Simbolismo de denuncia

Si por algo se han caracterizado hasta ahora las pel¨ªculas del franc¨¦s de origen argelino Tony Gatlif es por ser obras compuestas desde la rabia, el tes¨®n y la desmesura, afilados navajazos de cine social anclados, m¨¢s que en la tierra, directamente en el barro. Quiz¨¢ por ello resulte tan chocante que en su acercamiento al movimiento social de los indignados, el director de, entre otras, Vengo, Swing y Exils, se haya puesto tan et¨¦reo, m¨¢s po¨¦tico que directo, m¨¢s simbolista que exigente. Puede que, incluso, con un punto desapasionado y autocomplaciente. Al menos eso es lo que se siente al ver Indignados, paseo alrededor de los movimientos de denuncia provocados por la crisis econ¨®mica y social de los ¨²ltimos a?os, que vivieron uno de sus momentos ¨¢lgidos en aquel 15-M espa?ol de hace ahora justo dos temporadas, y de cuyas manifestaciones, entre otras de toda Europa, da cuenta la pel¨ªcula. De hecho, el primer pensamiento que llega con este estreno es que, desde luego, llega tarde, aunque en realidad la crisis se siga manteniendo en la c¨²spide.

Libremente inspirado en ?Indignaos!, el texto de St¨¦phan Hessel, pero lejos de la emocionante cercan¨ªa del Libre te quiero de Basilio Mart¨ªn Patino, el documental de Gatlif pretende sostenerse con un engranaje en el que no caben los di¨¢logos, ni los discursos, ni los datos, ni la voz en off. De hecho, es tan poco concreto que necesita de reconstrucciones y dramatizaciones que nada acaban aportando, y apela finalmente a una poes¨ªa visual estereotipada que nunca podr¨¢ captar el actual estado de incomprensi¨®n y enervamiento que punza a la sociedad europea. Una pel¨ªcula sobre la presente convulsi¨®n, sobre la pu?alada trapera que nos est¨¢n pegando, deber¨ªa servir para movilizar mentes y cuerpos. Indignados, en versi¨®n cinematogr¨¢fica de Tony Gatlif, les dejar¨¢ mustios.