La era de los ¡®juan palomos¡¯
Dise?ar, fabricar y vender: el tres en uno que la crisis impone La gran tendencia del momento es un cl¨¢sico en naciones y culturas con mucho por hacer
La gran tendencia del momento es un cl¨¢sico en naciones y culturas en las que queda mucho por hacer. As¨ª, con la actual autoproducci¨®n lo extra?o no es la manera directa de llevar nuevos productos al mercado sino el contexto que la ha hecho posible. Con una econom¨ªa en crisis y con las empresas editoras y los fabricantes cada vez menos dispuestos a correr riesgos, son muchos los creadores que asumen la contingencia de convertirse en productores para participar as¨ª en todas las fases del proceso creativo ¡ªde la idea a la venta¡ª y as¨ª evitar la necesidad de intermediarios.
Hist¨®ricamente, la autoproducci¨®n (la participaci¨®n desde el concepto hasta la comercializaci¨®n pasando por su fabricaci¨®n) ha servido para iniciar empresas ¡ªcuando solo exist¨ªa una industria incipiente¡ª, ampliar profesiones o comenzar carreras, adem¨¢s de para poder trabajar con total libertad y, naturalmente, con absoluta responsabilidad. Son muchos los creadores ¡ªdel israel¨ª Ron Arad a la holandesa Hella Jongerius¡ª que comenzaron montando sus propios talleres de autoproducci¨®n (la galer¨ªa londinense One Off en el caso de Arad o el Jongerius Lab en el de la dise?adora holandesa) para realizar sus piezas de series limitadas antes de que el mercado decidiera si las necesitaba, si las quer¨ªa o si pod¨ªa encontrarles un hueco.
As¨ª, con m¨¢s determinaci¨®n que dudas, es l¨®gico que la vanguardia encuentre fuerza en la autoproducci¨®n: cuesta adivinar las posibilidades comerciales de productos que no se han visto nunca. El cambio, sin embargo, lo ofrecen los nuevos par¨¢metros de juego. Ya no solo lo m¨¢s rompedor busca su v¨ªa de existencia a partir de la implicaci¨®n de los autores, con Internet, cada vez son m¨¢s los creativos que se lanzan a fabricar y comercializar sus piezas. El de boca en boca, la informaci¨®n que ofrece la web y una nueva generaci¨®n habituada a otro tipo de consumo han hecho posible la venta sin intermediarios a trav¨¦s de Internet.
Los arquitectos de Mecedorama rinden homenaje a lo hecho a mano
As¨ª, no solo se lanzan a la autoproducci¨®n dise?adores noveles o vanguardistas, como Guillermo Trapiello y su proyecto Home Sweet Home, que pudo verse en CentroCentro, en Madrid. Tambi¨¦n sirve para profesionales s¨¦nior ¡ªcomo el estudio italo-barcelon¨¦s Lagranja, que ha comercializado su butaca Basic en la Red¡ª, para proyectistas que se estrenan como empresarios, como Antxon Salvador y su ¨²nico producto Brick Box (exporta el 80% de su producci¨®n), o proyectistas reci¨¦n estrenados, como los arquitectos de Mecedorama, que fabrican, artesanalmente y a la carta, cada una de las mecedoras que sale de su estudio. Para todos ellos, la web se ha convertido en un mercado m¨¢s real que virtual.
El caso de los arquitectos de Mecedorama rinde, adem¨¢s, homenaje a lo hecho a mano, a Rogelio, un artesano colombiano que fabrica mecedoras de zuncho trenzado (lo que aqu¨ª llamamos fleje para embalar). ¡°Siguiendo la misma t¨¦cnica del trenzado de palma, ¨¦l fabrica todo tipo de objetos: desde armarios a bolsos o sillas¡±, explican Lys Villarba, Mar¨ªa Mallo y Juanito Jones. Los tres arquitectos fundadores de Mecedorama sostienen que ejercen su profesi¨®n de muchas maneras y que su forma de trabajar y apostar por lo que, creen, es una actitud vital: ¡°La forma de aportar lo mejor de cada uno a la sociedad¡±.
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