¡°Mientras haya vida habr¨¢ c¨¢ncer; es el precio que pagamos por estar vivos¡±
El investigador Joan Massagu¨¦ sostiene que ¡°Espa?a tiene que elegir ya si quiere ser un pa¨ªs l¨ªder o un pa¨ªs r¨¦mora¡±
![Borja Hermoso](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F9e2bcf5d-91c5-42d2-823a-b06560cd715a.jpg?auth=924b2176fcdfad5464a845aa37e6b1f74e6db222bb10fb33f148e188c05b3888&width=100&height=100&smart=true)
![El investigador Joan Massagu¨¦, retratado en Barcelona.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/D2HF4647CK6ZEBUBZEIXQRK624.jpg?auth=fe8de7092afb2a4be801a38ae20dac92c837007d3c1c0f9b4d4b4be060527926&width=414)
Es que con 25 a?os ya era doctor en Bioqu¨ªmica. Se march¨® a EE UU y se convirti¨® en uno de los investigadores m¨¢s importantes del mundo en la lucha contra el c¨¢ncer. Gan¨® el Pr¨ªncipe de Asturias y todos los premios habidos y por haber, que en su caso siempre ser¨¢n pocos. F¨ªjense en ese gesto imperceptible de empolloncete amable recoloc¨¢ndose las gafas mientras el fot¨®grafo retrata su rostro de ni?o de 60 a?os en su precioso piso modernista del Eixample barcelon¨¦s. Mentira. Joan Massagu¨¦, implacable, lo hace solo para enfocar bien y reanudar el combate, para seguir mirando de frente a los tumores y sus tr¨¢gicos estallidos, las met¨¢stasis: su gran especialidad.
Pregunta. ?Qu¨¦ es un tumor?
Respuesta. Un crecimiento an¨®malo de nuestros tejidos. Somos una sociedad de c¨¦lulas muy bien organizada, aunque tenemos trillones. Su misi¨®n es mantener el organismo, eso, organizado. Pero alteraciones, mutaciones que pueden ser causadas desde el sol hasta el tabaco, o heredadas de nuestros padres, o adquiridas por accidente, rompen esas normas y, entonces, hay c¨¦lulas que dejan de respetar las normas de urbanidad prescritas por nuestros genes a trav¨¦s de cientos de millones de a?os.
P. As¨ª que el c¨¢ncer es una rebeli¨®n de c¨¦lulas que se van por ah¨ª a su bola. Tr¨¢gico. Y curioso: el concepto m¨¢s esencial en nosotros, la c¨¦lula, ya hace lo que le da la gana y pasa de todo.
DNI urgente
Naci¨® en Barcelona en 1953. Dirige desde 2003 el Programa de Biolog¨ªa y Gen¨¦tica del c¨¢ncer en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York. Es director adjunto del Instituto de Investigaci¨®n Biom¨¦dica de Barcelona.
R. S¨ª. Pero esas c¨¦lulas lo hacen pagando un gran coste. Porque cuando el tumor empieza a desarrollarse, la mayor¨ªa de las c¨¦lulas malignas muere. El tumor que vemos y nos espanta son las c¨¦lulas supervivientes de ese proceso, pero por cada uno de esos hay miles que nunca veremos porque al llegar a medio mil¨ªmetro o a un mil¨ªmetro son liquidados por la polic¨ªa del cuerpo, que es el sistema inmunitario. Sin embargo, algunas c¨¦lulas se escapan. Y eso es el tumor: el resultado final de un proceso de selecci¨®n brutal contra esa delincuencia. Mientras desayunamos, generamos c¨¦lulas premalignas. A la hora de la comida ya no existir¨¢n.
P. ...y su fuga con ¨¦xito trae el tumor.
R. Los principios m¨¢s b¨¢sicos son los principios esenciales de la vida. Por eso decimos que mientras haya vida habr¨¢ c¨¢ncer. C¨¢ncer es el precio que pagamos por estar vivos.
P. Dice que las infracciones se pagan. Oiga, ?no hay un t¨¦rmino medio al que poder acogerse entre el suicida ¡°la vida son cinco minutos y voy a vivirlos a tope¡± y la desesperantemente aburrida obsesi¨®n por la vida sana?
R. El t¨¦rmino medio es el t¨¦rmino medio, y por eso le llamamos t¨¦rmino medio.
P. Mensaje captado. ?Hay c¨¦lulas buenas y c¨¦lulas malas? O de otro modo: ?la c¨¦lula se corrompe, como le pasa a la persona?
R. S¨ª. Y la principal manifestaci¨®n de esa corrupci¨®n de las c¨¦lulas es justamente el c¨¢ncer. Elementos corruptos que han logrado burlar dispositivos de vigilancia, de polic¨ªa. Igual que en toda sociedad humana. Ahora ya sabemos, despu¨¦s de muchos estudios, que el principal talento que tiene que desarrollar una c¨¦lula maligna para formar un tumor es ese: el de corromper.
P. O sea, lo de siempre, que las c¨¦lulas corruptas no se autocorrigen por naturaleza, y entonces la polic¨ªa va a por ellas y las mete en la c¨¢rcel. Igual que con B¨¢rcenas. Perd¨®n por la frivolidad.
R. Exactamente, es lo mismo.
P. ?Es consciente de que para mucha gente es san Joan Massagu¨¦? ?Pesa la responsabilidad de saber que tantos y tantos enfermos dependen de usted y de otros como usted, o huye de esas reflexiones?
R. No eres, no puedes ser consciente de ¡°Uy, a ver, debe de haber 253 millones de personas que est¨¢n pensando a ver si el c¨¢ncer de pulm¨®n se resuelve¡±. Esto se hace por otras razones. Es una satisfacci¨®n saber que lo que est¨¢s haciendo tiene una misi¨®n, no es una entelequia.
P. Me dijo un enfermo de c¨¢ncer: ¡°Estate seguro, me comer¨¦ al bicho¡±. Poco despu¨¦s muri¨®. En la soledad del laboratorio, ?dice usted cosas como ¡°vamos, vamos a comernos el bicho¡±?
¡°Espa?a tiene que elegir ya si quiere ser un pa¨ªs l¨ªdero un pa¨ªs r¨¦mora¡±
R. Hablo por m¨ª, ?eh?, otros pueden ser muy fr¨ªos y otros pueden ser tan sentimentales que se paralizan. Y un investigador paralizado por la inmensidad de su misi¨®n es un investigador que no existe. Yo soy muy consciente de que estoy en la trinchera, en la l¨ªnea de fuego. Y la reacci¨®n, s¨ª, es: ¡°Vamos a por ¨¦l¡±.
P. A otra enferma le pregunt¨¦ si a la quimioterapia la llamaba ¡°mi amiga la quimio¡± o ¡°mi enemiga la quimio¡±. Me contest¨®: ¡°Mi amiga la puta quimio¡±.
R. ?Ja, ja, ja, ja! Muy bueno.
P. La quimio mata lo malo¡ tambi¨¦n lo bueno. A veces cura, siempre aniquila. Cruel paradoja.
R. Exacto, es as¨ª. Exacto.
P. El entorno del enfermo casi siempre tiene claro que merece la pena en todo momento seguir con la quimio o con la radio. No siempre es el caso del enfermo...
R. Conozco de todo. Hay enfermos que dicen basta. Y otros que est¨¢n calvos, con llagas y dem¨¢s, pero maravillados porque saben que, de otra forma, ya no estar¨ªan aqu¨ª. La quimio es¡ lo que tenemos. Pero es un arma de dos filos. Se carga a las c¨¦lulas que crecen. Y claro, en nuestro cuerpo hay c¨¦lulas que crecen que se multiplican constantemente para renovar nuestra piel, nuestro pelo, nuestras mucosas¡ y esas tambi¨¦n son sensibles. El c¨¢ncer es un derivado de nuestra propia existencia, de nuestros genes.
P. A veces uno tiene la sensaci¨®n de que, junto a la impronta racional y cartesiana que define a la ciencia y sus logros, la lucha contra el c¨¢ncer se parece tambi¨¦n a dar palos de ciego¡
R. Se llama empiricismo. Probar a ciegas. Pero eso era antes. Hoy la noticia es que cada vez vamos menos a ciegas. Cada vez conocemos mejor al enemigo, sabemos c¨®mo las gasta, qu¨¦ armas tiene, aunque todav¨ªa en muchos casos no lo podemos combatir.
P. Ha llegado usted a hablar de ¡°feroz indiferencia de las instituciones p¨²blicas hacia la investigaci¨®n¡±. Duro. ?C¨®mo estamos exactamente hoy?
R. Espa?a tradicionalmente siempre vivi¨® de espaldas a la investigaci¨®n, nunca ha dado la nota hasta que, entrado el siglo XXI, los conceptos de econom¨ªa del conocimiento y alta tecnolog¨ªa ¡ªque es la siguiente revoluci¨®n industrial¡ª empezaron a calar. Y entonces los Gobiernos se dieron cuenta de que con la buena cocina, el sol y los apartamentos de lujo no se aguanta un pa¨ªs. Y el salto que dio Espa?a fue, en siete u ocho a?os, espectacular. Pero al primer soplo de restricci¨®n econ¨®mica, se nos olvid¨® ese valor. ?No hab¨ªamos quedado en que esto de la investigaci¨®n era importante? Hay una importante falta de cuidado del Gobierno hacia un ¨¢mbito que merec¨ªa un trato de discriminaci¨®n positiva. Es un tema de recursos. Cuando se baja cuantitativamente as¨ª la inversi¨®n, el da?o pasa a ser cualitativo. En investigaci¨®n, sin recursos, lo mediocre sigue siendo mediocre, pero lo excelente es forzado a ser mediocre, y entonces todas las voces de la mediocridad salen y dicen: ¡°Oye, como ya no hay excelencia, pues nada, venga, caf¨¦ ¡ªdiluido, eso s¨ª¡ª para todos¡±. Y entonces viene una p¨¦rdida de moral. Construir es dif¨ªcil, derribar es facil¨ªsimo, reconstruir es casi imposible. Y este pa¨ªs est¨¢ jugando a eso. Es en los momentos de aprieto cuando se notan los l¨ªderes. Espa?a tiene que elegir ya si quiere ser un pa¨ªs l¨ªder o un pa¨ªs r¨¦mora. Y ahora estamos en la zona gris¡
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