Las bicicletas tendr¨¢n el tr¨¢fico restringido por el pasaje del Rijksmuseum

El Ayuntamiento del distrito donde se alza el Rijksmuseum de ?msterdam, reci¨¦n abierto tras 10 a?os de obras, limitar¨¢ el tr¨¢fico de bicicletas por el arco que atraviesa el edificio para evitar accidentes. Llamado coloquialmente pasaje, es un atajo que comunica el centro y el sur de la ciudad y lo usan unos 11.000 ciclistas diarios. A partir del pr¨®ximo lunes permanecer¨¢ cerrado para ellos entre las 8.00 y las 18.00. La nueva entrada de la pinacoteca (que abre de 9.00 a 17.00) aparece en los laterales del arco, y bicis y peatones se mezclar¨ªan inevitablemente. En 2005, las mismas autoridades locales cedieron a la presi¨®n de la Federaci¨®n Ciclista de la ciudad y forzaron a los arquitectos espa?oles, Antonio Ortiz y Antonio Cruz, a modificar el dise?o con el que ganaron el concurso internacional de reforma del museo. La entrada que ellos propon¨ªan para el emblem¨¢tico edificio aparec¨ªa en medio del pol¨¦mico t¨²nel. Veloc¨ªpedos y visitantes pod¨ªan moverse por los lados. Forzados por las circunstancias, el dise?o definitivo fue el contrario: las bicicletas por en medio y las puertas, y los turistas, a los lados. La pol¨¦mica retras¨® dos a?os los trabajos, que han costado al final 375 millones de euros.

Al saber que los ciclistas ser¨¢n frenados, la reacci¨®n de Ortiz y Cruz es doble. "Ser¨ªa deseable que hubieran llegado a esta conclusi¨®n durante las obras para evitar retrasos. Por otro lado, ya que tuvimos que modificar el proyecto original para que pasaran las bicicletas, valdr¨ªa la pena verlas circular por fin por all¨ª", han afirmado en conversaci¨®n telef¨®nica desde Sevilla.

"La seguridad del p¨²blico que acude al Rijksmuseum es fundamental, por eso hablaremos ahora con sus responsables para ver c¨®mo manejar el flujo de masas", asegura el Ayuntamiento, que quiere evitar a toda costa posibles accidentes. Este museo es una de las mayores atracciones de Holanda y uno de los mejores del mundo. "El Consistorio ha optado por preservar la seguridad de todos, que ha sido siempre nuestra mayor preocupaci¨®n", asegura, de su lado, Boris de Munnick, portavoz del Rijksmuseum. Y a?ade: "El pasaje no es nuestro. Es un espacio p¨²blico, por eso uniremos fuerzas con la municipalidad".

La reapertura del Rijksmuseum ha superado todas las expectativas. La casa que guarda a los maestros del Siglo de Oro, en especial Rembrandt y Vermeer, esperaba vender unas 4.500 entradas diarias. Los visitantes rondan en este momento los 10.000, y parte del ¨¦xito se debe a que la plaza de los Museos de ?msterdam ha recuperado su esplendor. En la misma coinciden el de Van Gogh y el de Arte Moderno (Stedelijk), y todos funcionan ya a pleno pulm¨®n despu¨¦s de sendas reformas. "La gente va a pie de uno a otro, y la plaza y sus alrededores, se ha convertido en una especie de isla de peatones. No sabemos lo que durar¨¢, pero ante esta situaci¨®n lo mejor es reforzar la seguridad vial", subraya De Munnick.