La frontera de M¨¦xico es un collar
89 artistas reflejan con joyas su visi¨®n de las relaciones entre M¨¦xico y EE UU La exposici¨®n viajar¨¢ de DF a San Francisco
Antes de cruzar a Estados Unidos, Yolanda se pint¨® su nombre y n¨²mero de tel¨¦fono en el muslo. La foto de su hija y la estampita de San Judas se las cosi¨® por dentro de la ropa. En el miedo y los amuletos de Yolanda ¨Cque lleg¨® sana y salva a EE UU y despu¨¦s volvi¨® a M¨¦xico¨C se inspira una joya expuesta hasta el 28 de julio en la muestra La Frontera (Museo Franz Mayer, Ciudad de M¨¦xico). Es un broche con forma de mapa del que cuelgan fotos, llamado ¡®Seguro 1¡¯.
Elvira Bessudo, la autora de la obra, era la due?a de la casa que limpiaba Yolanda. ¡°Pero esta historia es de miles, no de ella¡±, precisa. En M¨¦xico todo el mundo tiene historias sobre "el otro lado". ¡°Todos conocemos a alguien que se fue¡±, sintetiza la curadora de la exposici¨®n, Lorena Lazard. ¡°Y en la frontera pasan otras cosas, adem¨¢s de drogas, muertes, tr¨¢fico de armas. Como dinero, cultura, familias¡±. Por ello Lazard organiza esta muestra de joyer¨ªa contempor¨¢nea, que a partir del 14 de agosto estar¨¢ en San Francisco (EE UU). A la convocatoria de artistas respondi¨® gente de todo el mundo y fueron seleccionados 89, la mayor¨ªa mexicanos y estadounidenses, pero tambi¨¦n latinoamericanos y europeos.
En La Frontera hay joyas que uno podr¨ªa ponerse y otras que son para mirar. La de Andr¨¦s Fonseca est¨¢ pensada para que la usen simult¨¢neamente cuatro personas y formen, con sus colgantes y pulseras, una franja fronteriza. La mexicana Cristina Celis ha hecho un collar de porcelana, oro y plata que imita una huella dactilar. ¡°La pr¨¢ctica de borrar la informaci¨®n encerrada en los dedos es com¨²n. Cuchillos con ¨¢cido, fuego e incluso la cirug¨ªa son algunos de los mecanismos que los inmigrantes indocumentados est¨¢n usando con el fin de borrar sus huellas dactilares y evitar la deportaci¨®n¡±, explica.
La gargantilla de Mayte Amezcua, de M¨¦xico, est¨¢ hecho de trozos de green card, la tarjeta de residencia permanente del pa¨ªs vecino. El llavero de cuero que hizo Kerianne Quick (EE UU) tiene impresa la cara del l¨ªder del c¨¢rtel de Ju¨¢rez. El broche de Danielle Embry reproduce un mapa con los puntos del desierto donde los migrantes mueren deshidratados.
Diego y Pachil¨², que visitan la exposici¨®n, son gente de frontera. Han vivido en Nogales, Mexicali, Ciudad Ju¨¢rez y Tijuana. No les extra?an los migrantes escondidos en las calles, esperando la oportunidad para dar el salto, ni las vallas y los helic¨®pteros, ni las dem¨¢s complejidades de vivir en zona de paso. Pero en la muestra se emocionan y a ella le sale una l¨¢grima. No son solo los t¨ªos de uno de los artistas: es que la experiencia no deja indiferente.
Diego Moreno recuerda que de ni?o ten¨ªa novias de ambos lados, y que los partidos de f¨²tbol se jugaban indistintamente en cualquiera de los dos pa¨ªses. Tras 30 a?os en Tijuana, nota las diferencias crecientes y le sobrecogen los dramas de quienes se van. ¡°En el Parque de la Amistad [fronterizo entre San Diego y Tijuana] he visto a ni?os con una torta de cumplea?os, cant¨¢ndole Las ma?anitas a su pap¨¢ del otro lado]¡±.
La muestra 'La Frontera' est¨¢ en el Museo Franz Mayer (Ciudad de M¨¦xico) hasta el 28 de junio y en la galer¨ªa Velvet Da Vinci de San Francisco del 14 de agosto al 15 de septiembre.?
Babelia
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