Provocando
Cuesta m¨¢s entender a los j¨®venes cuando te vas haciendo mayor. Y entonces pasan cosas como que el telediario de TVE se asuste por su vestuario
¡°La juventud actual ama el lujo, es maliciosa, es malcriada, se burla de la autoridad y no tiene ningun respeto por los mayores¡±. La frase se atribu¨ªa a S¨®crates (siglo V a.C.) en un libro de 1953 (Personality and adjustment, de Patty y Johnson), y se hizo tan popular que todav¨ªa se cita en muchas conferencias y en miles de referencias en la Red. L¨¢stima que no haya rastro de que esa idea la expresara S¨®crates. Era una frase redonda, demasiado sugerente para ser aut¨¦ntica.
S¨ª es cierto que uno sabe que se est¨¢ haciendo viejo si dedica tiempo a despotricar de la juventud. A los chicos de ahora les llamaban pasivos y piratas, les acusaban de anestesiarse con el botell¨®n, de no preocuparse m¨¢s que del siguiente fin de semana. Cundi¨® el mito del ni-ni, que ni estudia ni trabaja, un par¨¢sito. Pero un d¨ªa esos j¨®venes tomaron las plazas, y exigieron que les devuelvan su futuro, y entonces los llamaron revoltosos, perroflautas, v¨¢ndalos.
Algunas voces que arremeten contra esta generaci¨®n eran mao¨ªstas o, peor a¨²n, del Grapo cuando ten¨ªan su edad, y presum¨ªan de correr ante los grises. Otros escandalizados son de la quinta del Cojo Manteca, guerrillero urbano de los ochenta armado con su muleta. Muchos de los indignados de hoy ser¨¢n ma?ana directivos de bancos desahuciadores, ministros desalmados o lobbistas de intereses turbios.
Cuesta m¨¢s entender a los j¨®venes cuando te vas haciendo mayor. Y entonces pasan cosas como que el telediario de TVE se asuste por su vestuario. En un reportaje se defend¨ªa que los chicos ¡°no se dejen llevar por las tendencias¡± y vistan ¡°respet¨¢ndose a s¨ª mismos y a los dem¨¢s¡±, sin esos escotes ni esos calzoncillos a la vista. El responsable se habr¨ªa llevado las manos a la cabeza si se hubiera cruzado con una de las slut walk (traduzc¨¢moslo como 'marcha de fulanas'), un movimiento que dio la vuelta al mundo reivindicando el derecho de las chicas a vestir sexis sin que nadie las moleste por ello. En Francia esa reivindicaci¨®n tuvo un nombre igual de directo: Ni Putas ni Sumisas.
Resulta que en medio mundo, de Toronto a Delhi, las mujeres reclaman que se las respete. Pero en el telediario hablaban de c¨®mo van provocando. Como aquella terrible sentencia de la minifalda. Nos queda la duda de qu¨¦ opinaba de verdad S¨®crates de esto.
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