Alfonso Santisteban, maestro del 'lounge' espa?ol
Fue uno de los m¨¢s prol¨ªficos compositores para TVE y el cine comercial espa?ol
A primera hora de la noche de hoy viernes, Alfonso Santisteban fallec¨ªa en la Cl¨ªnica Parque San Antonio, en M¨¢laga, v¨ªctima de un c¨¢ncer de pulm¨®n. Con 69 a?os, se va uno de los m¨¢ximos representantes de la m¨²sica ligera espa?ola, esa que alcanz¨® cotas de esplendor durante los a?os sesenta y setenta, para luego eclipsarse sin honra ni reconocimiento.
Compositor y arreglador, Santisteban desarroll¨® su labor esencialmente en cine y televisi¨®n. Aunque no fue tan activo discogr¨¢ficamente como Augusto Alguer¨® o Juan Carlos Calder¨®n, tambi¨¦n colabor¨® con figuras tan fascinantes como el rumbero Bambino o Lola Flores.
Nacido en Madrid en 1943, en el seno de una familia desahogada, Santisteban cay¨® r¨¢pidamente bajo el embrujo de la bossa nova, que marcar¨ªa buena parte de su obra; viaj¨® a R¨ªo y mantuvo contactos con Antonio Carlos Jobim y otros maestros brasile?os. Tambi¨¦n le encantaban esos coros femeninos conocidos ahora como ¡°daba-daba-da¡±, que aparec¨ªan frecuentemente en sus innumerables bandas sonoras para cine y televis¨®n. Eso explica que su nombre aparezca en productos livianos como Enga?ar a un sinverg¨¹enza o La casa de los Mart¨ªnez. Suyas fueron las sintonias de Aplauso, Bla bla bla o M¨²sica y estrellas.
?Entrados los setenta, tambi¨¦n intent¨® actualizarse, con proyectos como 'La Nueva Banda' de Santisteban. Ten¨ªa buen olfato para los m¨²sicos y sus grabaciones sonaban tan limpias como sedosas. Le distingu¨ªa una ¨¦tica de trabajo que complac¨ªa inmensamente a los productores; lleg¨® a firmar unas quince bandas sonoras en el a?o 1975; posteriormente, pondr¨ªa m¨²sica a pel¨ªculas italianas.
Por pose y por temperamento, no encajaba con lo que ¨¦l llamaba ¡°los intelectuales del cine aburrido¡±; insist¨ªa en que prefer¨ªa ¡°mil veces¡± la comedia y el destape. Adem¨¢s, debido a su matrimonio con la presentadora Marisa Medina, entr¨® en el circuito de la prensa rosa, que informaba regularmente de su prole y de sus desavenencias.
Muchos a?os despu¨¦s, ambos miembros de la pareja har¨ªan caja paseando sus recriminaciones por los programas basura de la televisi¨®n. Consciente del absurdo, Santisteban se burlaba de una sociedad que quer¨ªa carnaza e ignoraba su m¨²sica.
En 1982, cuando cambiaron los gustos y los mandos en TVE, sinti¨® que se cerraba una ¨¦poca y se traslad¨® a Marbella. Gravit¨® hac¨ªa el delirante universo de Jes¨²s Gil y Gil, llegando a dirigir la televisi¨®n local. Vio entonces cosas que, aseguraba, preferir¨ªa olvidar. Su descreimiento general qued¨® reflejado en un libro disparatado, El mundo del espect¨¢culo y la madre que lo pari¨®.
Con la ascensi¨®n de la llamada lounge music, tambi¨¦n conocida como pop de la era espacial, Santisteban fue recuperado por el p¨²blico enterado. A principios del presente siglo, Carlos Gal¨¢n, fundador del sello Subterfuge, rescat¨® varias de sus referencias y pase¨® al personaje por los ambientes modernos. Aunque no lo entendiera, Alfonso agradec¨ªa tan ins¨®lita atenci¨®n.Ya sin ese marchamo hip, la compa?¨ªa Rama-Lama publicar¨ªa luego una recopilaci¨®n titulada Pop 60: 45 a?os de m¨²sica (1962-2007).
Algunos temas suyos aparecieron en recopilaciones tipo Spanish grooves, discos que buscaban acercar oscuros temas nacionales a las pistas de baile consagradas a la m¨²sica de ra¨ªz negra. Ya fuera del radar de los medios, Santisteban tambi¨¦n atrajo a editores de material pirata y guerrilleros de YouTube. Sus grabaciones de m¨²sica de librer¨ªa para CAM eran buscadas por coleccionistas de todo el mundo.
Alejado de la creaci¨®n, cedi¨® su archivo a la SGAE. Ser¨ªa justo que la instituci¨®n aprovechara su generosidad para estudiar la obra de qui¨¦n fuera uno de sus socios menos visibles pero m¨¢s rentables.
Babelia
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