Los valores perdidos de la reflexi¨®n
El director art¨ªstico del Teatro Real reflexiona sobre la figura de Haneke y la relaci¨®n profesional que ha mantenido con ¨¦l a trav¨¦s de los montajes de 'Don Giovanni' y 'Cos¨¬ fan tutte'
En una situaci¨®n de crisis de la sociedad como la que sufrimos, cuando la cuesti¨®n europea y la p¨¦rdida de valores son de nuevo un asunto crucial en el pensamiento moderno, el arte y los artistas pueden ser un refugio. Michael Haneke ha recibido hoy el Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes. Un reconocimiento muy importante en s¨ª mismo, pero todav¨ªa m¨¢s cuando recae en artistas como ¨¦l. En la parte que me concierne, adem¨¢s, estoy muy orgulloso de que por segunda vez desde que llegu¨¦ al Teatro Real, un artista que ha trabajado regularmente con nosotros haya recibido este premio. Primero fue Riccardo Muti [que el lunes estrena Don Pasquale en el Real] y ahora Haneke. Ambos representan ese compromiso con el arte tan alejado del puro divertimento imperante.
A trav¨¦s de su cine y de sus montajes oper¨ªsticos, de su mirada creativa, en suma, Haneke plantea algunas de las grandes preguntas de nuestra sociedad y de nuestro tiempo. C¨®mo vivimos actualmente y c¨®mo podemos intentar despejar algunas dudas existenciales que nos ayudar¨ªan a salir de esta crisis y cambiar nuestro modo de vida. Durante su estancia en Madrid en la preparaci¨®n de Cos¨¬ fan tutte [la ¨®pera de Mozart que el Real estren¨® el pasado febrero con direcci¨®n de escena de Haneke] qued¨¦ fascinado con su relaci¨®n con los j¨®venes y con el p¨²blico. Haneke encarna algunos de los valores de reflexi¨®n que hemos perdido y que, desafortunadamente, nuestros pol¨ªticos, perdidos en los problemas cotidianos, son incapaces de recuperar.
En un mundo hiperpoblado por vol¨¢tiles ¨ªdolos, personas como Michael Haneke, una figura mucho m¨¢s cercana a lo ejemplar que a lo idolatrable, cobra una importancia inconmensurable. Si tuviera que destacar un rasgo excepcional en ¨¦l, m¨¢s all¨¢ de la excelencia que desprende su visi¨®n del mundo y el coraje en comunicarla de una forma tan clara y austera, ser¨ªa su ¨¦tica y autoexigencia profesional.
Muchos dicen que Haneke es un hombre dif¨ªcil. Duro con los actores. Severo con sus planteamientos. Debo decir que en primer lugar es un hombre extremadamente exigente consigo mismo. Y ese compromiso autoimpuesto es el que espera tambi¨¦n de todos los que trabajan con ¨¦l.
Particularmente acepto el reto. Muchas veces solemos recordarnos el uno al otro la felicidad que nos produce contribuir a una cierta apertura de miras, a la reflexi¨®n y al despertar de una cierta sensibilidad del p¨²blico. De los ciudadanos.
Gerard Mortier es director art¨ªstico del Teatro Real y ha trabajado con Michael Haneke en Don Giovanni y Cos¨¬ fan tutte.
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