Zona verde
La ecolog¨ªa resulta ser la batalla pendiente para muchas personas que piensan en un paso por la vida menos estridente
El estallido de la protesta joven en Estambul ha sorprendido a las autoridades y los medios que consideraban ya satisfechas todas las necesidades ciudadanas con el crecimiento econ¨®mico y la firme influencia geopol¨ªtica de Turqu¨ªa. Lo m¨¢s sorprendente es que la virulencia se haya desmadrado en defensa de un parque p¨²blico de uso colectivo, frente a la construcci¨®n de otra de esas catedrales contempor¨¢neas que son los grandes centros comerciales. La pasmosa defensa de una zona verde nos dice mucho de por d¨®nde circulan las insatisfacciones juveniles en esta ¨¦poca tan miserable, cargada de alta pol¨ªtica irracional e insultantemente alejada de la sensibilidad de la gente.
La ecolog¨ªa resulta ser la batalla pendiente para muchas personas que piensan en un paso por la vida menos estridente, que desear¨ªan recuperar un modelo de pervivencia m¨¢s racional. Detr¨¢s de la falta de identificaci¨®n con ciertos rasgos del sistema hay una petici¨®n de restaurar los lazos con lo sostenible, vencidos por el v¨¦rtigo cierto de que nos estamos cargando el planeta. Aqu¨ª los Gobiernos m¨¢s progresistas tambi¨¦n nos est¨¢n decepcionando. De la inmovilidad de los otros no nos sorprende nada, basta con mirar la Ley de Costas espa?ola para entender que algunos no solo no tienen deseos de solucionar los brutales errores del pasado, sino que su estrategia es bendecirlos y a ser posible volver a cometerlos cuanto antes.
En Latinoam¨¦rica, llena la boca de izquierdismos, asistimos al constante sacrificio natural en aras del enriquecimiento. Por ah¨ª no parece pasar la agenda de cambio, sino la continuidad con el esquilme. No damos con la llave para crecer sin arrasar la tierra que pisamos, pero un verdadero progresismo tiene que trabajar por resolver esa ecuaci¨®n. Y ahora en Ecuador est¨¢ amenazado el parque Yasun¨ª en Amazonas, con la firma Chevron bendecida por otra Constituci¨®n grandilocuente que habla de naturaleza y respeto ecol¨®gico mientras solo piensa en el dinero r¨¢pido, verdadero man¨¢ sagrado de nuestros d¨ªas, sin reparar en deforestaci¨®n, contaminaci¨®n de r¨ªos y zonas verdes y el desalojo de las poblaciones ind¨ªgenas. Quienes se alzan en contra buscan avanzar sin conducir una apisonadora.
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