Grecia, a¨²n sin tele p¨²blica
El inesperado cierre de la emisora p¨²blica deja la parrilla en manos de las cadenas comerciales
Casi tres semanas despu¨¦s de la decisi¨®n del Gobierno griego de cerrar, por decreto y en unas horas, la emisora p¨²blica de radiotelevisi¨®n, el futuro de ERT sigue en el aire. A pesar de un fallo del Consejo de Estado que ordenaba restablecer los programas del servicio p¨²blico a la espera de la creaci¨®n de la nueva entidad, los canales de la antigua ERT solo emiten las barras de color. ¡°Cerrar ha sido f¨¢cil. Volver a abrir no lo ser¨¢ tanto¡±, es el lac¨®nico comentario de Stylianos Papathanassopoulos, profesor de organizaci¨®n y pol¨ªtica de medios en la Facultad de comunicaci¨®n de la Universidad de Atenas. ¡°Los empleados siguen encerrados en la sede principal en Atenas. ?El Gobierno qu¨¦ va a hacer? ?Mandar a la polic¨ªa? Yo creo que tardar¨¢n m¨¢s tiempo de los tres meses que dicen para poner en marcha la nueva entidad¡±, a?ade.
Es un tiempo que, seg¨²n Papathanassopoulos, la televisi¨®n p¨²blica no puede permitirse perder, en un mercado asf¨ªctico por la fuerte bajada de la publicidad y que ya antes del improviso cierre de ERT, el pasado 11 de junio, estaba dominado por las televisiones privadas. Mega y Antenna, dos de las cinco emisoras nacionales comerciales nacidas en la ca¨®tica fase de liberalizaci¨®n del sector entre finales de los ochenta y mediados de los noventas, copan en conjunto el 35-40 por ciento de la audiencia (los tres canales de ERT juntos llegaban al 10-12 por ciento) con una programaci¨®n basada sobre todo en series y programas de entretenimiento. Ambas se han disputado el liderazgo en estos a?os de crisis y, con las producciones nacionales reducidas al m¨ªnimo, han encontrado una salida gracias a un exitoso producto de importaci¨®n: las series y los culebrones turcos.
En la tarde en las casa de muchos griegos se oye hablar turco, ya que la mayor¨ªa de las series son subtituladas, y no es raro ver en bares o restaurantes las teles encendidas sobre las cadenas que los emiten. Con tramas de amores conflictivos, como Fatmagul (Mega), o memorias del imperio otomano como Solim¨¢n el Magn¨ªfico (Antenna), que han alcanzado cuotas de pantalla del 30-40 por ciento. ¡°El ¨¦xito se debe a distintos factores, empezando por el mismo liderazgo de Mega y Antenna. La otra raz¨®n es que en estos a?os de austeridad no hay producciones nacionales y las series turcas son mucho m¨¢s baratas¡±, comenta Papathanassopoulos. Menciona tambi¨¦n otro motivo: ¡°Hay una cierta proximidad cultural lo cual no deja de ser otra demostraci¨®n del hecho de que lo que la gente piensa es distinto de las gestiones pol¨ªticas o diplom¨¢ticas¡±.
Tambi¨¦n algunos productos espa?oles se han abierto camino en estos a?os de crisis. Es el caso de las adaptaciones de la serie Con el culo al aire y de Tu cara me suena, ambas emitidas en Espa?a por Antena 3. La primera, emitida por Mega, en los primeros episodios ha llegado a obtener m¨¢s de un 38 por ciento de cuota de pantalla.
En general el consumo de televisi¨®n ha aumentado tras el comienzo de la recesi¨®n. ¡°Es un fen¨®meno que ha pasado tambi¨¦n en otros pa¨ªses que viven una crisis econ¨®mica¡±, explican desde la filial griega de Nielsen. Sobre todo en los primeros a?os de la crisis, seg¨²n los datos de la consultora, el consumo ha llegado a niveles r¨¦cord, hasta superar los 290 minutos diarios por persona (En Espa?a en 2012 fue de 246). En los ¨²ltimos dos a?os se ha registrado una ligera inflexi¨®n que, para los analistas de Nielsen, se debe a una significativa reducci¨®n de la inversi¨®n en la programaci¨®n, el retraso del comienzo de las temporadas y el cierre de uno de los principales canales comerciales, Alter, que dej¨® de emitir a finales de 2011 por dificultades financieras.
Las series turcas se sit¨²an entre los programas m¨¢s vistos
Seg¨²n los datos facilitados por Nielsen, en estas primeras semanas de cierre de la televisi¨®n p¨²blica las ¨²nicas variaciones relevantes en t¨¦rminos de cuota de pantalla son un aumento de casi un punto y medio para Mega y de tres para Skai, otro canal privado.
En un panorama dominado por las emisoras comerciales, el riesgo es que ahora, mientras a¨²n se desconoce el futuro de la televisi¨®n estatal, nadie se encargue de la programaci¨®n cultural que el servicio p¨²blico garantizaba, como lamentaban muchos ciudadanos que en los d¨ªas siguientes al cierre de ERT se sumaron a las protestas. ¡°En ERT1 por ejemplo hab¨ªa programas sobre libros y teatro, formatos que no se dan en las tv privadas. Con un audiencia de un 1-2% no son apetecibles para ellas¡±, recuerda el profesor Papathanassopoulos.
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