Qu¨¦ miedo
Stalin valorar¨ªa mucho a Putin, este Beria que ha conseguido un trono a perpetuidad
Emmanuel Carrere, ese escritor tan ins¨®lito como poderoso, cierra su extraordinario libro Limonov, armoniosa mezcla de biograf¨ªa, novela y reportaje, situando al ya anciano, turbio, pintoresco y apasionante protagonista en Mosc¨², despu¨¦s de haber pasado varios a?os enchironado en una especie de actualizado Gulag, rodeado de una juvenil guardia pretoriana entre punk y ultranacionalista, dando la bronca incesantemente en las calles a Putin, al poder absolutista y corrupto. No hay noticias de que se hayan cargado a esa mosca cojonera. Putin debe de considerar que ese aleteo protest¨®n ni siquiera merece el liviano esfuerzo de aplastarlo con un manotazo.
?l se debe a empresas m¨¢s serias. Como exterminar a todos eso nobles a los que el zar concedi¨® honores y riquezas y que se le sublevaron en nombre de la codicia o con el in¨²til sue?o de ocupar su puesto. A los desagradecidos que se rebelan en esa casta de gente que se hizo multimillonaria por obra y gracia del Esp¨ªritu Santo, Putin en el mejor de los casos los arruina, entrulla o exilia, y en el peor acaban ahorcados en su casa. Y a los que no tienen riqueza que perder, como el esp¨ªa ca¨ªdo en desgracia Litvinenko o la deslenguada periodista Anna Politkovskaya les puede ocurrir que le envenenen sofisticadamente con polonio o la fr¨ªan a balazos en el portal de su casa. Y, por supuesto, las matanzas de b¨¢rbaros chechenos o sacrificar en un teatro o en escuela a cientos de rehenes son cositas tan l¨®gicas que no merecen ofrecer justificaci¨®n p¨²blica por parte del Gran Poder.
Sab¨ªamos por las inmortales novelas de Le Carr¨¦ sobre la Guerra Fr¨ªa de la implacabilidad y el pragmatismo del jefe del KGB. Putin lo fue. Pero no puedo imaginarme al mitico Karla con los rasgos del actual due?o de Rusia. Karla y Smiley eran dos prodigiosos jugadores de ajedrez que batallaban, solo vulnerables en lo que concern¨ªa a sus entra?as. Smiley quedar¨¢ nublado y roto por la traici¨®n de su ad¨²ltera esposa, planificada por Karla, y Smiley destruir¨¢ definitivamente a este cuando le chantajea y acorrala a trav¨¦s de su hija, de su ¨²nico punto d¨¦bil. Admiras la penetrante inteligencia de estos hombres. Putin solo da miedo. Stalin valorar¨ªa mucho a este Beria que consigui¨® a perpetuidad el trono.
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