Benditos bares
Perder bien es aprender a mirar con ojos ajenos las razones del batacazo. Necesitar¨ªamos colocarnos en la piel de quien nos juzgaba.
Si uno de los lastres de la propuesta ol¨ªmpica madrile?a ha sido la incapacidad para involucrar a todos los sectores profesionales y a la juventud desencantada en la carrera por los Juegos, regodearse en la derrota solo contribuir¨¢ a una manera de conformarse como pa¨ªs que nos viene perjudicando en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. Perder bien es aprender a mirar con ojos ajenos las razones del batacazo. Necesitar¨ªamos colocarnos en la piel de quien nos juzgaba.
Por las cr¨®nicas de los ¨²ltimos d¨ªas sabemos que la Operaci¨®n Puerto, la fallida redada contra el dopaje, nos dejaba en una posici¨®n inc¨®moda. Acrecentada por la incapacidad nacional para asumir que alguno de sus h¨¦roes tienen los tobillos de plomo. El caso Armstrong, donde la oficina nacional no ha cejado, incluso tras la retirada del deportista m¨¢s amado del pa¨ªs, de rastrear hasta alcanzar la verdad, pesara a quien pesara, no es comparable a las conclusiones espa?olas en ese terreno. La otra gran lacra, ya casi convertida en rasgo nacional, es la falta de preparaci¨®n intelectual de nuestros pol¨ªticos. Alumnos de un sistema donde el aprendizaje de lenguas es un esfuerzo que mejor que hagan los dem¨¢s, contaminan con su cerraz¨®n a ese joven espa?ol que puede llegar a la adolescencia sin haber visto una pel¨ªcula subtitulada ni familiarizarse con que all¨¢ fuera y aqu¨ª dentro hay lenguas hermosas que merece la pena abrazar.
Con las federaciones deportivas en alarma roja contable y los medios de comunicaci¨®n volcados sobre un ¨²nico deporte millonario, Espa?a ofrece ¨¦xitos personales de atletas concretos, nunca un andamio estructural. De pasear por La Peineta un d¨ªa de diario los jueces habr¨ªan obtenido una sensaci¨®n penosa de abandono y malversaci¨®n. No todo lo tapa la buena intenci¨®n y el decorado. Coca-Cola, que es la empresa que conoce el alma ol¨ªmpica como nadie, hace meses que lanz¨® una mirada a Espa?a para proponer un anuncio optimista y animoso y lo ¨²nico que encontr¨® es una loa a sus benditos bares. Fue sintom¨¢tico. Si los juegos consistieran en ejercicio de barra, de bar, los Juegos Ol¨ªmpicos ser¨ªan nuestros. Ahora toca pensar un Madrid para 2020 que presente una cara menos siniestra e indiferente del Madrid que nos vienen proponiendo cuando los jueces ol¨ªmpicos no andan de visita.
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