨ªctimas como Etorriko haiz nirekin? y los relatos de Ahotsak / Voces, de Mikel Hern¨¢ndez Abaitua; Denboraren izerdia, de Xabier Montoya; Ur-uharrak / Agua turbia, de Aingeru Epalza, o Etxeko hautsa / Los trapos sucios, de Lertxundi. Saizarbitoria comparte la opini¨®n de que queda mucho por escribir sobre la violencia en el Pa¨ªs Vasco. ¡°La literatura tiene un papel insustituible para contar la verdad¡±, concluye.
Con el afianzamiento de los nuevos nombres, se intuye un nuevo escenario que ni los autores ni la cr¨ªtica ven claro. Uribe subraya las diferencias est¨¦ticas que van en paralelo a otras literaturas. ¡°Somos autores atrevidos en lo literario, que aportamos contemporaneidad, que asimilamos la tradici¨®n vasca y estamos atentos a lo que se hace fuera¡±, dice. Los profesores de la Universidad del Pa¨ªs Vasco Jon Kortazar y Javier Rojo se?alan la brecha existente en la literatura en euskera entre lo que funciona comercialmente y las obras que consideran relevantes. En un art¨ªculo incluido en el monogr¨¢fico que la revista ?nsula dedica a los autores vascos, que se publica en mayo, afirman que gran parte de las obras con ¨¦xito de ventas lo alcanzan porque se han introducido en el circuito de la ense?anza. ¡°Son¡±, dicen, ¡°la versi¨®n vasca del best seller¡±. La relevancia social tambi¨¦n se consigue, a?aden, si la obra consigue que el lector tenga el sentimiento de pertenencia a un grupo, ¡°novelas que se convierten en veh¨ªculo para una identidad que puede ser nacional, pol¨ªtica, ideol¨®gica, generacional o sentimental¡±.
Ramon Saizarbitoria comparte la opini¨®n de que queda mucho por escribir sobre la violencia en el Pa¨ªs Vasco
Las novelas de Pello Lizarralde (Zumarraga, 1956) constituyen a juicio de Kortazar y Rojo un caso ejemplar de la situaci¨®n de la novela vasca. Autor de Larrepetit (Saltamontes), publicada en 2002, y Orbanak (Marcas), diez a?os m¨¢s tarde, entre otras, es un escritor de culto, muy valorado en el c¨ªrculo de especialistas, pero poco conocido por el p¨²blico. ¡°Su obra es de las m¨¢s coherentes y singulares¡±, destacan, ¡°es creador de una de las narrativas, tanto en novela como en relato breve, m¨¢s redondas que se pueden encontrar en lengua vasca¡±.
Los ¨²ltimos a?os muestran ¡°lo normal que es la literatura vasca¡±, dice Zaldua. ¡°Lo peculiar es que sea una lengua minorizada en un contexto disgl¨®sico, pero cada vez se parece m¨¢s a las literaturas grandes y peque?as de su entorno¡±. Atxaga incide en que la literatura vasca vive con los mismos problemas que el resto de las literaturas europeas por causa de la expansi¨®n de la cultura anglosajona. ¡°Todos los escritores que no se expresan en ingl¨¦s tienen un problema de visibilidad. Se habla poco de colonialismo, pero nuestro grado de colonizaci¨®n es enorme, en la forma de comer, de viajar, de alimentarnos, y tambi¨¦n de leer¡±, defiende. ¡°Por su extensi¨®n, por su riqueza, por su poder, por sus industrias culturales, la literatura en ingl¨¦s est¨¢ adquiriendo cada vez m¨¢s centralidad¡±.
Veinticinco a?os despu¨¦s del gran salto de Obabakoak su autor entiende que el sistema literario vasco est¨¢ necesitado de una revisi¨®n cr¨ªtica. ¡°Hemos heredado man¨ªas, estereotipos y actitudes¡±, asegura. ¡°La literatura vasca ha contado con el apoyo del movimiento a favor de la recuperaci¨®n de la lengua, que ha llegado tambi¨¦n de gentes que no hablaban euskera, pero el apoyo ha ido unido al purismo de la lengua. Cuanto m¨¢s diferente, m¨¢s interesante parec¨ªa, m¨¢s vasca. Se ha sentido m¨¢s simpat¨ªa por la diferencia, con su correlato pol¨ªtico, cuanto m¨¢s diferente, m¨¢s apoya a la causa nacionalista. Y recuerdo lo que me dijo Aresti: ¡®O se es purista o se es escritor¡±.
Bilbao-New York-Bilbao ha sido traducido a 14 lenguas. En japon¨¦s mereci¨® en 2012 el premio al mejor libro traducido del a?o. El protagonista de Lo que mueve el mundo, Robert Mussche, un belga pol¨ªglota, se pregunta en la novela por qu¨¦ escribir en flamenco, si no es la lengua m¨¢s rica y est¨¢ situada entre las grandes tradiciones de Francia y Alemania. Responde que lo hace porque le ¡°coloca en el mundo como persona¡±. Uribe se r¨ªe al contar que ya casi nunca tiene que explicar por qu¨¦ escribe en euskera. Como a Mussche, le pone en el mundo.
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