Luciano Vincenzoni, guionista del c¨¦nit del ¡®spaghetti western¡¯
Escribi¨® los textos de varios hitos del director Sergio Leone
El guionista Luciano Vincenzoni, que trabaj¨® con los grandes de la comedia a la italiana como Pietro Germi y Mario Monicelli y se hizo famoso con los spaghetti westerns de Sergio Leone, muri¨® en Roma el pasado d¨ªa 22 de septiembre a la edad de 87 a?os. Ten¨ªa c¨¢ncer, seg¨²n confirman los familiares. Su escritura sagaz, r¨¢pida y fina contribuy¨® a crear algunas de las obras maestras del cine internacional. Vincenzoni firm¨® el guion o la esencia de al menos 65 cintas, a lo largo de una trayectoria que se extendi¨® desde 1954 hasta el a?o 2000. Y abarc¨® g¨¦neros tan diversos como la comedia, las pel¨ªculas del Oeste y el cine de acci¨®n.
Vincenzoni dio los primeros pasos gracias al genio de Aldo Fabrizi, que supo reconocer su fuerza c¨®mica, popular e inteligente: Hanno rubato un tram (Robaron un tranv¨ªa) marc¨® el debut del escritor en 1954. Para seguir avanzando en el mismo camino se revel¨® esencial la asociaci¨®n con el maestro Monicelli. Con el maestro fallecido hace tres a?os, Vincenzoni escribi¨® La gran guerra, conmovedora, agria y nunca ret¨®rica o melodram¨¢tica. Alberto Sordi y Vittorio Gassman supieron interpretar de forma inmejorable los personajes salidos de la imaginaci¨®n de Vincenzoni.
El mismo toque de comicidad agridulce, ligera sin ser fr¨ªvola jam¨¢s, de aquel fino sarcasmo que no busca refugio en carcajadas vulgares, sino que administra con inteligencia s¨¢tira, cr¨ªtica y sonrisas, fue el rasgo irresistible de Seducida y abandonada (1964) y Se?oras y se?ores (1966).
Sin embargo, el salto a la fama internacional le lleg¨®, en aquellos mismos a?os, con La muerte ten¨ªa un precio (1965), de Leone, un guion que Vincenzoni dijo haber escrito en apenas nueve d¨ªas. El ¨¦xito fue aplastante, inmediato y enseguida replicado con El bueno, el feo y el malo (1966), otra pel¨ªcula que consagr¨® en el firmamento hollywoodiano a un joven actor con la mirada dura como el hielo ¡ªClint Eastwood¡ª y que cosech¨® tanto ¨¦xito que el director y el guionista se forraron. La ¡°trilog¨ªa de los d¨®lares¡± (antes Leone hab¨ªa filmado Por un pu?ado de d¨®lares, de 1964) fue tan c¨¦lebre que sus t¨ªtulos entraron pronto en el lenguaje com¨²n en los dos lados del Oc¨¦ano.
Abarc¨® g¨¦neros tan diversos como
Justo all¨¢, en Hollywood, Vincenzoni vivi¨® 17 a?os. Fue amigo y colega del importante productor Dino de Laurentiis. Sus vecinos de casa eran Candice Bergen y Peter Sellers; sus colegas, el actor William Holden y el director Billy Wilder. O Peter Bogdanovich, con el cual hizo migas a principios de los setenta: Leone no quer¨ªa rodar otra cinta del Oeste que le hab¨ªan encargado ¡ªla pol¨¦mica Duck, you sucker (1972)¡ª y propuso a Vincenzoni que se pusiera ¨¦l mismo detr¨¢s de la c¨¢mara. Este rehus¨® la oferta y, en cambio, avanz¨® el nombre del cineasta serbio-estadounidense, que por aquel entonces ya hab¨ªa parido la bell¨ªsima The last picture show. Bogdanovich y Leone no hicieron m¨¢s que pelear. Resultado: el italiano realiz¨® por s¨ª solito su m¨¢s desesperado spaghetti western y el otro se hizo ¨ªntimo de Vincenzoni. Los dos hasta metieron en el caj¨®n un largometraje con Marcello Mastroianni y Cybill Shepherd, que deb¨ªa titularse Cow girl. Pero nunca concretaron el proyecto.
En Estados Unidos, Vincenzoni colabor¨® con Billy Wilder, Andr¨¦ Cayatte y, ya en los ochenta, con Arnold Schwarzenegger (C¨®digo magnum).
La fama de Vincenzoni permanece vinculada a Sergio Leone, un director que alcanz¨® el reconocimiento con ?rase una vez en Am¨¦rica y, sin embargo, es m¨¢s conocido por los spaghetti westerns. La misma regla c¨ªnica de la industria cinematogr¨¢fica sacrifica la vena sat¨ªrica, conmovedora y sutil que caracteriz¨® la primera producci¨®n de su guionista. Aquel rasgo que se puede resumir con la famosa frase del que fuera su amigo fraterno, Ennio Flaiano: ¡°La situaci¨®n es grave, pero no seria¡±.
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