Annette Bening: ¡°Da igual lo que yo haga, porque el director escoger¨¢ la toma¡±
La actriz presenta en Zinemaldia 'La mirada del amor', un bien intencionado trabajo en el que encarna a una viuda que no olvida a su marido
Que los premios Donostia fallec¨ªan tras recibir el galard¨®n era una leyenda que se crey¨® a pies juntillas Jack Lemmon. Un ejemplo contrario es Annette Bening (Topeka, Arkansas, 1958), quien tras recibir aquel honor en 2004 ha seguido trabajando ¡ªy perdiendo en los Oscar¡ª. En San Sebasti¨¢n presenta La mirada del amor, un bien intencionado trabajo en el que encarna a una viuda que no olvida a su marido¡ hasta que encuentra a un hombre f¨ªsicamente id¨¦ntico. Bening y Ed Harris, en el doble papel, superan un guion algo no?o porque son quienes son: dos de los grandes. Y eso a pesar de que la actriz solo ha hecho 24 pel¨ªculas en su carrera. Hoy saca sus mejores dotes interpretativas y sonr¨ªe de oreja a oreja, aunque un dolor de espalda la mantiene r¨ªgida: ¡°Estoy atiborrada de pastillas y ahora me siento mejor, gracias. Pero reconozco que me asust¨¦¡±.
En La mirada del amor, que se estrena en Espa?a el 25 de octubre, ese sentimiento aparece como algo solitario y que solo funciona si esa persona se siente correspondida. ¡°Puede que solo en ese caso, porque ha nacido de la ira. Las m¨¢s profundas experiencias amorosas son irracionales, y no puedes intelectualizarlas. De ah¨ª que la gente haga cosas alocadas por amor¡±.
Solo 24 pel¨ªculas; es muy raro en una actriz tan famosa un n¨²mero tan reducido. ¡°He tenido mucha suerte. Trabajo poco porque tengo cuatro hijos [con Warren Beatty] y eso me limita los proyectos que elijo. Si son lejos de casa, ad¨®nde viajo¡ El cine se ha convertido en un negocio¡ El ser popular se ha convertido en algo inmenso, y a m¨ª no me interesa la fama, me concentro en el trabajo. Mi primera pel¨ªcula fracas¨®. Nada pas¨®. La segunda, tambi¨¦n. Segu¨ª igual. Y pens¨¦ que no iba a mejorar. De repente, la cosa cuaj¨®, lleg¨® la fama y pens¨¦: ¡®Ahora s¨ª, esto es lo que me perd¨ªa¡¯. Y tal como vino ese subid¨®n, se fue, porque lo que realmente amo es el proceso de rodaje, el ponerme delante de las c¨¢maras y disfrutar de la experiencia, que ocurran cosas que me sorprendan¡±.
Bening no lleg¨® al cine hasta que cumpli¨® 30 a?os, porque estaba empecinada en convertirse en una actriz de escenario. ¡°El teatro es muy duro. Demasiado. Hay un rigor intelectual que... Pero es cierto que en cine da igual lo que yo haga, porque el director escoger¨¢ la toma que ¨¦l prefiera. Siempre que veo mis pel¨ªculas me sorprende que falten tomas que me cost¨® rodar o aparezcan otras que ni siquiera me fij¨¦ que se hubieran rodado. Sin embargo, ah¨ª queda constancia de mi trabajo. En cambio, en el teatro todo se esfuma. Amo trabajar con la c¨¢mara, es un lujo que me puedo permitir¡±.
A estas alturas no se arrepiente de muchas cosas: ¡°Si acaso, siempre pienso que debo de hablar m¨¢s con mis hijos. Hombre, hay alguna pel¨ªcula que rechac¨¦ y que despu¨¦s cuando la vi me tiraba de los pelos, pero no puedo confesar el t¨ªtulo¡±. Entre sus aciertos, llegar tan tarde al cine: ¡°Estaba obsesionada con el teatro cl¨¢sico y con llevar las obras en representaciones gratis por todo el pa¨ªs. Era muy ingenua. Cada vez que se acercaba el cine, yo ten¨ªa mejores propuestas teatrales. Durante a?os me sent¨ª como una actriz teatral pretendiendo ser estrella del cine. Por lo que yo he visto, es mejor empezar mayor porque es terrible ser famoso muy joven. No has madurado y de repente eres popular, una cosa extra?a. Puede devastarte¡±. Pues est¨¢ describiendo la juventud de su marido, Warren Beatty. ¡°Exacto. No disfrut¨® de la universidad, en un segundo se convirti¨® en estrella por Elia Kazan. Le salv¨® que sabe vivir sin lujos y su curiosidad por todo lo que ocurre¡±.
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