La dura traves¨ªa de los barcos de papel
Mengua el n¨²mero de revistas culturales por la crisis publicitaria y el recorte de subvenciones El mecenazgo, Internet y la difusi¨®n en otros pa¨ªses, opciones para un futuro sin modelo definido
Si en un c¨®ctel ponemos la brutal crisis de la prensa, con miles de despidos y la desaparici¨®n de cabeceras, y le a?adimos el tajo que las administraciones han dado a las subvenciones en cultura, ?qu¨¦ queda? La situaci¨®n de las revistas culturales. "Somos el eslab¨®n d¨¦bil del cruce entre el sector editorial y el periodismo", dice Jordi P¨¦rez Colom¨¦, director de El Ciervo, que lleva seis d¨¦cadas de vida. Para averiguar las constantes vitales del sector, voces del mundillo han hablado de c¨®mo se est¨¢n adaptando a tanta perturbaci¨®n y c¨®mo se atisba el futuro. "Los ¨²ltimos a?os han sido muy duros", se?ala el presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Revistas Culturales (ARCE), Manuel Ortu?o, quien define a esta agrupaci¨®n, que cumple 30 a?os este 2013, como "un estado de ¨¢nimo que intenta suplir las carencias de difusi¨®n" de las publicaciones. Las cabeceras bajo el paraguas de ARCE se han reducido en un 25% desde 2008.
Ortu?o cita como clave de esta deriva la decisi¨®n que tom¨® en 2011, al final del Gobierno socialista de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, el Ministerio de Cultura tras un dictamen del Tribunal de Cuentas que estableci¨® que deb¨ªa acabar el sistema de ayudas consistente en la compra de revistas para bibliotecas p¨²blicas que distribu¨ªa el propio departamento gubernamental. Se sustituy¨® por una subvenci¨®n a fondo perdido para las publicaciones, pero se redujo esa partida a la mitad. "Fue mortal", se?ala Ortu?o. Se sumaron "la crisis, que impide a muchos ciudadanos gastar dinero en revistas, y el descenso publicitario".
?C¨®mo han notado la crisis?
"La situaci¨®n es mal¨ªsima", asegura el director de Ars magazine, Fernando Ray¨®n. "Es un sector que ha estado muy protegido por diputaciones, ayuntamientos¡", apunta el responsable de esta revista trimestral y que no pertenece a ARCE. En el caso de las publicaciones de arquitectura "hay que a?adir la crisis inmobiliaria y el que hay menos estudiantes en esta carrera", explica el director adjunto de Arquitectura Viva (bimestral y 25 a?os de historia), Jos¨¦ Jaime Yuste. "Somos buques fantasmas que circulan por el oc¨¦ano de la cultura con dificultad y problemas de visibilidad", compara el responsable de la literaria Turia, Ra¨²l Carlos Ma¨ªcas. Su hermana, la veterana ?nsula, nacida en 1946, ha tenido que reducir tirada, mientras que la musical Scherzo se ha visto obligada a disminuir p¨¢ginas, "de 164 a 120", cuenta su director, Luis Su?¨¦n. La revista de pensamiento Claves ha pasado a dar art¨ªculos m¨¢s breves y una periodicidad bimestral (antes era mensual). Al menos, esta decisi¨®n "ha permitido aumentar las ventas", apunta su redactora jefa, Nuria Claver.
El presidente de ARCE define a esta asociaci¨®n como "un estado de ¨¢nimo que suple las carencias de difusi¨®n"
?Internet, papel... ambos?
Que la Red vaya a ser el man¨¢ no est¨¢ claro. ARCE abri¨® hace un lustro su "quiosco digital" para sus asociados m¨¢s peque?os, la treintena que no puede costearse su web. Ortu?o no ve "un modelo definido, ni lo va a haber a corto plazo". Para Yuste, de Arquitectura Viva, "solo con la edici¨®n digital no se puede sobrevivir". Algunas han mudado del papel a Internet, como Revista de Libros: "En septiembre de 2012 empezamos este experimento, ¨²nicamente digitales, pero en vez de seguir la l¨®gica web y cambiar continuamente de contenidos, apostamos por ensayos extensos, de al menos 7.000 palabras", seg¨²n su director, ?lvaro Delgado-Gal. "Nuestra web es en abierto, sin publicidad y no cobramos", a?ade el responsable de este medio sufragado por "la fundaci¨®n Caja Madrid y varias empresas". El modelo opuesto es Turia: solo papel. Sus 2.000 ejemplares se env¨ªan cada cuatrimestre a "librer¨ªas de referencia y suscriptores", lo que convierte a sus lectores en un "club secreto", cuenta Ma¨ªcas. El editor adjunto de Exit ¡ªtrimestral, dedicada a las artes visuales¡ª, Sergio Rubira, est¨¢ convencido de la continuidad de lo impreso: "Estamos planteando una nueva web, pero para nosotros es importante el papel. Este tipo de revista lo necesita".
A medio camino est¨¢ Caim¨¢n. Cuadernos de cine, que tras siete a?os en la brecha ha decidido desde mayo dar los mismos contenidos en Internet que en su edici¨®n impresa. Una experiencia que conoce la revista cinematogr¨¢fica La Cr¨ªtica New York City, fundada hace a?o y medio. Al principio era online, pero ahora es bimestral y en ambos soportes: "Con m¨¢s reflexi¨®n en el papel y actualizaci¨®n semanal en Internet", dice su director, Guillermo Logar. Distinta es la propuesta en Scherzo: "En la Red cuesta la mitad que en papel y se pueden comprar art¨ªculos sueltos", se?ala Su?¨¦n. "Tenemos un lector fiel, al que le gusta coleccionar nuestros n¨²meros".
?Y las redes sociales?
"Siempre digo que las revistas culturales fueron antecedentes de Facebook o Twitter porque creaban comunidades", proclama Ortu?o. En Arquitectura Viva usan Twitter con profusi¨®n: "Es una mensajer¨ªa instant¨¢nea con la que podemos enviar noticias a nuestros 20.000 seguidores", asegura Yuste. En esa l¨ªnea se mueven en Caim¨¢n. Cuadernos de cine: "Se debe fomentar el di¨¢logo con los lectores, hay que ser constante", explica su responsable, Carlos F. Heredero.
?Qui¨¦n las lee?
"Es un sector que han protegido diputaciones, ayuntamientos¡", dicen en 'Ars magazine'
En contra de lo que pueda pensarse, estas revistas asisten al rejuvenecimiento de su audiencia, en la treintena y proclive a nuevos formatos, seg¨²n Ortu?o. "Son, sobre todo, coleccionistas", sostienen en Ars magazine. Profesionales y estudiantes para Arquitectura Viva, l¨®gico en un producto que da cuenta de las tendencias y concursos. La migraci¨®n de Revista de Libros a la Red "llev¨® a perder parte del p¨²blico tradicional", cuenta Delgado-Gal. "Pero hemos encontrado nuevos lectores, m¨¢s j¨®venes, interesados en textos dif¨ªciles". En ?nsula y Claves son conscientes de que hay que abrirse a ese p¨²blico, lo que ir¨¢ de la mano de "nuevos contenidos".
?De qu¨¦ viven?
"Hay que establecer una relaci¨®n con el suscriptor", dice Ortu?o. Ante la crisis de la publicidad y la menguante subvenci¨®n, "que no volver¨¢", hay que mimar al lector. "Sin ayudas oficiales, nuestro concepto es que Ars magazine debe ser una obra de arte por su dise?o, y atractiva por sus art¨ªculos de investigaci¨®n", declara Ray¨®n. Para los responsables de Turia, "es un milagro" sobrevivir con una revista elaborada en Teruel y que publica cada cuatro meses un monogr¨¢fico de 500 p¨¢ginas. Su objetivo, un producto "que merezca la pena conservar en la biblioteca". Desde Claves se apunta a un nuevo recurso: el mecenazgo. "Es la mejor alternativa porque aqu¨ª no hay h¨¢bito de pagar por Internet", admite Delgado-Gal. "Es el modelo estadounidense, encontrar un sponsor, sean instituciones, empresas o personas", sostiene Logar desde La Cr¨ªtica New York City.
?Y el futuro?
Todas las voces apuntan a una obligaci¨®n: calidad. "Hemos internacionalizado Arquitectura Viva, que es biling¨¹e en la web y apostamos por informaci¨®n especializada". "Hay que prestar atenci¨®n a Am¨¦rica Latina por la posibilidad de nuevos ingresos, aunque ser¨¢ a largo plazo", seg¨²n Ortu?o. Para proyectos en sus inicios como La Cr¨ªtica New York City, "hay una actitud m¨¢s receptiva en el continente americano". Esa necesidad de abrir fronteras ya es costumbre en Exit: "Publicamos fot¨®grafos rusos, de ?sia, ?frica, Latinoamerica...". "Probablemente haya que pedir un esfuerzo a los lectores y subir el precio", reconoce Su?¨¦n. La redactora jefa de Claves, Nuria Claver, a?ade un punto de optimismo: "En ¨¦poca de crisis es cuando m¨¢s falta hacemos, hay mucha gente con ganas de analizar lo que est¨¢ pasando". Todos coinciden en una idea, su p¨²blico es fiel y resistir¨¢ los embates.
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