Los Coen y el primo perdedor de Dylan
El d¨²o retrata con iron¨ªa la explosi¨®n del 'folk' de los sesenta a trav¨¦s de la historia de un perdedor basada en Dave Van Ronk
Joel mira seco, Ethan r¨ªe bastante m¨¢s. Pero ambos funcionan como un monstruo con dos cabezas: uno habla y enlaza con lo expresado por el otro. Son los hermanos Coen, creadores de un universo disparatado, ir¨®nico, autopar¨®dico de algunos de los mejores chistes del cine de los ¨²ltimos a?os. A su terreno, ese en el que nunca se sabe si lo que cuentan es serio o sencillamente est¨¢n cachonde¨¢ndose junto al espectador de una serie personajes anonadados, han tra¨ªdo el advenimiento del nuevo folk en el Village neoyorquino de 1961 en su filme Inside Llewyn Davis.Y lo cuentan a trav¨¦s de los ojos derrotados de un cantante que vive gorroneando sof¨¢s donde dormir, que descubre que ese no es su tiempo, que siente c¨®mo el desenga?o se adentra en su alma: es el Davis del t¨ªtulo, creado en parte a imagen de un cantautor real de aquel tiempo, Dave van Ronk, el reverso cariacontecido de Dylan.
Ayer en Cannes los Coen aparecieron rodeados de parte de su reparto: Garrett Hedlund, Justin Timberlake, Carey Mulligan y el protagonista, Oscar Isaac, que ha recorrido un largo trecho desde ?gora. Tambi¨¦n estaba T-Bone Burnett, mago de la m¨²sica, amigo ¨ªntimo de los dos hermanos, que aman las mismas melod¨ªas que ¨¦l. Ethan contaba que el inicio del guion fue pensar ¡°c¨®mo era el Village en 1961¡±, y en la l¨ªnea musical sigui¨® Joel. ?Es la banda sonora m¨¢s importante que el mismo guion? ¡°Casi no hay intriga ni historia, nosotros lo ¨²nico que hicimos fue seguir al gato¡±, en referencia a un felino tan protagonista como el propio Davis, un animal que sirve para trasladar de nuevo la Odisea (ya seudoadaptada por los hermanos en O brother) a su cine, y que avanza en la vida con m¨¢s sentido que el protagonista. ¡°Conocemos bien ese tipo de m¨²sica¡±, remata Ethan.
Justin Timberlake, preguntado por su propio camino en la m¨²sica, asegur¨®: ¡°He conocido a toneladas de personas en esta industria, unas con m¨¢s talento y otras con ninguno. Y muchas veces ese talento no tiene que ver con la llegada al estrellato. Yo estuve en el lugar exacto y con la gente adecuada. Solo se mantienen quienes contin¨²an con la inspiraci¨®n del primer momento y no se dejan intimidar por todo aquello que les pueda impedir expresarse¡±. En cuanto a su personaje, el amigo triunfador, el artista que vende, Timberlake explic¨® que su aspecto, relamido y con barba pulida, copia a las ¡°fotos de un cantante folk irland¨¦s¡±. ¡°Adem¨¢s me va lo de hacer el rid¨ªculo. Oye, y me gustaba la barba¡±. M¨¢s en serio, incidi¨® en su personaje: ¡°Es parte de la transici¨®n musical de aquellos tiempos. Crec¨ª en Tennessee, cuna del blues y del rock, y mi primera lecci¨®n me la dio mi abuelo cuando me ense?¨® a tocar la guitarra. As¨ª que con los Coen charl¨¦ sobre todo de c¨®mo deb¨ªan de sonar Jim y Jean [el d¨²o que compone con Carey Mulligan]¡±.
Oscar Isaac, actor guatemalteco criado en Miami, tuvo una banda hace a?os tras licenciarse en Juilliard. Aun as¨ª, dud¨® en c¨®mo encarar los momentos musicales, hasta que T-Bone Burnett le dio la clave: ¡°Me dijo que para interpretar a Llewyn en el escenario deb¨ªa de cantar como si lo hiciese para m¨ª mismo. Davis no solo tiene una relaci¨®n tortuosa con el ¨¦xito, es que combina en su vida un mal timing y unas tendencias autodestructivas, relacionadas con c¨®mo entiende la integridad¡±. Y as¨ª se le escapa su oportunidad, mientras en el mismo bar en que act¨²a empieza un tal Bob Dylan. ¡°Pasamos tiempo viendo actuaciones, cantantes... Estuvimos jodidos hasta que encontramos a Isaac¡±, asegur¨® Ethan. Joel coment¨® que suelen escribir pensando en actores determinados, ¡°aunque de vez en cuando nos gusta cambiar el paso, forzar a int¨¦rpretes en personajes lejanos a ellos, y que se sorprendan y nos sorprendan¡±. Como hacen ellos y su manera de ver el cine, un estilo que ya les ha dado, entre decenas y decenas de premios, la Palma de Oro de Cannes en 1991 con Barton Fink.
Babelia
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