Rattle revoluciona Lucerna
El director, al frente de la filarm¨®nica de Berl¨ªn, protagonista en la cita suiza
Se han tomado muy en serio en Lucerna la frase Viva la Revoluci¨®n, que sirve de hilo conductor en la celebraci¨®n de los 75 a?os de existencia del festival suizo. Si hay una obra musical a la que se asocia de inmediato el alboroto es sin duda La consagraci¨®n de la primavera, de Stravinski, recibida en Par¨ªs hace 100 a?os el d¨ªa del estreno con un esc¨¢ndalo monumental.
La Filarm¨®nica de Berl¨ªn y Simon Rattle la han incluido como pieza de cierre del segundo programa que han presentado estos d¨ªas en Lucerna. En el primero se centraron en las tres ¨²ltimas sinfon¨ªas de Mozart, en lecturas de extraordinaria amabilidad conceptual, y en el segundo optaron por la siempre misteriosa Noche transfigurada de Schoenberg, y en tres escenas de la eternamente revolucionaria ¨®pera Wozzeck,de Alban Berg, en una versi¨®n sencillamente escalofriante, antes de centrarse en el revulsivo ballet de Stravinski, partitura muy querida por Rattle que, incluso, la utiliza para sus experimentos did¨¢cticos con audiencias conflictivas. Le tiene cogido el punto, desde luego, y as¨ª sus diferentes escenas se suceden en una combinaci¨®n de violencia y ternura que atrapa al espectador sin posibilidad de resistencia. Bien es verdad que el sonido lo pone la Filarm¨®nica de Berl¨ªn, con lo que el virtuosismo orquestal est¨¢ garantizado. Pero la intencionalidad, la chispa, es cosa de Rattle. Y para la reflexi¨®n, o la emotividad, ah¨ª est¨¢ el p¨²blico, desde sus mecanismos de recepci¨®n.
Lucerna ha optado por acercarse al sonido de Bayreuth esta semana
?Resulta curioso comprobar que esta obra tan envolvente suscitase en su d¨ªa semejante rechazo, pero as¨ª es la vida y su reflejo en el universo del arte. A unos pasos de la sala de conciertos se encuentra la Fundaci¨®n Rosengart con una planta dedicada ¨ªntegramente a Picasso. La asociaci¨®n que se suele establecer entre Picasso y Stravinski cobra todo su sentido al poner en relaci¨®n las propuestas de dos creadores tan emblem¨¢ticos.
Revolucionaria fue la construcci¨®n del teatro de la verde colina de Bayreuth y m¨¢s a¨²n, si cabe, fue la composici¨®n de El anillo del nibelungo, esa ¨®pera de 16 horas que rompe las fronteras de los l¨ªmites temporales establecidos. Su programaci¨®n, aunque sea en versi¨®n de concierto, no pod¨ªa faltar en Lucerna este a?o, sobre todo teniendo en cuenta, adem¨¢s de su car¨¢cter revolucionario, que Wagner vivi¨® algunos de los a?os m¨¢s felices de su vida en Villa Tribschen, a las afueras de la ciudad, y que justamente all¨ª empez¨® el Festival con una recreaci¨®n del Idilio de Sigfrido, con el gran Arturo Toscanini al frente. Lucerna ha optado por acercarse al sonido de Bayreuth esta semana, haciendo coincidir en su programaci¨®n a las dos orquestas fundamentales del foso m¨ªstico, la Staatskapelle de Dresde y la Sinf¨®nica de Bamberg. La primera, a partir de ma?ana y con la batuta del carism¨¢tico Christian Thielemann, afronta un par de programas con Bruckner y Wagner de platos fuertes. La segunda culmina hoy El anillo, con la apuesta rompedora de Jonathan Nott al frente, en una concepci¨®n racionalista, efusiva, marcadamente dram¨¢tica y con una gran tensi¨®n teatral que ha puesto al p¨²blico en pie, cosechando los mismos minutos de aclamaciones que la mism¨ªsima Filarm¨®nica de Berl¨ªn. Sin trampa ni cart¨®n, como corresponde a las versiones de concierto, cont¨® tanto en El oro del Rin como en La valquiria con un reparto espl¨¦ndido, del que ¨²nicamente bajaba un poco el nivel emocional Petra Lang, como Brunilda, la ¨²nica, curiosamente, que necesit¨® apoyarse en la lectura de la partitura. En el apartado de lo excepcional brillaron Klaus Florian Vogt, Elisabeth Kulman o Meagan Miller, entre otros. Hasta el grupo completo de las valquirias se mostr¨® con una homogeneidad como raras veces se encuentra. Pierre Boulez, que asisti¨® a los conciertos de Rattle y Nott, se mostraba realmente exultante de los niveles de realizaci¨®n musical.
Revolucionarias son tambi¨¦n las representaciones para ni?os con marionetas hasta el final del festival y posteriormente durante todo septiembre de El holand¨¦s errante en un espacio casi colindante con Villa Tribschen, y con llenos hasta la bandera. A los mayores se les permite en todo caso acceder a la ¨²ltima fila. Los ni?os, a partir de cinco a?os, disfrutan de lo lindo, y para no enturbiar la fiesta la ¨®pera desemboca en un final feliz en vez de en el suicidio por amor de Senta.
El virtuosismo orquestal est¨¢ garantizado. La chispa es de Rattle
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.