¡°Admiro a personajes extremos, como el que interpreto en ¡®Prisioneros¡±
Hugh Jackman, Premio Donostia 2013, presenta en San Sebasti¨¢n una pel¨ªcula sobre cuyo guion, afirma, ha trabajado m¨¢s que nunca
Alg¨²n d¨ªa alguien deber¨ªa convertir a Hugh Jackman en ecuaci¨®n matem¨¢tica: porque biol¨®gicamente parece imposible que de una distancia entre hombros tan inmensos pueda llegarse a una cintura tan estrecha en un ser humano. Probablemente en esa espalda puedan proyectarse pel¨ªculas en scope. Jackman (Sidney, 1968) arrastra ese f¨ªsico con absoluta naturalidad, y se burla de s¨ª mismo entre carcajadas. Por ejemplo, cuando se le cuestiona por lo de sex symbol. ¡°?Qu¨¦ si quiero dejar atr¨¢s lo de ser sex symbol? Por favor¡ No s¨¦ por qu¨¦ no ocurre eso cuando realmente lo necesitas a los 18 a?os, y no cuando ya llevas 15 a?os de casado, tu esposa te mira por el rabillo del ojo y lo m¨¢s que te dice es que saques la basura¡±.
Jackman estaba feliz con su premio Donostia. ¡°Me siento tan en casa¡ Es que hasta el traductor es australiano¡±. Con camiseta granate, americana negra y sonrisa perenne, reconoci¨® su sorpresa con el galard¨®n. ¡°Pocas veces miro hacia atr¨¢s, prefiero mirar hacia el futuro. Pero ahora me alegro mucho de la cantidad de directores buenos con los que he trabajado. Mi mujer gan¨® en los noventa aqu¨ª la Concha de plata [Deborra-Lee Furness la obtuvo en 1991 con Waiting]. As¨ª que pondremos los dos premios juntos en la estanter¨ªa y le llamaremos festival Jackman-Furness¡±.
Sobre la pel¨ªcula que presenta en San Sebasti¨¢n, Prisioneros, el actor insisti¨® en la globalidad del tema: el secuestro de ni?os y c¨®mo los padres se enfrentan a ello: su personaje decide pasar a la acci¨®n, con violencia incluida. ¡°Superar¨¢ fronteras y clases, porque llega a todos. Es muy raro ver un tema as¨ª en Hollywood, ya que esta pel¨ªcula hace que el p¨²blico piense¡±. El australiano cont¨® que es la vez que m¨¢s ha preparado un guion: ¡°Fue una investigaci¨®n incre¨ªble, y le¨ª much¨ªsimo sobre estos cr¨ªmenes. Te haces preguntas como padre, como si has preparado bien a tus hijos para salir al mundo, aunque a la vez no quieres crear m¨¢quinas paranoicas. Yo vine por Espa?a cuando era joven, y estoy seguro de que mi padre estar¨¢ encantado de no saber que hac¨ªa yo. Y espero que mis hijos no me cuenten sus andanzas¡±.
Esta ma?ana, Jackman se ha levantado pronto, ha cogido la bicicleta y se ha ido a pedalear. ¡°La playa me recuerda a Bondi [m¨ªtica playa australiana, meca de los surferos]. Los del festival me previnieron, me dijeron que habr¨ªa mucha gente y que no lo hiciera. ?Bah! Me he levantado a las 8.30, nos hemos ido en bici, hemos nadado, no hab¨ªa nadie. Incluso hemos llegado hasta la universidad, donde un grupo de estudiantes nos ha mirado raro. Si quieres que te dejen en paz en Espa?a lev¨¢ntate pronto¡±.
Jackman no tiene prisas por soltar a Lobezno, al que ha encarnado en siete ocasiones ¡ª¡°cuando me lo ofrecieron lo agarr¨¦ con las dos manos, llevo 14 a?os con ¨¦l, pero soy consciente de que los grandes personajes sobreviven a los actores que los interpretan¡±¡ª. Habl¨® de sus influencias (Harrison Ford, Gregory Peck en Matar un ruise?or, o ingleses como Michael Gambon y Ben Kingsley) y que nunca habr¨¢ un Lobezno musical: ¡°Al menos conmigo. Te lo garantizo¡±. Y cont¨® un par de an¨¦cdotas sobre los Oscar: ¡°Recuerdo la noche en que me ofrecieron ser presentador. Yo estaba en Londres. Era la una de la ma?ana y me llamaron de la oficina de Steven Spielberg. Pens¨¦ que era una broma¡. Hasta que descubr¨ª que era verdad y acept¨¦. Me qued¨¦ sentado en la cama cinco minutos, p¨¢lido, entr¨® mi mujer en la habitaci¨®n, se fij¨® en que estaba alterado y yo solo pude decirle: ¡®Cari?o, te vas a la cama con el maestro de ceremonia de los Oscar¡¯. Y ella me respondi¨®: ¡°Ay, ?est¨¢ aqu¨ª Billy Cristal?¡±. Tambi¨¦n record¨® que el d¨ªa que anunciaron su candidatura por Los miserables, era justo su segunda jornada de filmaci¨®n de Prisioneros. ¡°Me acerqu¨¦ al director de fotograf¨ªa, Roger Deakins, que a su vez hab¨ªa logrado su d¨¦cima selecci¨®n. Brome¨¦ sobre que sum¨¢bamos once candidaturas entre los dos, que si iba a ir a la gala, y me respondi¨® muy serio: ¡®No lo s¨¦, no creo. Bueno, pong¨¢monos a trabajar¡¯. Me dio una gran lecci¨®n¡±.
El actor se describi¨® como ¡°una persona muy moderada, como mi mujer¡±. Y ahond¨®: ¡°Puede ser algo negativo cuando te llegan personajes tan apasionados y dif¨ªciles. En Prisioneros mi personaje quiere superar sus demonios y sus temores, y superar su alcoholismo. Sabes que no cree en nadie, que conf¨ªa solo en ¨¦l. Admiro estos personajes extremos¡±. De ah¨ª vino otra reflexi¨®n cinematogr¨¢fica: ¡°A menudo me pregunto por qu¨¦ vemos filmes de terror y thrillers. Puede que porque tenemos temores vitales reprimidos y el cine nos los exorciza. Como actor da miedo llegar a esos l¨ªmites¡±.
Antes de irse, reconoci¨® una espinita clavada (¡°me gustar¨ªa estar en una pel¨ªcula dirigida por Peter Weir¡±) y cont¨® que nunca se lleva un personaje a casa: ¡°Mi trabajo es interpretar de la forma m¨¢s convincente posible. Mi experiencia es que es mejor trabajar con los que tienes enfrente, actores y equipo, no sumergirte en ti mismo. Debes abrirte y mostrar tus vulnerabilidades. Es cansado, pero es una catarsis: es como un partido de rugby. Acabas, te duchas y te sientes bien. Por eso vamos al cine: para disfrutar y ejercer tus emociones y luego, feliz, volver a casa¡±.
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