De una punta a otra de la Diagonal
No se sabe en qu¨¦ momento se ilumin¨® la bombilla, pero Gaby Ruiz ya debi¨® pensar a comienzos de los a?os noventa, cuando era uno de los responsables de las sesiones del Nitsa Club, que Barcelona bien pod¨ªa acoger un festival musical que expresase lo que la ciudad comenzaban a solicitar. La Barcelona que entonces se abr¨ªa a la electr¨®nica, la ciudad donde se edita Rock De Lux, la revista referencial de la m¨²sica independiente, la ciudad que invent¨® un festival de m¨²sica alternativa para honrar a su patrona en fiestas, el BAM, bien podr¨ªa acoger un gran festival que diese respuesta a un consumo que Gaby intuy¨® creciente.
El origen del Primavera Sound, uno de los principales festivales mundiales en cuanto a asistencia, en esta edici¨®n aspira a recibir 150.000 visitas que revalidar¨¢n su car¨¢cter referencial en el mundo de la m¨²sica, se sit¨²a en un extremo de la avenida Diagonal, en una peque?a sala de la plaza Joan Llongueras. All¨ª naci¨® a comienzos de los noventa el Nitsa Club, cuyas sesiones vieron pasar por su cabina a los entonces casi desconocidos Jeff Mills o Laurent Garnier. En aquella sala se mezclaron el esp¨ªritu de la m¨²sica independiente con la m¨²sica electr¨®nica, dando forma a toda una generaci¨®n que ahora se reconoce en aquellos inicios. El Nitsa fue la sala donde pinch¨® Sideral, el disc-jockey que hasta su fallecimiento puso cara a aquella escena con su capacidad para hermanar electr¨®nica, pop y rock en sus celebradas sesiones. De all¨ª acabar¨ªa viajando al otro extremo de la Diagonal, al Parque del F¨®rum donde desde 2.005 asienta sus reales.
Paralelamente al ¨¦xito de las sesiones Nitsa, la productora Producciones Animadas, en la que figuraba como socio Alberto Guijarro, hoy otro de los directores del Primavera Sound, programaba la m¨²sica electr¨®nica de los escenarios que el Doctor Music Festival destin¨® a tal efecto en los prados de Escalarre en las tres ediciones que all¨ª tuvieron lugar entre 1.996 y 1.998. Por su parte, los rectores de Nitsa, con Gaby Ruiz en cabeza, programaban la oferta electr¨®nica de otro festival referencial, el FIB de Benic¨¤ssim, entonces templo por antonomasia del ¡°indie¡± patrio. Cuando Alberto Guijarro march¨® de Producciones Animadas en el a?o 2.000 para dirigir la sala Apolo, su contacto con Gaby Ruiz, que ya no programaba en el FIB, se increment¨®. El Nitsa se hab¨ªa mudado precisamente a la sala Apolo, donde a¨²n contin¨²a, y all¨ª se fragu¨® la idea de convertir en festival estable una programaci¨®n que ya se celebraba en diversas salas de la ciudad. Pablo Soler, la tercera cara visible del festival, ya formaba parte del equipo, responsabiliz¨¢ndose de las marcas y, dada su condici¨®n de abogado, de los aspectos legales. La primera edici¨®n formal del Primavera Sound tuvo lugar el a?o 2.001, en el Pueblo Espa?ol.
?Cu¨¢les fueron las aportaciones del Primavera Sound? Una fue ofrecer una alternativa a los festivales de acampada, un entorno urbano m¨¢s c¨®modo y burgu¨¦s. En segundo lugar situarse en Barcelona, una ciudad ya de moda en el extranjero, lo que garantizaba un aporte natural de espectadores for¨¢neos. Despu¨¦s, siendo fiel a sus or¨ªgenes, implicar a las salas de la ciudad en sus actividades, consciente de que la m¨²sica y la afici¨®n a la misma se fraguan en salas de conciertos. Finalmente aport¨® un cartel estructurado que ha respondido a las inquietudes y deseos de eso que en tiempos fue p¨²blico alternativo. Superada la competencia del FIB, en especial tras su venta a Vince Power, fracasado el intento de la sala Razzmatazz de organizar un festival similar, el Summercase, y hallado el punto de relaci¨®n con el otro gran certamen barcelon¨¦s, el Sonar, el Primavera se postula para solventar la convivencia entre salas y grandes festivales (comercio minorista vs mayorista), cosa que de momento est¨¢ trabajando con acierto, y a abrir paulatinamente su cartel para no depender de los vaivenes estacionales de las modas, aspecto que tambi¨¦n afronta con tino. As¨ª las cosas el viaje de una punta a otra de la ciudad mantiene el rumbo en pos de un final feliz.
Babelia
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