Jurados
El tal Bret¨®n parece un monstruo intolerablemente real en el que volcar la indignaci¨®n colectiva. Se le acusa del crimen m¨¢s inhumano y salvaje, el de sus ni?os
Siempre hemos vivido tiempo de canallas, pero es f¨¢cil transigir con esa abyecta certidumbre, e incluso olvidarla, si el frigor¨ªfico est¨¢ lleno y no hay indicios de que va a llegar la intemperie. Ante esa placidez personal y ambiental la gente tambi¨¦n vota en las elecciones a los que reconocen como suyos, confiando en que intentar¨¢n mejorar ese estado de las cosas en el que perciben imperfecciones, cositas que deber¨ªan arreglarse, o por esa convicci¨®n tan angelical y tranquilizadora de que en pol¨ªtica existen los buenos, los regulares, los malos, los mal¨ªsimos, los m¨ªos y los de ellos.
Tambi¨¦n podemos creernos que las manzanitas podridas son arrojadas al vertedero y que la prueba es que ese triunfador arrogante llamado B¨¢rcenas, o el pavo castizo que repart¨ªa en los bares la pasta de los ERES que nunca existieron, han pagado sus desmanes con la c¨¢rcel. Pero es altamente dudoso que nadie de sus respectivos partidos les acompa?e. El sistema seguir¨¢ inmune, la infinita tribu de la corrupci¨®n tal vez sufra alg¨²n sobresalto para cubrir las apariencias y que el populacho se sienta aliviado o vengado, pero nada m¨¢s. Cuando pare de llover, la gente se habr¨¢ olvidado de sus iracundas intenciones de abstenci¨®n o del voto en blanco. Al fin y al cabo, es mejor tener un sistema, aunque hieda, que no tener ninguno, o caer en manos de la diab¨®lica anarqu¨ªa.
Dando por supuesto que ni la clase pol¨ªtica ni los banqueros ser¨¢n desterrados a las tinieblas aunque sus fechor¨ªas sean transparentes, habr¨¢ que encontrar un monstruo intolerablemente real en el que volcar la indignaci¨®n colectiva. El tal Bret¨®n lo parece. Se le acusa del crimen m¨¢s inhumano y salvaje, el de sus ni?os, y todo en la imagen y en la expresividad de este hombre inspira grima y terror. Pero el jurado ha tardado tres d¨ªas en declararlo culpable. Algo que demuestra que han surgido dudas, discusiones, presencia de la racionalidad, respeto a la justicia, comportamiento de profesionales ¡ªay, esa forense con plaza fija que confundi¨® huesos de ni?os con los de animales¡ª aunque todos fueran novicios, que se lo han currado. Con lo f¨¢cil y lo comprensible que ser¨ªa el linchamiento inmediato de Satan¨¢s. Me inquieta gratamente la personalidad de ese jurado.
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