Un Dos de Mayo muy amable
Una oreja por coleta en la tradicional corrida goyesca
?Tres orejas? ?En Las Ventas? Ver para creer. Muchas ferias de San Isidro con sus veintitantas tardes tienen un balance m¨¢s pobre. Muchos sal¨ªan d¨¢ndose por satisfechos antes que de llegue la feria de San Isidro la semana que viene.
Luis Francisco Espl¨¢, consentido de Las Ventas, alma libre y amigo de las sentencias, siempre mantuvo la teor¨ªa de que no es sano ir a los toros al salir de la oficina. De ah¨ª el car¨¢cter exigente, en ocasiones cruel y siempre descre¨ªdo de los esca?os madrile?os. Nada que ver con sus paisanos levantinos con juerga y siesta en Hogueras. El razonamiento es m¨¢s que razonable y muy v¨¢lido para justificar c¨®mo el esp¨ªritu y el rasero de Benidorm se apoderaron de la primera plaza del mundo. Ser aficionado a los toros en dicha localidad no tiene nada malo, es como serlo en Cuenca, Toledo o Segovia, salvo porque en lugar de banda de m¨²sica ponen un CD con pasodoble y todo vale.
?Fueron los premios injustos? En absoluto. La terna se gan¨® el trofeo con entrega y decisi¨®n, pero hubo cierta relajaci¨®n en la c¨¢tedra. Por momentos se temi¨® una profanaci¨®n del templo en forma de salida por la Puerta Grande.
Quiz¨¢ porque parte del p¨²blico apareci¨® con los atuendos castizos propios de chisperas y chulapos, o porque algunos desfilaron en calesa desde Manuel Becerra o porque se deja que los cr¨ªos (y los que ya no lo son tanto) bajen a la arena hasta pocos minutos antes del pase¨ªllo. Rarezas de esta ciudad a la que cada Dos de Mayo le da un ataque de orgullo. No se preocupen, el 15 de agosto el nivel de casticismo es parecido. Con una salvedad, cuando termina el festejo, sacan el organillo y hacen concurso de chotis en el albero.
CORRIDA EXTRAORDINARIA DEL DOS DE MAYO A LA USANZA GOYESCA
Toros de Lozano Hermano y El Cortijillo, desiguales de presentaci¨®n y juego. El segundo fue ovacionado en el arrastre.
Antonio Ferrera: Palmas y oreja.
Morenito de Aranda: Oreja y silencio tras aviso.
Alberto Aguilar: Saludos tras aviso y oreja.
Morenito de Aranda calent¨® el ambiente con su recibo de capote. Se emplaz¨® Gaitera (porque como se sabe los toros no eligen el nombre, sino que se los ponen los caprichosos ganaderos). El torero le ech¨® valor, arranc¨® tres ver¨®nicas y una media en (donde antiguamente estaba) la boca de riego. Luis Carlos Aranda, que sal¨ªa de una cornada, se la jug¨®, como es su norma en banderillas y puso el tendido a favor. Tras una faena con altibajos, la entrega absoluta en la estocada de la que sali¨® prendido, con un susto de esos que huelen a anestesia, el p¨²blico se puso sensible, cay¨® la primera oreja y cambi¨® el rumbo de la tarde. Con el quinto, m¨¢s complicado, no pas¨® de discreto.
Antonio Ferrera, de Victorio y Lucchino por ser corrida goyesca, recordaba a los caudillos latinoamericanos y su inclinaci¨®n por el chandalismo ilustrado. Justo es decir que daba bastante mejor que sus compa?eros, subalternos, monosabios y areneros. Porque no es lo mismo ir vestido por un modisto de post¨ªn que de bandolero con un disfraz de Cornejo. El pacense anduvo por debajo del toro que abri¨® plaza. En el cuarto estuvo bullanguero, como gusta en las ferias de berenjena en conserva y algod¨®n de az¨²car. Hasta se puso el toro en suerte con el capote en una mano y las banderillas en la otra. De circo. Ins¨®lito, tanto la ejecuci¨®n de la idea, como que no le diesen con una almohadilla desde el tendido.
Lo m¨¢s serio corri¨® a cargo de Alberto Aguilar, valor comprimido. Vive un momento dulce, en el que encuentra toro en casi cualquier hierro. Si puede con las duras, ?c¨®mo no con astados que obedecen a los toques? Anduvo lidiador, atento y serio toda la tarde.
Con el que cerr¨® plaza firm¨® una faena, la de m¨¢s peso, aguantando ga?afones con los pitones a la altura del hombro sin inmutarse. Arranc¨® ol¨¦s de verdad.
Si se trataba de pasarlo bien, misi¨®n cumplida.
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