50 a?os de Sandro, el Elvis argentino
Sandro, fallecido en 2010 , fue la primera estrella de rock argentina. Se celebra el 50 aniversario del lanzamiento de su primer disco, ?A esto llamas amor?, El Centro Cultural Borges, de Buenos Aires, organiz¨® una exposici¨®n llamada 'Yo: Sandro' Se exhiben, por primera vez, su colecci¨®n privada de instrumentos, vestuarios, autos, discos, fotos y hasta recetas de cocina suyas.
El Centro Cultural Borges, de la ciudad de Buenos Aires, alberga la muestra Yo, Sandro. Un mundo de sensaciones, que celebra, a trav¨¦s de una retrospectiva del artista dentro y fuera de los escenarios, las Bodas de Oro del debut en solitario del primer gran icono de la cultura pop argentina. ¡°La idea es mostrar los diferentes Sandros: el rockero, el rom¨¢ntico y el gran showman que tuvo la Argentina¡±, explica Alejandro Salade, curador y organizador de la exposici¨®n, abierta al p¨²blico desde el pasado 13 de agosto. ¡°Si bien muri¨® con todos los honores, por lo que no es necesario reivindicarlo, creo que en el resto del continente se le valora m¨¢s que en su propio pa¨ªs. Por eso queremos ponerlo en el lugar que pertenece, pues, aparte de ser el precursor del rock argentino y el hombre de los r¨¦cords, fue el primer exponente local que unific¨® a Am¨¦rica Latina por medio de la canci¨®n. Mucho m¨¢s de lo que la gente realmente cree. As¨ª que tratamos de ser un fiel reflejo suyo¡±.
Fue el primer exponente local que unific¨® a Am¨¦rica Latina por medio de la canci¨®n. As¨ª que tratamos de ser un fiel reflejo suyo¡±.
El debut de Sandro del que se cumplen 50 a?os en 2013.
Desplegada en 700 metros cuadrados, la muestra se encuentra dividida en siete salas que conservan 600 piezas de Sandro: desde su vestuario hasta sus guitarras, pasando por sus premios, filmaciones personales, fotos e incluso recetas de cocina. ¡°A pesar de que me emociona ver cada tramo de la exposici¨®n, el objeto que m¨¢s me impresiona es su anillo: lo conserv¨® desde los 18 a?os hasta el d¨ªa en que muri¨®. Es el mismo. Me parece incre¨ªble que nunca lo cambiara¡±, manifiesta Salade. ¡°Otra cosa que me llama la atenci¨®n son sus letras manuscritas, pues est¨¢n tachadas, lo que representa el momento de creaci¨®n¡±.
Adem¨¢s de Sandro, tambi¨¦n hay un espacio dedicado a Roberto S¨¢nchez, el hombre detr¨¢s del artista. ¡°Ah¨ª est¨¢ su perfume, por lo que huele a ¨¦l. Hay material a¨²n en v¨ªas de catalogarse. Descubrimos cajas, que no se abr¨ªan hac¨ªa d¨¦cadas, con cartas de admiradoras de Puerto Rico, Venezuela o Colombia¡±.
Un mundo de sensaciones da cuenta de una producci¨®n audiovisual que revela por primera vez el interior del b¨²nker, ubicado en la ciudad bonaerense de Banfield, del art¨ªfice fallecido en 2010, a los 64 a?os de edad (tras luchar desde 1998 contra las secuelas de su adicci¨®n al tabaco). ¡°La casa sigue intacta. A lo largo de dos a?os fui todas las ma?anas a esa muralla impenetrable para ver el material, catalogarlo y entrar en contacto con su legado¡±, detalla el curador, establecido en Madrid y responsable asimismo de Arte y provocaci¨®n, la exhibici¨®n que rindi¨® tributo a su t¨ªo abuelo, el coplero Miguel de Molina, en 2009. ¡°Luego de traer a Buenos Aires en 2011 la muestra de mi t¨ªo, me propuse hacer una exposici¨®n con un personaje argentino. Inicialmente pens¨¦ en Piazzolla o Goyeneche, pero luego me decid¨ª por Sandro. Me contact¨¦ con su familia a trav¨¦s de un periodista amigo en com¨²n. Le expliqu¨¦ el proyecto a su viuda, Olga Garaventa, y le dije que con ¨¦ste pretend¨ªa celebrar sus Bodas de Oro¡±.
?El pasado 13 de setiembre se cumplieron 50 a?os del sencillo ?A esto le llamas amor?, con el que la estrella originaria del sur del Gran Buenos Aires, de la ciudad de Valent¨ªn Alsina, dej¨® al grupo Los de Fuego para iniciar su carrera solista. ¡°Existe un malentendido: el Sandro rockero dur¨® muy poco, cuatro o cinco a?os. Ya, en 1967, con el ¨¢lbum Beat latino, empez¨®, en una estrategia planificada, a apuntar a la canci¨®n mel¨®dica, con la que conquist¨® a Am¨¦rica¡±, rese?a el periodista argentino Mariano del Mazo. ¡°Con ?A esto le llamas amor?, a¨²n conservaba ese mundo rocanrolero, adem¨¢s de que le sirvi¨®, mentalmente, para separarse de Los del Fuego. Si ellos iban a 40 por hora, ¨¦l estaba a 160. Eso lo vio su sello, CBS, por lo que le sugiri¨® que se abriera porque era la figura. Cuando lo grab¨® sab¨ªa que era un paso cruel, pero ser¨ªa su despegue solista. Sin embargo, ese primer Sandro, que todav¨ªa buscaba su perfil, se podr¨ªa pensar en ¨¦l como un Elvis. Aunque personalmente lo encuentro m¨¢s cerca de Tom Jones o incluso de Charles Aznavour¡±.
En los ochenta Sandro pas¨® del olvido, del ninguneo de los medios y de tocar en teatros suburbanos, a batir r¨¦cords en una gran sala de la Capital"
?Si bien Sandro ha quedado canonizado en el imaginario de la cultura pop argentina, el camino hacia su exaltaci¨®n no fue tan f¨¢cil. ¡°Su lenta muerte termin¨® por cerrar el c¨ªrculo que se abri¨® en los noventa, cuando se reconfigur¨® su figura, y empez¨® a ser revalorado por casi todos los sectores de la Argentina¡±, asegura Del Mazo. ¡°En esa d¨¦cada, era muy com¨²n que fen¨®menos populares fueran reprocesados por cierta inteligencia, y se consideraran esnob. Sandro, al igual que sucedi¨® con la cumbia o con el bolero, cay¨® en ese periodo, que culturalmente define muy bien la frase ¡®pizza con champagne¡¯, y que fue proporcionalmente inverso al de los ochenta, en el que, tras la llegada de Alfons¨ªn a la presidencia, los productos populares y masivos no ten¨ªan el nivel que ped¨ªa el momento hist¨®rico. Ah¨ª fue acu?ada la expresi¨®n ¡®patota cultural¡¯, pues lo que estuvo vigente en la dictadura era mala palabra. Entonces, Sandro pas¨® del olvido, del ninguneo de los medios y de tocar en teatros suburbanos, a batir r¨¦cords en una gran sala de la Capital como el Gran Rex¡±.
?A partir de entonces, hasta el rock argentino, que siempre lo hab¨ªa ignorado, rescat¨® al ¨¢lter ego de Roberto S¨¢nchez. ¡°En el rock and roll y el ¨¢mbito proletario de su barrio se encuentran los or¨ªgenes de Sandro como artista. Si no le hubiera interesado reivindicar ese arraigo, habr¨ªa sido un vanguardista m¨¢s de los que hab¨ªa por ah¨ª, otro Moris. ?l quer¨ªa conquistar a la mayor cantidad de gente con sus maneras. Fue seducido por su sello para que se instalara en Miami, para que fuera un nuevo Julio Iglesias, y dijo que no. Hizo su carrera muy a su manera. No olvid¨® a ¡®Las nenas¡¯ (NdelR: nombre que reciben sus fans), ni a los periodistas que lo apoyaron en sus inicios¡±, repasa Del Mazo. ¡°Si bien la redenci¨®n de los rockeros estuvo muy bien, los pioneros hablan maravillas suyas. A fines de los ochenta, el primero que le tendi¨® una mano fue Charly Garc¨ªa. Ah¨ª empieza la transversalidad. Hoy veo su influencia en las canciones de Babas¨®nicos, en algunas baladas beat de la ¨¦poca del disco Infame. D¨¢rgelos tom¨® algo de ¨¦l¡±.
El Sandro rockero dur¨® muy poco, cuatro o cinco a?os. Ya, en 1967, empez¨®, en una estrategia planificada, a apuntar a la canci¨®n mel¨®dica, con la que conquist¨® a Am¨¦rica¡±
Ahora dedicado a la promoci¨®n de su m¨¢s reciente ¨¢lbum solista, Esto es un abrazo (2013), Palo Pandolfo, cantautor iconoclasta como pocos de la Argentina, form¨® parte de esa avanzada de artistas de rock que se anim¨® a revisar el heraldo musical de Sandro en los noventa. Con su grupo de aquel momento, Los Visitantes, el art¨ªfice que actualmente disfruta del reencuentro con su veta el¨¦ctrica intervino, con su versi¨®n de Trigal, en el saludo que la escena latinoamericana le rindi¨® al tambi¨¦n llamado ¡°El Gitano¡± con el compilado Tributo a Sandro: un disco de rock (1998). ¡°En casa se escuchaban mucho los Beatles, y entre tantos simples estaba Rosa, Rosa, que es el gran hit suyo de todos los tiempos. Pero uno va creciendo y sac¨¢ndose varios prejuicios de adolescente. As¨ª pude entender su obra, al igual que la de Palito Ortega, ambos referentes de la m¨²sica h¨ªper popular. Llegu¨¦ a Sandro de grande, y justamente esta participaci¨®n en ese disco me hizo acercarme a ¨¦l, donde, con justicia, se le da el lugar que merece. Am¨¦n de que me parece un int¨¦rprete del carajo¡±.
Mientras Salade prepara un libro de 400 p¨¢ginas que recrea la muestra que organiza, y por la que ya pasaron m¨¢s de 20 mil personas, se prev¨¦ una gira de ¨¦sta por el interior de Argentina pr¨®ximamente, y por Am¨¦rica Latina en 2015. ¡°Es una exposici¨®n para toda la familia, es un hecho social lo que provoc¨® en varias generaciones de mujeres. Las madres criaron a sus hijos en torno al mundo de Sandro¡±. De manera que, a pesar de que muchos j¨®venes se sorprendan con el semblante rockero y rebelde del ¨ªdolo de Am¨¦rica, son ellas, las hijas y nietas de las mujeres que en su adolescencia le largaban sus corpi?os, con cada batir de caderas, al primer astro argentino en actuar en el Madison Square Garden de Nueva York, las verdaderas guardianas del culto. ¡°Generalmente se piensa en los ¨ªdolos populares con una vara, en la que se miden de igual manera a Fangio con Monz¨®n. Pero Sandro, por suerte, est¨¢ en un lugar muy sereno¡±, expedita Mariano del Mazo. ¡°Aunque que pens¨¦ que iba a ser m¨¢s fuerte lo que iba a pasar con ¨¦l cuando muri¨®, pues en vida ya era un mito¡±.
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