Fragmentos del sue?o de los sesenta
El museo Picasso de M¨¢laga repasa con fotos y fragmentos de pel¨ªculas la obra de Dennis Hopper El actor y director del filme de culto 'Easy rider' fue tambi¨¦n fot¨®grafo
De peque?a, en los sesenta, Marine Hopper fue a Disneylandia, como miles de ni?os de EE UU. Y, sin embargo, no pudo entrar. El problema no fue ella, sino ese se?or con pinta de hippy que la acompa?aba y que en la taquilla no dejaron pasar. Precisamente a ese tipo, que fue su padre y se llam¨® Dennis Hopper (1936-2010), est¨¢ dedicada una exposici¨®n que el museo Picasso de M¨¢laga abre ma?ana al p¨²blico. Dennis Hopper. En el camino re¨²ne hasta el 29 de septiembre fotograf¨ªas, fragmentos de pel¨ªculas, cuadros y esculturas de un hombre que fue bastante m¨¢s que el ¡°chico granjero de clase media¡± que sol¨ªa autodefinirse.
Porque, aparte de dirigir y protagonizar en 1969 Easy rider. Buscando mi destino, el psicod¨¦lico road movie de culto de la controcultura de EE UU, Hopper fue actor, pintor, coleccionista de obras de arte y fot¨®grafo. De hecho, ¡°quer¨ªa ser recordado sobre todo por sus fotograf¨ªas¡±, como afirma Marin Hopper, que representaba ayer en M¨¢laga a la fundaci¨®n que lleva el nombre de su padre y que ha cedido los tesoros de sus archivos al museo.
¡°Empez¨® a sacar fotos porque pensaba que no podr¨ªa dirigir una pel¨ªcula. Usaba las im¨¢genes para ver c¨®mo encuadrar una secuencia, y tambi¨¦n para dejar testimonios de esa ¨¦poca¡±, contin¨²a la hija del estadounidense. As¨ª, animado por una r¨¦flex que le regal¨® la primera de sus cinco esposas en 1961, el artista se dedic¨® a inmortalizar su entorno. Y la ¨¦poca hizo el resto. De ah¨ª que a lo largo de 141 im¨¢genes en blanco y negro desfilen, por ejemplo, un elefante pintado con la escrita ¡°Love¡± y un payaso que colgaba del techo de su sal¨®n.
Tambi¨¦n aparece, en las fotos, buena parte de las estrellas que despertaban deseo de emulaci¨®n en cualquier sesentero. De Paul Newman a Andy Warhol, de Jane Fonda a Martin Luther King, de Allen Ginsberg a James Brown, la c¨¢mara de Hopper retrat¨® la definici¨®n de fama, y desde cerca. Porque, como explicaba antes de la visita Jos¨¦ Lebrero, director art¨ªstico del museo Picasso, el actor ¡°era tambi¨¦n amigo de sus amigos¡±.
Con ellos, Hopper protagoniz¨® un periodo memorable, aparte de pel¨ªculas como Rebelde sin causa [fue ¨ªntimo de James Dean], Apocalypse now y Last movie, filme casi prof¨¦tico y fracaso estrepitoso que le alej¨® de Hollywood y de la fama. Hasta el punto de que quiz¨¢s el estadounidense sea el menos conocido de su c¨¦lebre pandilla de colegas. Su hija lo atribuye a su ¡°talento multidisciplinar¡± y a que pasaba ¡°constantemente de una cosa a otra y explor¨® mucho¡±. Tambi¨¦n ¨Ctodo sea dicho- con las drogas y el alcohol, hobby bastante com¨²n en la controcultura de los sesenta.
Y all¨ª se ve trasladado uno sin remedio, a partir de la Harley Davidson que le acoge en la entrada. Todo en la muestra, desde las fotos de Hopper hasta nueve obras de pop art de creadores como Warhol, Wesselman y Ruscha, pasando por la m¨²sica de Tina Turner y Jimi Hendrix, empapa al visitante de aquel mundo en el que el hombre pisaba la Luna e imaginaba un futuro mejor, ya fuera por las luchas estudiantiles, la org¨ªa musical de Woodstock o los espejismos del LSD. Pero tambi¨¦n un mundo donde EE UU quemaba Vietnam a base de napalm. Y para los barbudos no hab¨ªa manera de entrar en Disneylandia.
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