Gianni Amelio sigue perdido y Donald Rumsfeld provoca terror
El talento del director italiano pareci¨® esfumarse. Solo qued¨® la inutilidad de las buenas intenciones El ex secretario de Defensa de EE UU encuentra justificaci¨®n para todas las decisiones que tom¨®
Gianni Amelio encaden¨® al comienzo de los a?os noventa tres pel¨ªculas que parec¨ªan devolverle la prodigiosa salud de otra ¨¦poca a un cine italiano que padec¨ªa (y sigue padeciendo) una alarmante sequ¨ªa. Fueron Puertas abiertas, El ladr¨®n de ni?os y Lamerica,un cine social deudor del neorrealismo y concebido con mucho talento. Amelio sigui¨® buceando en tem¨¢ticas sobre realidades sobrias, pero ese talento pareci¨® esfumarse y solo qued¨® la inutilidad de las buenas intenciones. A pesar de ello, siempre esperas volver a conectar con las perdidas esencias de este director. Habr¨¢ que seguir esperando.
L¡¯intrepido habla de la crisis actual con un estilo que a veces pretende acercarse a la comedia y en otros momentos opta por el realismo desgarrado. La protagoniza un hombre que alguna vez tuvo un trabajo fijo, pero que lleva a?os busc¨¢ndose la vida cotidianamente en lo primero que le ofrecen. En la construcci¨®n y repartiendo pizzas, entreteniendo a los ni?os disfrazado de oso y cosiendo a m¨¢quina. Lo hace con optimismo y profesionalidad, se niega a dejarse vencer por la angustia y la amargura. Tiene a su cargo a un hijo que se dedica a la m¨²sica y sufre ataques de p¨¢nico. Tambi¨¦n conoce a una mujer joven y desesperada, que al igual que ¨¦l se conforma con los trabajos de un d¨ªa. Con estos perdedores empe?ados en sobrevivir, el antiguo Amelio podr¨ªa haber hecho una pel¨ªcula dura y tierna, veraz y profunda, pero todo me resulta de una intensidad agotadora, forzado y hueco, seudol¨ªrico, escasamente cre¨ªble.
El documental The unknown known, dirigido por Errol Morris, est¨¢ centrado en la figura de Donald Rumsfeld, un pol¨ªtico que consigui¨® algo tan ins¨®lito como ser consejero de cuatro presidentes de Estados Unidos, dos veces secretario de Defensa, impulsor y estratega de la guerra de Irak, mantenerse desde su juventud en las m¨¢ximas esferas del poder.
Rumsfeld se ha prestado a una larga entrevista en la que encuentra justificaciones para todas las decisiones que tom¨®, insiste en que la mejor forma de guardar la paz es estar continuamente preparados para la guerra, asegura que no quer¨ªa casarse pero lo hizo ante la posibilidad de que su mujer lo hiciera con otro hombre. Este halc¨®n profesional e incombustible habla con seguridad, desparpajo, surrealismo, frialdad y cinismo de las responsabilidades que asumi¨® en su larga y trascendente carrera, incluido el falso pretexto de las armas qu¨ªmicas que nunca existieron para invadir Irak. Es un individuo vehemente que da mucho miedo. La forma de arropar la entrevista me gusta menos. El director Errol Morris fue el creador de grandes campa?as publicitarias y es algo que se nota molestamente en las im¨¢genes y en el montaje que acompa?an al discurso de Rumsfeld. Tambi¨¦n utiliza abusivamente la decepcionante m¨²sica que ha compuesto Danny Effman, el extraordinario compositor que firma las bandas sonoras en el cine de Tim Burton.
Patrice Leconte ha presentado fuera de concurso Una promesa, que adapta la novela de Stefan Zweig Viaje al pasado. Ambientada en la Alemania de 1912, describe con sutileza y escasas palabras la historia de amor entre una mujer casada con un empresario y un joven al que su marido promociona en el trabajo y le lleva a vivir a la mansi¨®n familiar. No es una pel¨ªcula deslumbrante, pero s¨ª est¨¢ narrada con sensibilidad y encanto, virtudes inencontrables en la mayor¨ªa de lo que se est¨¢ viendo (o padeciendo) en esta Mostra.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.