Leonardo Padura y la aventura de un ¡®rembrandt¡¯
El escritor cubano Leonardo Padura resuelve en 'Herejes' el misterio de 'Cabeza de Cristo' con su personaje Mario Conde
No es una novela polic¨ªaca al uso, ni Leonardo Padura (La Habana, 1955) ha tratado que Herejes (Tusquets) sea una obra de g¨¦nero, aunque haya utilizado a su investigador Mario Conde para adentrarse en los vericuetos de la Historia, atravesar varios siglos y seguir la pista de un cuadro del gran pintor holand¨¦s Rembrandt. Hay muchas horas de investigaci¨®n y estudio detr¨¢s de la ¨²ltima novela de este escritor ¡°estoy seguro que no debo ser el autor m¨¢s talentoso de mi generaci¨®n, pero s¨ª que tengo una gran capacidad de trabajo. Ten¨ªa un tablero de ajedrez con distintas fichas y era dif¨ªcil saber qu¨¦ direcci¨®n seguir. Lleg¨® un momento que lo tuve claro y me lanc¨¦ de lleno a entrelazar la trama de Herejes¡±. Cuando habla Padura se apasiona con los dos temas que ha tenido que investigar para armar su libro y del que reconoce que sab¨ªa muy poco: el universo jud¨ªo y la pintura de Rembrandt.
El lector se encontrar¨¢ en Herejes una narraci¨®n en tres tiempos: siglo XVII que es cuando Rembrant pinta Cabeza de Cristo y la obra pasa a manos de la familia Kaminsky; siglo XX cuando tres descendientes de esa familia huyen de la Alemania nazi portando el cuadro en el barco Saint Louis junto a m¨¢s de novecientos jud¨ªos con destino a La Habana. En el muelle esperan Daniel Kaminsky y su t¨ªo quienes contemplan con horror como el barco, despu¨¦s de pasar varios d¨ªas fondeado frente al puerto, es obligado a regresar a Alemania. En 2007 el hijo de Daniel, El¨ªas, se entera de que el lienzo sale a subasta en Londres y decide viajar de Estados Unidos a La Habana para que alguien se encargue de seguir el rastro de Cabeza de Cristo. Ah¨ª es entonces donde interviene el investigador Mario Conde.
¡°Cre¨ªa que utilizar a Conde era lo m¨¢s apropiado para mi trabajo literario. A trav¨¦s de sus ojos y de su investigaci¨®n se perciben pinceladas de la figura de Rembrandt, un maestro que ten¨ªa como uno de sus grandes objetivos pintar a Cristo al natural, hasta tal punto que el rostro que aparece en ese cuadro es la de un jud¨ªo de su barrio, del que se desconoce la identidad. Y la larga traves¨ªa que ha tenido que realizar el pueblo jud¨ªo a lo largo de la Historia. Trato de ser muy respetuoso por el dolor padecido en el tiempo¡±, puntualiza el escritor. No tiene reparos en reconocer que ignoraba totalmente las t¨¦cnicas pict¨®ricas que utilizaba el maestro holand¨¦s para realizar sus cuadros. ¡°Ahora creo que lo s¨¦ casi todo sobre Rembrandt. La obra?La ronda de noche no se llamaba as¨ª originalmente porque sus integrantes se encuentran bajo un intenso rayo luz pero los barnices que utilizaba hizo que la pintura pareciese que la escena se desarrollaba por la noche¡±, apostilla con cierta sorna.
Autor de novelas de g¨¦nero negro reconoce que se ha registrado en los ¨²ltimos a?os una excesiva publicaci¨®n de ese tipo de obras ¡°sobre todo por la ola de fr¨ªo que nos lleg¨® de los n¨®rdicos que bajo el manto de un g¨¦nero han viajado buenos escritores y otros que no lo son tanto. Y lo mismo ha ocurrido con los que escriben en castellano. En los ochenta y noventa se crearon obras m¨¢s ambiciosas de las que se est¨¢n publicando actualmente¡±. Padura asume que es un g¨¦nero que al escritor le permite tocar todos los temas que preocupan a la sociedad actualmente: violencia, corrupci¨®n, crimen organizado¡¡±Es dif¨ªcil escribir de M¨¦xico sin tener en cuenta el narcotr¨¢fico; de Espa?a sin abordar la corrupci¨®n pol¨ªtica; del emergente Brasil sin adentrarse en los ¨ªndices de pobreza y las revueltas populares¡Y en ese panorama han destacado buenos autores como Henning Mankell o Petros Markaris y otros con trabajos mediocres¡±, destaca el escritor.
El reci¨¦n nacionalizado espa?ol, aunque se considera un escritor cubano, habla sobre la situaci¨®n literaria en su pa¨ªs donde en estos momentos no existe una cantera de escritores fuerte como la que se registr¨® en los noventa. ¡°Fue el despertar de la novela cubana con la que se generaron espacios de libertad. Actualmente faltan obras y a ello hay que a?adir la crisis econ¨®mica en Europa que no ha favorecido la publicaci¨®n de obras literarias de mi pa¨ªs. Hay una generaci¨®n de autores posteriores a la m¨ªa como Karla Su¨¢rez, Wendy Guerra, Gerardo Fern¨¢ndez o Alberto Guerra que est¨¢n haciendo cosas interesantes pero con grandes dificultades para adentrarse en el mundo editorial. La situaci¨®n es complicada y hay que ir capeando el temporal¡±. Padura sostiene que la mejor de sus obras es La novela de mi vida (Tusquets) y precisamente ha sido la que peor suerte comercial ha tenido ¡°uno a veces trata de que su trabajo sea redondo, pero cada uno lo vemos de distintas perspectivas¡±.
Este escritor, gran aficionado al b¨¦isbol mucho m¨¢s que al f¨²tbol, reivindica su identidad cubana porque es ah¨ª d¨®nde est¨¢ su memoria y sus conocimientos que le permiten fabular en la literatura. Considera que ante la dictadura castrista la sociedad se ha vuelto ¡°c¨ªnica. Dicen una cosa y hacen otra totalmente diferente. Su comportamiento es soez, agresivo, petulante algo que tiene muy poco que ver con la esencia cubana. Y de ah¨ª el nacimiento de tribus urbanas que no ven la otra orilla y desconocen de la que parten. Est¨¢n en tierra de nadie¡±.
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