Juli y Manzanares, vulgar pantomima de dos becerristas
Ambos toreros acudieron a la feria de Huelva con ¨¢nimo de enga?ar a los espectadores, con la estrecha colaboraci¨®n de la empresa
Que nadie se ofenda. Una pantomima es una farsa, y un becerrista es un se?or que lidia becerros. No hay en la lengua castellana mejor definici¨®n para lo que Juli¨¢n L¨®pez El Juli y Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares protagonizaron ayer en la plaza de Huelva. Se anunciaba un mano a mano -una gran mentira- entre dos figuras refulgentes (??) de la torer¨ªa andante con toros -otra mentira no menos grave- de la muy afamada camada de N¨²?ez del Cuvillo.
Y lo que sali¨® por chiqueros fueron seis gatitos, que entre todos constituyeron un monumento a uno de los esc¨¢ndalos m¨¢s sangrantes que dos toreros de post¨ªn hayan infligido a la fiesta brava. Y como eso no est¨¢ nada bien, hasta el gentil y feriado p¨²blico onubense se lo recrimin¨® a la famosa pareja, a la que tanto se le llena la boca para hablar de futuro y con tanta persistencia maltrata el presente.
A tenor de lo sucedido, El Juli y Manzanares acudieron a la feria de Huelva con ¨¢nimo de enga?ar a los espectadores, con la estrecha colaboraci¨®n de la empresa -imperdonable error de los dos buenos empresarios de Huelva- y la autoridad, que, como es habitual, no pinta nada. Los dos toreros eligieron seis becerros infames en la creencia de que la fama y la prestancia de ambos dos les permitir¨ªa un paseo militar sin apostar un alamar. Y erraron, como yerran todos los que pecan de soberbia: el p¨²blico de Huelva no sabe de toros, pero s¨ª de enga?os, y pronto cal¨® en los tendidos la convicci¨®n de que lo que estaba sucediendo era una burla infamante.
Cuvillo/El Juli y Manzanares, mano a mano
Toros de N¨²?ez del Cuvillo, impresentables para una plaza de segunda, mansos, inv¨¢lidos y nobles.
El Juli: pinchazo y estocada trasera (oreja); estocada trasera y contraria (ovaci¨®n), estocada (oreja).
Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares: media tendida y un descabello (ovaci¨®n); estocada (oreja); pinchazo y estocada (dos orejas).
Los dos salieron a hombros.
Plaza de Huelva. 3 de agosto. Corrida de feria. M¨¢s de tres cuartos de entrada.
Justo de presencia fue el primero, tullido y con andares de perrito faldero. El segundo de la tarde era una raspita que puso a la gente sobre aviso; y cuando se anunci¨® en la pizarra que el tercero pesaba 450 kilos arreciaron las protestas. El augurio se confirm¨® al instante: salio un gatito, inv¨¢lido por m¨¢s se?as, que provoc¨® el alboroto, y el presidente se vio obligado a devolverlo a los corrales. Chico el cuarto, otro gatito el quinto y muy justo el sexto. En fin, que solo se salv¨® el sobrero, grandote, de 535 kilos, con casi seis a?os de edad, feo de hechuras y sin cara.
Y El Juli y Manzanares se pusieron manos a la obra para culminar su farsa. Miraban al infinito, como si el asunto no fuera con ellos, dieron miles de mantazos, se comportaron como dos insufribles pegapases y, encima, el p¨²blico les concedi¨® orejas. El primero dio pases horrorosos, despegados todos ellos, siempre mal colocado, al hilo del pit¨®n, con el cuerpo rid¨ªculamente retorcido. ?l, tan aficionado a hablar, deber¨ªa explicar si lo que hizo en Huelva tiene algo que ver con el toreo.
Y Manzanares, otro que no carga la suerte ni por equivocaci¨®n, y se alivia en cada envite escondido siempre en su natural elegancia, vibr¨® con el sexto, que embisti¨® repetidamente, aburri¨® con el noble cuarto en una faena pulcra e interminable y lo intent¨® sin ¨¦xito ante el rajado segundo
La corrida fue uno de los grandes petardos de la temporada, de esos que expulsa a la gente de una plaza de toros. Pues bien, despu¨¦s del fraude cometido, los dos toreros no tuvieron inconveniente en que los izaran a hombros y los pasearan por la puerta grande como dos triunfadores; y algo m¨¢s, ambos mostraban en twiter momentos despu¨¦s su contento y felicidad por una tarde tan bonita.
?Hablar¨ªan en serio? ?Son tan soberbios que se consideran por encima del bien y del mal y se mueven en la mentira con peligrosa complacencia, o es que toda su inteligencia reside en el valor?
Lo de ayer produjo sonrojo y verg¨¹enza. Y lo que es peor: con taurinos como El Juli y Manzanares, ?para qu¨¦ hacen falta antitaurinos?
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