Simio
En 'Proyecto Nim', una familia hippy trata de criar a un mono como a un hijo. En Congo, el simio sestea mientras el hombre guerrea
Ser¨¢ dif¨ªcil que les chafe el final de El planeta de los simios (1968), porque es de los m¨¢s conocidos del cine: el astronauta Charlton Heston cre¨ªa estar en otro planeta donde los monos dominaron a los hombres, pero se da cuenta que est¨¢ en la Tierra del futuro. Se topa con las ruinas de la Estatua de la Libertad y grita: "?Malditos! ?Lo hab¨¦is destruido todo!". En un desafortunado remake que firm¨® Tim Burton en 2001, el astronauta estaba en otro lugar y regresa a la Tierra, pero la halla tambi¨¦n bajo dominio de los monos, lo que prueba la escultura de un simiesco Abraham Lincoln en Washington.
Cualquiera de los dos finales (el de Burton se explica peor) remite a una precuela, El origen del planeta de los simios, que cuenta la rebeli¨®n de los primates que destrona al hombre. Tambi¨¦n hay dos versiones, de 1973 y de 2011. En la ¨²ltima, el mono C¨¦sar es dopado en un laboratorio para ser inteligente al estilo humano. Al menos llega a ser un personaje cre¨ªble, que no es poco.
?Es que tenemos miedo de que los simios ocupen nuestro lugar? En el premiado documental Proyecto Nim (en Canal+) se recupera el experimento hecho en los a?os 70 por un investigador que envi¨® un mono a ser criado con una familia como un hijo m¨¢s. En un entorno hippy, el chimpanc¨¦ espabila, adquiere vicios humanos y muestra cierta solvencia con el lenguaje de signos, pero no acaba liderando una revoluci¨®n sino abandonado en un laboratorio de vacunas, primero, y en un refugio animal despu¨¦s, hasta su muerte en 2001.
El director James Marsh repasa el experimento con ojos de hoy, as¨ª que le interesa m¨¢s el maltrato al mono que sus supuestos progresos. Y acabas indentific¨¢ndote con Nim, no por su habilidad comunicativa, que esa ya la conoce cualquiera que haya tenido mascota, sino por c¨®mo sufre. Como C¨¦sar.
Muy propio de la soberbia humana pretender que el animal llegue m¨¢s lejos por la v¨ªa de parecerse m¨¢s a nosotros. En Madrile?os por el mundo (Telemadrid) conocemos a un heroico espa?ol que gestiona el mayor parque nacional de Congo, donde las amenazas no son las medioambientales, sino los Kal¨¢shnikov. Otra compatriota en ese lugar nos acerca a los gorilas que se revuelcan entre las hojas, comen y sestean mientras los humanos se arman hasta los dientes. ?Qu¨¦ era lo inteligente?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.