Poes¨ªas de paz para Colombia
El certamen es una alternativa para enfrentar la violencia que ha azotado a Medell¨ªn desde los 80 Este a?o, adem¨¢s del grito por la paz, es una reflexi¨®n por la utop¨ªa y la resignificaci¨®n del mito
No es una desproporci¨®n, se apura a decir el poeta colombiano Fernando Rend¨®n (1951), fundador y director del premiado Festival Internacional de Poes¨ªa de Medell¨ªn, cuando cuenta que este a?o la cita anual de la poes¨ªa mundial se realizar¨¢ para pedir mil a?os de paz en Colombia como una manera de apoyar, desde la poes¨ªa, los di¨¢logos de paz que se adelantan con la guerrilla de las FARC desde hace siete meses en Cuba. ¡°Existen pocos colombianos vivos que hayan conocido un periodo de relativa paz. Y como no hemos conocido la paz, deseamos profundamente que venga un tiempo sin conflicto, de reconciliaci¨®n¡±, dice. Tambi¨¦n es una manera de contradecir a muchos de los gobiernos anteriores que han insistido en prolongar la guerra ¡°sin importar el deseo natural de los colombianos¡±.
Este deseo de paz no es ajeno a lo que ha venido proponiendo el Festival de Poes¨ªa de Medell¨ªn, que este a?o llega a su vig¨¦sima tercera edici¨®n, y que naci¨®, precisamente, como un alternativa para enfrentar la violencia que ha azotado a Medell¨ªn desde los a?os 80 con una idea que al principio no result¨® tan sencilla: sacar a la poes¨ªa de los peque?os recintos para que se tomara las calles ¨Cno solo de Medell¨ªn, ya que incluye recitales en cuatro ciudades m¨¢s¨C. Pero no se trata de una pretensi¨®n, ya que si algo ha demostrado el Festival de Medell¨ªn es que la poes¨ªa puede convocar a multitudes.
Desde hoy y durante ocho d¨ªas, poetas de 45 pa¨ªses de ?frica, Am¨¦rica, Asia, Europa y Ocean¨ªa se tomar¨¢n 150 espacios culturales de Medell¨ªn confirmando que el Festival es un espacio ¨²nico de encuentro de las m¨¢s diversas culturas del mundo. Entre los invitados est¨¢ el colombiano Juan Manuel Roca (1946), considerado uno de los poetas m¨¢s destacados de Am¨¦rica Latina. Para Roca, lo mejor del festival, m¨¢s all¨¢ de los diferentes rangos est¨¦ticos de los invitados, es que es un acto masivo de paz. ¡°Sin ser algo program¨¢tico, la poes¨ªa en medio de la guerra que vivimos se vuelve una suerte de resistencia espiritual¡±, dice y recuerda que Saint John Perse afirmaba que ¡°la poes¨ªa es el pensamiento desinteresado¡±, que es lo m¨¢s opuesto a la guerra.
¡°La poes¨ªa cree incondicionalmente en la paz, sigue esperando por ella as¨ª la palabra est¨¦ desgastada por los violentos"
El Festival se ha apoyado en el Movimiento Po¨¦tico Mundial para organizar lecturas de poemas en 117 ciudades del mundo, cuyos poetas se han unido en una campa?a para pronunciarse a favor de los di¨¢logos en La Habana. ¡°La poes¨ªa cree incondicionalmente en la paz, sigue esperando por ella as¨ª la palabra est¨¦ desgastada por los violentos¡±, dice el poeta y ensayista colombiano Carlos V¨¢zquez (1953), qui¨¦n tambi¨¦n estar¨¢ en el Festival. Para el poeta, la tarea de la poes¨ªa y la acci¨®n de los poetas es desprender las palabras de los intereses del poder. ¡°No es posible saber a ciencia cierta cu¨¢n cercana est¨¦ la paz, la cercan¨ªa que importa es la de unos hombres con otros al abrigo del fuego creador de las palabras de todos¡±, agreg¨®.
Este a?o el Festival tambi¨¦n se centrar¨¢ en dos temas paralelos que son la utop¨ªa y la resignificaci¨®n del mito. Juan Manuel Roca lo explica recordando a Frazer, que cuenta que una tribu que invad¨ªa a los Malayos entr¨® en contacto con una desconocida flor roja. ¡°Llegaron casi congelados, se reunieron alrededor de la flor y extendieron sus brazos sobre ella para calentarse. Quiz¨¢ el misterio de la poes¨ªa consista en convertir flores en fuego, en fundar el mito y atrapar el imposible¡±, dice Roca.
Para Carlos V¨¢zquez, el mito es la voz del pueblo, ¡°es un lugar no solo posible sino al mismo tiempo cercano, es el ¨²nico lugar (Bonnefoy), el que buscamos. No la casa del ser, un mito demasiado poblado de raz¨®n, m¨¢s bien un lugar abierto, siempre en tr¨¢nsito, tan vivo y tan invencible como el r¨ªo o el viento¡±. Y para el poeta gal¨¦s, Richard Gwyn ¨Cotro de los grandes invitados de esta edici¨®n¨C, se trata de pensar en que ¡°nosotros redefinimos mitos constantemente y los reinventamos en nuevos disfraces. Quiz¨¢s el mito de El Dorado podr¨ªa ser el mito del constante retorno a la felicidad eterna (o la paz)¡±, dice.
En esta versi¨®n, el Festival tiene como invitados a un numeroso grupo de poetas ind¨ªgenas entre los que est¨¢n Rosa Ch¨¢vez de Guatemala, Morela Maneiro de Venezuela, Mar¨ªa Clara Sharupi de Ecuador y Abadio Green Stocel de Panam¨¢. ¡°Los ind¨ªgenas tienen tanto que decirle al mundo sobre el amor a la tierra, es algo que no han aprendido en la escuela sino en su experiencia cotidiana¡±, dice Rend¨®n, el director del Festival. Tambi¨¦n habr¨¢ un grupo de poetas que est¨¢n en la senda del chamanismo, como Werewere Liking (Camer¨²n, 1950), escritora y pintora.
Entre los poetas asi¨¢ticos estar¨¢ la vietnamita Nguyen Phan Que Mai (1973) que ha merecido tres de los premios literarios m¨¢s prestigiosos de su pa¨ªs. ¡°Ella ha recogido las voces de los trabajadores y aunque no vivi¨® la guerra, tambi¨¦n ha recogido la memoria y el sufrimiento de su pa¨ªs¡±, dice Rend¨®n. Tambi¨¦n estar¨¢ Satchidanandan (1946), considerado el mayor poeta hind¨² actual y uno de los pioneros de la poes¨ªa en lengua malaya que ha traducido autores como como Garc¨ªa Lorca y C¨¦sar Vallejo. Entre los latinoamericanos estar¨¢n el brasile?o Thiago de Mello (1926) y el chileno Javier Bello (1972). Y de Europa, el gran renovador de la poes¨ªa sueca del siglo XX, Jan Erik Vold.
Como ya es tradici¨®n, los colombianos podr¨¢n escuchar a todos estos poetas leyendo sus poemas en su lengua natal, para que luego, un grupos de actores y poetas de Medell¨ªn que se han preparado con meses de anticipaci¨®n, los lean en espa?ol.
La palabra contra las armas
Escuchar en Medell¨ªn voces de poetas de As¨ªa, Europa, ?frica y Latinoam¨¦rica no es extra?o durante estas fechas. Miles de ciudadanos se desplazan desde todas las zonas del ¨¢rea metropolitana para traspasar fronteras a trav¨¦s de la l¨ªrica. En la ciudad de la eterna primavera, m¨¢s conocida como la tacita de plata de Colombia, cada a?o el Festival Internacional de Poes¨ªa es un ¨¦xito.
Los cuatro millones de habitantes de esta urbe del departamento de Antioquia, asistan gratuitamente a cada uno de los recitales. Durante una semana, la poes¨ªa interviene m¨¢s de cien escenarios culturales, entre ellos museos, parques y bibliotecas.
Paralelamente al evento, la Escuela Internacional de Poes¨ªa llega a los barrios marginales cercanos a los cerros de las monta?as unidos por el metrocable (telef¨¦rico). En algunos de ellos, Santo Domingo Sabio y Santacruz, los artistas realizan talleres y conferencias con ni?os que han sido golpeados por la guerra. Hu¨¦rfanos por la violencia pero que son capaces de quedarse con la boca abierta cuando se habla de paz.
En esos siete d¨ªas todos gritan al un¨ªsono por mil a?os de paz en Colombia, y la revista Prometeo entrega libros con las obras de los poetas participantes. Los escritores son capaces de sentarse en el suelo acompa?ados de muchachos para ense?arles a escribir y darles a conocer su obra. Llevan hojas de papel y l¨¢pices a los barrios m¨¢s pobres donde abundan las casas de madera con techado de uralita. Los peque?os participan en una veintena de talleres de poes¨ªa en los que se les aleja del drama que han conocido desde que nacieron. En Colombia hay 5 millones de desplazados, el 94 por ciento vive por debajo del umbral de la pobreza, seg¨²n el centro de Vigilancia de Desplazamiento con sede en Ginebra.
En la celebraci¨®n del certamen la participaci¨®n es masiva de grupos de j¨®venes entre 17 y 36 a?os de distintos puntos del pa¨ªs. El ¨¦xito obtenido en Medell¨ªn ha hecho que el festival se ampl¨ªe a otras ciudades y municipios de Colombia: Barranquilla, Bucaramanga y Armenia. Durante el festival la poes¨ªa es una fiesta en la que es posible disfrutar de danza, teatro y v¨ªdeos sobre la vida y obra de los poetas.
Desde sus inicios, el 28 de abril de 1991, ¨¦ste ha reunido a 1100 poetas de 160 pa¨ªses. ¡°No es un evento frio, es muy alegre donde la gente ha recibido esta energ¨ªa bienhechora mundial. Transformando y creando conciencia en los j¨®venes acerca de lo que pasa a su alrededor¡±, explica Fernando Rend¨®n, director del festival.
Esta fiesta de la poes¨ªa no naci¨® como un evento literario sino de rechazo ante la violencia e injusticia social de Colombia. Precisamente, esa constancia en la promoci¨®n de la literatura como opci¨®n art¨ªstica en Medell¨ªn condujo a que el Festival Internacional de la Poes¨ªa fuera reconocido en el 2006 con el Premio Nobel Alternativo que otorga el parlamento sueco. Fue declarado patrimonio cultural de la naci¨®n en 2009. Y la semana pasada recibi¨® el Premio Aula de la Met¨¢foras 2013, el m¨¢s importante galard¨®n de poes¨ªa concedido en Espa?a.
Despu¨¦s de 23 a?os ediciones ininterrumpidas el certamen ha llegado a niveles inesperados para su director Fernando Rend¨®n. En la primera participaron solo 16 poetas colombianos. Al a?o siguiente este se internacionaliz¨® con la presencia de 37 poetas de ocho pa¨ªses de Europa y Latinoam¨¦rica. La asistencia se triplic¨® por los universitarios y vecinos del barrio que sentados o de pie, al sol o al agua escuchaban.
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