Tour de force
Francia mantiene el list¨®n de exigencia en un sector que considera clave. Es la ¨²nica esperanza bajo las pol¨ªticas de indiferencia extendidas por Europa
La sentencia del Tribunal Europeo que avala el cobro de un canon a las empresas de telecomunicaciones para financiar la televisi¨®n p¨²blica espa?ola, viene cogida de la cola a la redefinici¨®n del canal estatal que hizo el Gobierno franc¨¦s. Tambi¨¦n la prohibici¨®n de emitir publicidad y favorecer con ello a las concesionarias privadas de canales, a cambio de que estas destinaran una cantidad a financiar la p¨²blica, proven¨ªa del dise?o franc¨¦s, en este caso de la espl¨¦ndida relaci¨®n de Sarkozy con los capos medi¨¢ticos y el anhelo de los pol¨ªticos espa?oles por alcanzar ese trato. Este modelo de financiaci¨®n reafirma un concepto b¨¢sico, el de la exigencia a las empresas concesionarias. Por tanto, es una gran noticia, pero no deber¨ªa quedarse ah¨ª.
La par¨¢lisis europea ante el cierre del canal nacional griego fue la burda expresi¨®n de la indiferencia ante el derecho de los ciudadanos a la informaci¨®n. Francia mantiene el list¨®n de exigencia en un sector que considera clave en la consolidaci¨®n cultural, ling¨¹¨ªstica y social. Es la ¨²nica esperanza bajo las pol¨ªticas de indiferencia extendidas por Europa bajo la melod¨ªa cansina de la crisis. Su ministra de Cultura, en un raro caso de cumplimiento de las promesas electorales, ha desactivado la ley antidescargas por considerarla un instrumento in¨²til, pero sin embargo defiende a ultranza el canon compensatorio y es capaz de enfrentarse a gigantes como Amazon, Apple o Google para garantizar la supervivencia cultural de su pa¨ªs. No se me ocurre un ejemplo m¨¢s contrario a la deriva pat¨¦tica de otros pa¨ªses europeos.
El panorama espa?ol es de l¨¢grimas. A la terrible situaci¨®n se une una futura ley de propiedad intelectual, fabricada para boicotear lo que dice defender, con una entidad fundamental como la SGAE empe?ada en prolongar el desprestigio de la actividad profesional de sus socios en lugar de lo contrario. A tan pocos kil¨®metros de Francia, nunca estuvimos tan cerca de convertirnos en el tercer mundo del derecho audiovisual. Suerte que en nuestro esp¨ªritu pervive el de los grandes escaladores del Tour, cuando perdida la posibilidad de ganar la carrera, siempre aspiran a una jornada de gloria en la subida m¨¢s dura, asfixiante y demoledora. Individualismo desesperado frente al abandono colectivo.
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