Estamos que no cabemos
Seg¨²n Danny Dorling, hacia 2100 este planeta estar¨¢ habitado por diez mil millones de habitantes 'Librer¨ªas' de Jorge Carri¨®n es un hermoso homenaje a esos lugares tan esenciales para la cultura
Somos muchos y, para colmo, no siempre bien avenidos. Seg¨²n Danny Dorling, que acaba de publicar en Reino Unido un interesante ensayo de prospecci¨®n demogr¨¢fica (Population 10 Billion, the Coming Demographic Crisis and How to Survive it, Constable, 438 p¨¢ginas, 10,44 euros), hacia 2100 este planeta estar¨¢ habitado por diez mil millones de habitantes, un dato que coincide con previsiones de las Naciones Unidas y con las de otros dem¨®grafos de prestigio, como Massimo Livi Bacci, cuya Historia m¨ªnima de la poblaci¨®n mundial (Ariel) sigue siendo un libro de referencia imprescindible para los interesados en tales asuntos. Desde Malthus en adelante el crecimiento continuado (salvo pestes negras y pandemias, peri¨®dicas cat¨¢strofes naturales, holocaustos, limpiezas ¨¦tnicas y carnicer¨ªas m¨¢s o menos mundiales) ha suscitado el surgimiento peri¨®dico de voces apocal¨ªpticas que ven en ese factor una clara se?al de que el Armaged¨®n (Apocalipsis, 16) est¨¢ a la vuelta de la esquina. El posmundo dist¨®pico que sugieren las pel¨ªculas Blade Runner o Mad Max, tras cat¨¢strofes b¨¦licas provocadas por las apreturas demogr¨¢ficas o la escasez de materias primas, constituir¨ªa una vuelta a los datos poblacionales de la prehistoria, cuando ¨¦ramos pocos y a¨²n no hab¨ªa parido la abuela. Dorling, sin embargo, no se apunta al pesimismo: la ca¨ªda de la fertilidad, la mejora de la salud p¨²blica y el incremento de los niveles de educaci¨®n, contar¨ªan entre los factores positivos. En todo caso, los datos son estremecedores: seg¨²n los dem¨®grafos hist¨®ricos, la humanidad se tom¨® m¨¢s de 100.000 a?os para alcanzar, a la altura de 1820, su primer millardo de habitantes. Pero en 1926 ya hab¨ªa alcanzado el segundo; en 1960, el tercero; en 1975, el cuarto, en 1988 el quinto, en 2000 el sexto y en 2012 el s¨¦ptimo. Si se echan cuentas no se puede evitar un cierto escalofr¨ªo de aprensi¨®n. Por lo dem¨¢s, resultan tambi¨¦n apasionantes los c¨¢lculos acerca del n¨²mero de seres humanos que habr¨ªan vivido hasta ahora. En la p¨¢gina web del Population Reference Bureau, que se renueva peri¨®dicamente e incluye un v¨ªdeo did¨¢ctico, el catedr¨¢tico de demograf¨ªa Carl Haub adelanta la cifra de, nada menos, 107.602.707.791 personas que habr¨ªan vivido en la Tierra desde la aparici¨®n del moderno homo sapiens hasta 2011. De modo que podemos consolarnos: los que hoy estamos vivos solo constituir¨ªamos poco m¨¢s del 6,5% de esa fara¨®nica cifra. El resto es abono.
Prensa
El periodismo fue la ¨²nica actividad remunerada desempe?ada regularmente por Carlos Marx a lo largo de su vida, de manera que conced¨¢mosle el beneficio de la duda cuando opina de la prensa. En 1842 puso negro sobre blanco en La Gaceta Renana algo que ahora nos suena tan ingenuo como ut¨®pico: ¡°La primera libertad de la prensa consiste en no ser una industria¡±, es decir, en no ser un negocio lucrativo: Marx sab¨ªa distinguir la pr¨¢ctica del periodismo de la existencia de la prensa como empresa comercial. Tambi¨¦n cre¨ªa ¡ªhay que ver¡ª que en la sociedad de clases los medios eran siempre instrumentos de la lucha ideol¨®gica. Claro que entonces los medios estaban pr¨¢cticamente en la edad del bronce y las clases constitu¨ªan una taxonom¨ªa social bastante menos permeable que hoy. Objetar¨¢n algunos que todo eso son casposas antiguallas de progre trasnochado, como sol¨ªa decir Aznar, pero hay aspectos en que las cosas no han cambiado tanto. Por poner un ejemplo insignificante y oblicuo: de los tres grandes intocables que hab¨ªa en este pa¨ªs, a saber, Dios, el Rey y El Corte Ingl¨¦s, adivinen cu¨¢l es el ¨²nico al que no conviene que los medios critiquen demasiado. ?Bingo! Los difuntos Paul Sweezy y Paul Baran, autores de El capital monopolista (1966), un libro muy influyente en los c¨ªrculos marxistas de la ¡°d¨¦cada prodigiosa¡± y que ha suscitado renovado inter¨¦s desde lo de Lehman Brothers, no llegaron a incluir en ¨¦l un cap¨ªtulo acerca del papel fundamental de la cultura (incluyendo los medios) en lo que llamaban capitalismo monopolista avanzado. Ese cap¨ªtulo olvidado y ahora recobrado, y que me parece muy interesante para entender muchas cosas de hoy mismo, est¨¢ incluido en el ¨²ltimo n¨²mero de la Monthly Review, titulado The Cultural Apparatus of Monopoly Capital, junto con otros relacionados de autores tambi¨¦n marxistas (y difuntos) como Ralph Miliband o Raymond Williams, quienes tambi¨¦n se ocuparon del asunto. Por lo dem¨¢s, si les interesan las cuestiones relacionadas con la libertad de prensa, Cr¨ªtica publicar¨¢ a principios de septiembre Los itinerarios de la libertad de palabra, de Santiago Mu?oz Machado. Pueden encontrar una buena selecci¨®n de la obra period¨ªstica de Marx en el libro Art¨ªculos period¨ªsticos, publicado recientemente por Alba.
Librer¨ªas
Cambian las librer¨ªas, como la sociedad a la que sirven. A veces las circunstancias las obligan a cambiar tanto que se transforman en McDonald¡¯s, pero esa es otra historia (la de la librer¨ªa Catalonia, sin ir m¨¢s lejos). En todo caso, las librer¨ªas se modernizan. Ah¨ª tienen, por ejemplo, la p¨¢gina todostuslibros.com, de la CEGAL, que se ha convertido en un buscador bibliogr¨¢fico bastante m¨¢s atractivo que la p¨¢gina ISBN del ministerio. Se alimenta de datos que provienen de distintas fuentes del sector y se mantiene suficientemente al d¨ªa. Adem¨¢s de informaci¨®n pormenorizada (incluyendo a veces la portada del libro que se busca) ofrece un ranking de los 100 libros m¨¢s vendidos en ¡°las librer¨ªas espa?olas¡±, aunque en realidad los datos los proporcionan solo las asociadas, que no llegan a 300. Por ahora, por tanto, les falta mucho para poder competir con la car¨ªsima informaci¨®n de mercado que proporciona Nielsen. Por lo que me dicen, est¨¢n en conversaciones con la marca Casa del Libro: si logran llegar a un acuerdo, las 34 librer¨ªas del grupo Planeta podr¨ªan dar un buen espaldarazo al proyecto. M¨¢s atrasados van en lo del libro electr¨®nico: en la p¨¢gina web mencionada hay un icono que no remite a nada (¡°pregunta en tu librer¨ªa¡±, dice). Por otro lado, en la p¨¢gina de CEGAL anuncian el acuerdo a que han llegado con Tagus, que es el lector de (?adivinan?) Planeta, lo que significa que, a menos que cierren acuerdos con otros lectores de libros electr¨®nicos, alguien podr¨ªa acusarlos de atentar contra la libre competencia. Por lo dem¨¢s, no solo cambian las librer¨ªas, tambi¨¦n lo hacen los modos de acceder a ellas, y no siempre para bien. El showrooming, es decir, la muy extendida costumbre de acudir a una tienda tradicional a ver y tocar la mercanc¨ªa para, m¨¢s tarde, comprarla m¨¢s barata en Internet, ha sido denunciada recientemente por la asociaci¨®n de libreros brit¨¢nicos, que ven c¨®mo su negocio (all¨ª no existe el precio fijo) se ha visto seriamente afectado por ella. Por cierto que, a primeros de septiembre, se publicar¨¢ Librer¨ªas (Anagrama), de Jorge Carri¨®n, un hermoso homenaje (con su punto de nostalgia), repleto de an¨¦cdotas y erudici¨®n, a esos lugares que forman parte esencial de nuestro modo de entender la cultura y sobre los que, a lo largo de los a?os, bibli¨®filos y simples lectores han ido construyendo toda una mitolog¨ªa.
Babelia
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