El artista de los indocumentados mexicanos muere a los 49 a?os de edad
Alejandro Santiago, autor de la obra '2.501 inmigrantes', hab¨ªa cruzado la frontera y levantado esculturas en homenaje a los muertos en el camino
Alejandro Santiago, el artista de los indocumentados mexicanos, muri¨® el lunes a los 49 a?os en Oaxaca, al sur del pa¨ªs. Santiago gan¨® reconocimiento internacional con la obra escult¨®rica 2501 inmigrantes, un proyecto que llev¨® a cabo cruzando la frontera de Estados Unidos con un coyote, un traficante de personas. El n¨²mero se refiere a las cruces que encontr¨® por el camino, una por cada una de las personas que hab¨ªan muerto en el intento. A su hijo Lucio Santiago le gusta decir que su padre es el 2502, como si el final de su vida y su obra se abrazaran.
El artista hab¨ªa permanecido ingresado en un hospital d¨ªas atr¨¢s por una cirrosis, pero el domingo hab¨ªa recibido el alta m¨¦dica. Sobre las 8.00 del d¨ªa siguiente sufri¨® un ataque al coraz¨®n en su casa familiar de la colonia popular Miguel Alem¨¢n. El tambi¨¦n pintor se hab¨ªa mudado a este barrio desde su pueblito natal, Teococuilco de Marcos P¨¦rez, en la sierra, para abrir un centro cultural que acercase el arte a los m¨¢s necesitados.
La casa de Santiago estaba el lunes abarrotada de gente que hab¨ªa ido a darle el ¨²ltimo adi¨®s. Por la tarde ya hab¨ªan desfilado por all¨ª m¨¢s de 500 personas. Su fallecimiento coincidi¨® con el primer d¨ªa de las coloridas fiestas oaxaque?as, La Guelaguetza, un evento muy esperado por el artista. ¡°Era de los pocos que trabajaban el arte en la sociedad, en las sociedades invisibles¡±,? recuerda Lucio Santiago, de 26 a?os. El joven ser¨¢ el encargado de acabar algunos de los proyectos en los que andaba su padre, como las esculturas de los diableros de la central de abastos de su ciudad, los encargados de montar y recoger los puestos ambulantes. Retrataba sus sombras en papel con la ca¨ªda del sol.
El artista, que deja a otra hija de 11 a?os, manten¨ªa una gran relaci¨®n con el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Oaxaca, el primer centro que expuso su obra de los inmigrantes en febrero de 2006. ¡°Es uno de los artistas oaxaque?os m¨¢s reconocidos. Su obra es conocida en todo el mundo. Con nosotros siempre colabor¨®, y tenemos pinturas y obra gr¨¢fica suya ahora mismo expuesta¡±, cuenta Cecilia Minguert, directora de MACO, quien destaca que Santiago realiz¨® instalaciones en Par¨ªs, Berl¨ªn, Londres y algunas ciudades japonesas.
Juan Monterrosa, el que fuera representante de Santiago durante los ¨²ltimos nueve a?os, no puede evitar llamarlo maestro. ¡°Estaba muy contento estos d¨ªas con las fiestas. Aqu¨ª se le quer¨ªa mucho por los trabajos sociales y la voz que le hab¨ªa dado a los m¨¢s pobres de su querida Oaxaca¡±, cuenta. Estaba al tanto de las esculturas de los diableros que ¡°el maestro¡± estaba elaborando con hierro, madera y vidrio, una obra que ahora tendr¨¢ que acabar su hijo mayor.
A Monterrosa le queda la tristeza de que el pintor no pueda seguir ayudando a tantos j¨®venes oaxaque?os talentosos que quer¨ªan iniciarse en el mundo del arte. Santiago hab¨ªa abierto tambi¨¦n en otro barrio La Calera, una antigua f¨¢brica de cal que convirti¨® en espacio cultural para exponer la obra de desconocidos.
En El Zopilote, un rancho que compr¨® en el pueblito cercano de Suchilquitongo Etla, ten¨ªa su taller de cer¨¢mica. Ah¨ª permanece la instalaci¨®n de los indocumentados. Tambi¨¦n unos caballos y unos perros, Macario y El Queso, que esta noche no dejar¨¢n de ladrar por los cohetes que se lanzar¨¢n durante la Guelaguetza. ¡°Queridos m¨ªos, disfrutad, estas fiestas tambi¨¦n son vuestras como oaxaque?os que son¡±, les dec¨ªa Santiago mientras les acariciaba el lomo. Esta vez no estar¨¢ para calmarlos.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.