J¨¢nos Starker, un coloso del violonchelo del siglo XX
Compagin¨® su carrera musical con su vocaci¨®n pedag¨®gica
Conoci¨® de ni?o los horrores del nazismo, durante la guerra cav¨® zanjas, ayud¨® a desarmar bombas y sali¨® vivo de un campo de concentraci¨®n, suerte que no tuvieron sus dos hermanos mayores, ambos violinistas, asesinados por los nazis. Quienes conocieron bien al gran violonchelista estadounidense de origen h¨²ngaro J¨¢nos Starker (Budapest, 5 de julio de 1924-Bloomington, Indiana, 28 de abril de 2013) dicen que la franqueza de su mirada, la nobleza de sentimientos y su gran sentido del humor reflejaban el optimismo vital de aquel adolescente que consigui¨® salvar su vida. Un vida generosamente dedicada a la m¨²sica y la ense?anza que se extingui¨® el pasado 28 de abril en Bloomington, donde fue profesor de la Universidad de Indiana desde 1958, compaginando su vocaci¨®n pedag¨®gica con una impresionante carrera internacional como solista.
Starker supo que el violonchelo ser¨ªa su vida desde ni?o: comenz¨® a tocarlo a los cinco a?os, a los 11 dio su primer recital y realiz¨® su deb¨² profesional tocando a los 14 el suntuoso Concierto para violonchelo de Antonin Dvor¨¢k. Formado en la Academia Franz Liszt de Budapest, entr¨® en contacto con una generaci¨®n de compositores que marc¨® su personalidad: Zolt¨¢n Kod¨¢ly, B¨¦la Bart¨®k, Leo Weiner. Pero en 1939 su mundo se vino abajo. Pas¨® la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial en su ciudad natal, estuvo tres meses en un campo de concentraci¨®n y logr¨® escapar al tr¨¢gico destino de sus hermanos.
Salv¨® la vida, pero no consigui¨® respirar mucho tiempo los aires de libertad. Tras sufrir el acoso nazi, no estaba dispuesto a padecer la ocupaci¨®n sovi¨¦tica y en 1946 abandon¨® su trabajo como violonchelista principal de la ?pera de Budapest. Vivi¨® en Viena, Ginebra y Par¨ªs, donde trabaj¨® como electricista hasta que en 1948 su grabaci¨®n de la dificil¨ªsima Sonata para violonchelo solo de Zoltan Kod¨¢ly, que fue galardonada con el Grand Prix du Disque, se convirti¨® en su pasaporte para los Estados Unidos.
Sin dejar su carrera solista, fue primer violonchelo de la Sinf¨®nica de Dallas con su compatriota Antal Dorati como director titular. Su fama como forjador de un sonido de extraordinaria calidad le llev¨® a Nueva York, a la orquesta del antiguo Metropolitan Opera House, donde inici¨® su relaci¨®n con otro gran director de origen h¨²ngaro, Fritz Reiner, y vivi¨® la ¨¦poca dorada de la Sinf¨®nica de Chicago siendo su primer cello.
Ten¨ªa una t¨¦cnica s¨®lida, un sonido de gran plenitud, un fraseo exuberante y una curiosidad sin l¨ªmites por la m¨²sica, desde el barroco a la creaci¨®n contempor¨¢nea: de Bach a David Popper; de Beethoven a Prok¨®fiev y Martinu; de Haydn a Brahms y Hindemith, cuyo concierto toc¨® en 1991 en el Palau de la M¨²sica Catalana junto a la OCB y Franz-Paul Decker. Comparte con Mstislav Rostrop¨®vich el cetro como violonchelista que m¨¢s discos ha grabado: m¨¢s de 160 grabaciones en una galer¨ªa que incluye todos los grandes conciertos del repertorio, abundante m¨²sica de c¨¢mara con colegas como Julius Katchen, Josef Suk, Gyorg Sebok, Henryk Szering o Claudio Arrau, y cinco versiones de las c¨¦lebres Suites de Bach, la ¨²ltima en 1997, con la que se llev¨® un premio Grammy.
Sus disc¨ªpulos hablan maravillas no s¨®lo de su inmensa sabidur¨ªa interpretativa, sino de su generosidad y sensibilidad, incapaz de herir los sentimientos se?alando errores y limitaciones, ayudando siempre a los j¨®venes a encontrar su propio sonido. Invent¨® un puente para enriquecer la ac¨²stica de los instrumentos de cuerda y volc¨® parte de sus vivencias en sus memorias, The Wordl of Music According to Starker. En marzo de 2010, Etienne Blanchon dirigi¨® un documental que muestra la pasi¨®n como maestro e int¨¦rprete que mantuvoi hasta el final de sus d¨ªas (Altomedia, DVD).
Babelia
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